Redacción El País
Este jueves el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) llevó adelante una tercera requisa en el interior del país, que forma parte de un conjunto de operativos de seguridad que seguirán concretándose en el resto de las unidades del país.

En esta oportunidad, se requisó la Unidad 24 de Soriano, en la que conviven 342 privados de libertad (313 hombres y 29 mujeres) y cuatro niños, con el apoyo de la Guardia Republicana, la Jefatura de Soriano, la dirección de Bomberos y alumnos del Centro de Formación Penitenciaria (Cefopen). En total trabajaron 219 efectivos policiales y en el lugar se hizo presente el ministro del Interior, Nicolás Martinelli.

El director del INR, Luis Mendoza, destacó que en esta oportunidad el volumen de los objetos no autorizados que se incautaron fue menor debido a que en esta unidad se han producido ciertos incidentes que han derivado a requisas de menor tamaño.

Sin embargo, los efectivos encontraron nueve celulares, 48 cortes de fabricación carcelaria, siete litros de bebida fermentada, 15 prendas de ropa no autorizadas, 21 planchuelas y 22,2 gramos de cocaína. Esta última fue arrojada por una ventana al momento de la requisa.

"Sabemos que estos teléfonos fueron ingresados de forma irregular y todos los que entramos a la cárcel somos sospechosos de traer esos elementos no autorizados. Por eso nos preocupa que puedan ser funcionarios, puedan ser por familiares o personas que dictan clases. Todos somos responsables y tenemos que trabajar para erradicar esos elementos que dejan mal parado en este caso al Ministerio del Interior", afirmó Mendoza.

Se trata de la misma cárcel en la que una maestra de Primaria ingresaba celulares y drogas para los reclusos, caso por el que hoy está en prisión.

Esta es la misma unidad en la que se alojaba un privado de libertad que solicitó un traslado, tras haber sufrido problemas de convivencia y temido por su vida. El hombre solicitó el traslado a una cárcel en Paysandú en la que murió poco después de llegar cuando otro recluso lo apuñaló en el rostro. El caso está en manos de Fiscalía.

Además, recientemente se produjeron incidentes que Mendoza calificó como "una reyerta" en la que los involucrados no requirieron internación hospitalaria. "Fue una reyerta que se da en muchos establecimientos debido a problemas de convivencia como pasa en la calle", aseguró el director del INR.

Mendoza aguarda por los resultados de una investigación interna para definir quiénes estuvieron involucrados en estos disturbios y solicitar su traslado a otras unidades.