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El Ministerio del Interior (MI) presentó ayer un estudio científico relacionado a los homicidios que se centró en elaborar un diagnóstico de los asesinatos en el país entre 2012 y 2022. Una de las principales conclusiones brindadas por expertos es que “sí es posible” prevenirlos, incluso en el corto plazo.
Sin embargo, se advirtió que “las estrategias generalistas como aumentar el patrullaje aleatorio no funcionan”. “Tampoco las medidas de ‘mano dura’ como la militarización y el descabezamiento de grupos criminales”, se indicó en el informe realizado por el Centro de Informaciones y Estudios del Uruguay (Ciesu) y el Laboratorio de Análisis de Violencia, bajo apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).
Entre los principales datos que mostró el informe se encuentra que el 63% de los homicidios son cometidos con armas de fuego y que el 54% ocurren en la vía pública. Además, se indicó que las víctimas son en su mayoría hombres, jóvenes y solteros, y que el perfil de los agresores en muy similar, con un 58% que no tiene antecedentes penales; y que solo en el 12% de los casos la víctima y el agresor son desconocidos.
La investigación también reveló que los homicidios por “tráfico de estupefacientes” y por “venganzas y represalias” están concentrados en ciertas zonas de Montevideo, mientras que los asesinatos por “celos y apropiación sexual” y “otras disputas o discusiones” se dan de forma más dispersa en todo el país. Hay una notoria diferencia entre estas dos razones de los homicidios dado que en el caso de los “celos y apropiación sexual” el 98% se esclarece, mientras que cuando el homicidio es por “tráfico de estupefacientes” se aclara el 66%.
Los autores del informe, Emiliano Rojido, Ignacio Cano y Doriam Borges, recomendaron implementar estrategias de “mediación” y “disuasión focalizada”. También plantearon como positivo crear sistemas de “prevención situacional” y el “policiamiento orientado a problemas” para así reducir los homicidios. Básicamente dijeron que la estrategia debe estar centrada en programas sociales que se adapten a cada comunidad.
Diego Sanjurjo, coordinador de Estrategias Focalizadas de Prevención Policial del Delito en el Programa Integral de Seguridad Ciudadana, destacó a El País el hecho de que los investigadores apuntaron a la interrupción de la violencia como forma para prevenir y reducir los homicidios por ajustes de cuentas, algo que también está planteado en la Estrategia de Seguridad Integral y Preventiva que el criminólogo discutió con los partidos políticos.
La cartera propuso implementar el trabajo de una ONG norteamericana llamada Cure Violence que surgió en la ciudad de Chicago en el 2000. Lo que hace este modelo es tratar la violencia como una epidemia que tiene focos en ciertos lugares de la ciudad. En primera instancia busca detectar e interrumpir conflictos violentos o potencialmente violentos, después identifica y trata a las personas que están más expuestas a este riesgo y, finalmente, cambia las reglas de comportamiento que contribuyen al aumento de la violencia.
Sanjurjo dijo que algunos miembros de la ONG vendrían a Uruguay a formar un equipo de mediadores que hará el trabajo en los barrios de Montevideo. Según el proyecto, estos mediadores serán líderes comunitarios que comparten las raíces socioculturales.
“Muertes dudosas” no son homicidios
El informe del Ciesu puntualizó que existe una “alta proporción” de “muertes dudosas”, sobre todo desde 2020. De todos modos, señalaron que el perfil de sexo y edad de las víctimas por muertes dudosas es diferente al perfil de las víctimas de homicidio.
Aclararon, asimismo, que “los datos de homicidios de Uruguay cumplen en general con los estándares técnicos del Protocolo de Bogotá”.
Los académicos criticaron que hay problemas en los registros tanto del MI como del MSP, principalmente porque los ministerios no actualizan los datos después de que los forenses aclaran el motivo de las “muertes dudosas”.
“La oposición lo usa para pegarnos, pero esta investigación independiente descarta que sean homicidios”, aseguró el criminólogo. Lo relacionan al incremento de los suicidios.