Interpol emite alerta roja por prófugo del triple homicidio de Estación Floresta

La Policía uruguaya lo tramitó la semana pasada; estiman que Claudio Andrés Cancelo se encuentra en Brasil.

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Estacion La Floesta
Estacion La Floresta: los tres homicidios conmocionaron la localidad.
Foto: Juan Manuel Ramos

Autoridades de la Policía tramitaron la semana pasada ante Interpol la alerta roja para Claudio Andrés Cancelo Román (35) sospechoso de haber participado en el triple crimen ocurrido el 23 de diciembre de 2023 en un comercio de Estación La Floresta.

Al mediodía de ese día, la dueña de la tienda, Yovana (62), su pareja Carlos (57) y el hijo de la comerciante, Fabricio (37) fueron ultimados debajo de un parral ubicado en el fondo de la casa por dos delincuentes que habían ingresado a la vivienda a través del comercio. Luego los dos delincuentes huyeron sin llevarse el dinero de la recaudación, según la hipótesis que maneja la Policía.

Según dijo una fuente policial a El País, hay una posibilidad cierta de que el prófugo Cancelo Román se encuentre hoy en territorio brasileño, ya que en una moto puede llegar a la frontera con Brasil en poco más de tres horas.

Agregó que desde que se cometieron los crímenes hace 22 días, la Policía realizó 22 allanamientos y vigilancias en barrios periféricos de Montevideo y en la costa de Canelones para dar con el sospechoso.

En los últimos 15 días, Cancelo Román, quien tiene cinco antecedentes por rapiñas y hurtos, utilizó las redes sociales para dar su punto de vista sobre la investigación de la Fiscalía y los homicidios.

Allí, el jueves 11, Cancelo Román amenazó a la jueza del caso, Tania Vidal, y dijo que ya se había ido del país.

“No sé qué hace usted en ese cargo porque no sirve para nada, solo para inculpar gente y festejen uruguayos, festejen. Estás como loca porque no me encuentran. Levantá piedra por piedra, hija de puta, que yo no estoy más en Uruguay”, expresó el prófugo.

Cancelo Román vivía a menos de 100 metros en línea recta de la Tienda Yovana. Su dueña lo conocía desde pequeño y cuando cayó preso, la comerciante le enviaba encomiendas con comestibles y ropa a la cárcel. También entregaba alimentos fiado a los familiares de Cancelo.

En la red social Facebook, Cancelo reaccionó a tres publicaciones de un familiar cercano sobre el velatorio de las víctimas colocando un emoticon que significa que el hecho le generaba tristeza.

En los comentarios de las publicaciones sobre el caso, vecinos del pueblo de Canelones plantearon que había que realizar una quema de cubierta frente a la casa de los familiares de Cancelo Román, para obligarlo a entregarse. Eso generó una reacción del prófugo que amenazó, en su cuenta de Facebook, con tomar represalias “al azar” si alguien tocaba a su familia.

El 24 de diciembre, un familiar de Cancelo Román publicó una foto en su página de Facebook, en la que se encontraba la comerciante Yovana y su pareja, Carlos. Encima de la imagen de los dos fallecidos dice como título: “Justicia por ellos”. Luego hay un pequeño texto que señala: “Hoy partieron dos personas maravillosas, con la mano en el corazón y un hasta pronto, vecinos. Con lágrimas en los ojos y pidiendo justicia por ustedes, que paguen (los asesinos) porque la gente buena siempre cae en manos de personas malas (...)?” (sic). A este posteo, el prófugo reaccionó con un emoticón que significa “me importa”.

Unos días después, el 27 de diciembre, desde su cuenta de Facebook, Cancelo Román dijo que no es autor del crimen y respondió a quienes lo acusan: “Va a morir mucha gente si le hacen algo a mi familia”. Y agregó: “Se los digo, me escondo por miedo pero no porque fui yo, porque yo no fui, idiotas, HDP (sic.). No saben nada. Yo adoro a Yoani y su familia, no me voy a comer este garrón y el que los mató estará de fiesta y ustedes solo señalan a gente que no es. Yo no fui, ya lo van a saber”.

Los imputados

Las investigaciones policiales sobre el triple homicidio continuaron. El 29 de diciembre de 2023, la Justicia imputó, a pedido de la fiscal Vidal, a un adolescente de 17 años por participar de los crímenes. La imputación fue por dos infracciones gravísimas a la ley penal tipificadas como un delito de homicidio complejo muy especialmente agravado y un delito de rapiña agravada. El homicidio es muy especialmente agravado “por el concurso y por cometerse inmediatamente después de haber cometido otro delito y por no haber obtenido el fin propuesto”. Es decir, los asesinatos se produjeron después de verse frustrada la rapiña, informó la Fiscalía.

De la investigación en curso se desprende que el adolescente imputado ingresó al local junto a Cancelo Román.

El 27 de diciembre, un hombre de 21 años sin antecedentes penales fue formalizado por la Justicia de Atlántida como presunto coautor de los homicidios. Enfrentará una prisión preventiva de 180 días.

El jefe de Policía de Canelones, Víctor Trezza, dijo a El País que se estima que él fue quien trasladó a los dos homicidas hasta la Tienda Yovana y quien luego de la tragedia los ayudó a escapar. El dueño del auto usado en el traslado fue detenido pero finalmente quedó en calidad de emplazado. Es decir, no fue formalizado por el hecho.

Otras dos personas fueron emplazadas por la Justicia por sus vínculos con el prófugo. Se trata de un hombre de 34 años, de Malvín Norte, que cuenta con antecedentes penales y una mujer de La Floresta. El hombre le habría dado trabajo a Cancelo Román y la mujer le dio alojamiento, según fuentes de la investigación.

También es investigado un hombre que habría prestado su moto a Cancelo Román para supuestamente participar en la rapiña frustrada.

Además

¿Cómo logró salvarse la joven de 22 años de ser también asesinada?

La respuesta a esa pregunta es una de las hipótesis manejadas por los investigadores de Homicidios de la Jefatura de Policía de Canelones. Los agentes poseen información acerca de que Loreana, la hija de 22 años de la comerciante ultimada, estaba en otro lugar de la casa cuando llegaron los homicidas. La joven había ido a buscar un analgésico. Cuando regresaba con el fármaco y un vaso de agua, escuchó los tiros que venían desde el fondo. Corriendo, los dos delincuentes ingresaron a la vivienda, la vieron e intentaron tomarla de rehén. La joven logró escabullirse. Para no perder más tiempo, y con miedo de ser atrapados, los homicidas corrieron hacia la puerta que comunica la casa con el comercio y de ahí salieron al exterior, donde los esperaban en un auto. Poco después, Loreana salió corriendo y pidió ayuda a vecinos.

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