La investigación, a raíz del secuestro de una madre y sus dos hijas -de cinco y doce años- en el balneario Neptunia, continúa con el objetivo de determinar las causas y los responsables del hecho.

Los efectivos policiales indagan sobre una relación entre las actividades delictivas de un hombre de 43 años -pareja de la secuestrada y padre de las dos menores- y el hecho. El señalado se encuentra privado de libertad y, desde el Ministerio del Interior, se informó que está recluido por delitos vinculados al narcotráfico.

Según pudo saber El País con fuentes de la investigación, el hombre fue detenido en el marco de la operación Diana, que concluyó en setiembre de 2022.

Liderada por la Brigada Departamental Antidrogas de Montevideo, la investigación permitió desbaratar una banda de tres personas, que se dedicaba a distribuir cocaína al por mayor, en los barrios Villa Española e Hipódromo.

Los implicados fueron detenidos y dentro de sus hogares se incautaron armas, automóviles, grandes sumas de dinero y drogas.

Incluso, se encontraron plantaciones de marihuana en un terreno cerca a uno de los allanamientos. Si bien no se logró determinar quienes eran sus propietarios, también se decomisaron en la operación.

Sin embargo, además de cumplir el objetivo principal de desbaratar la banda, se detuvo a su proveedor: un hombre de 43 años, con domicilio en Neptunia Sur.

Se trataba del padre de las menores secuestradas y pareja de la mujer, quien fue detenido en su propia casa.

La vivienda donde la Brigada capturó al hombre -ubicada en Avenida Parque, entre calle 1 y 3- es la misma donde se produjo el triple secuestro.

Ante el ingreso de la Policía en su vivienda, el poseedor de cuatro antecedentes penales, arrojó un celular y un ladrillo de 1.047 gramos de cocaína hacia la casa lindera.

Según figura en el parte del caso, durante el allanamiento se incautaron dos autos, una pistola marca Glock vacía, $ 19.300, dos celulares y una balanza de precisión.

Dentro de los vehículos se encontró un envoltorio con marihuana en cada auto.

El detenido fue derivado a la Justicia por la Policía y luego condenado como autor de un delito de posesión de sustancias estupefacientes prohibidas, a la pena de tres años y cinco meses de penitenciaría.

El trabajo de los equipos de Hechos Complejos, en coordinación con la Fiscalía -liderada por Eliana Travers- analizan los pasos dados por los victimarios y buscan preservar la mayor reserva en los avances del caso.

Se trata de un hecho que, para los investigadores genera “más interrogantes que respuestas”

El hecho tuvo lugar sobre las 8:45 horas y comenzó con el ingreso a la vivienda de uno de los secuestradores, después de trepar un muro.

Este, al igual que el resto de sus compañeros, iba vestido de negro, con capucha y guantes que cubrían sus manos.

Una vez dentro del lugar, redujo a la mujer y abrió el portón eléctrico de la casa, para que ingresen sus compañeros en una camioneta roja.

En pocos minutos, el vehículo se retiró del lugar, seguido por un automóvil Volkswagen gris que utilizaba la mujer secuestrada, según detallaron fuentes del caso.

Daisy, una testigo del hecho, explicó que vio salir a la camioneta roja -que describió como “compacta y sin caja”- y casi al instante observó pasar al auto gris.

Al día siguiente, se encontró una camioneta incinerada, que se presume pudo ser la utilizada por los secuestradores. Lo que es una certeza, según supo El País, es que el auto Volkswagen fue abandonado a unas nueve cuadras del hogar y luego hallado por oficiales de la Policía.