Redacción El País
Los cabos Pedro Santos y Kenneth Kaiser protagonizaron un episodio poco habitual para la tarea policial, cuando fueron alertados desde el Centro de Comando Unificado de que una madre necesitaba ser trasladada.
Santos detalló, en declaraciones difundidas por el Ministerio del Interior, que él y su compañero creían que había un "bebé recién nacido" que necesitaba ser trasladado al hospital, pero cuando llegaron a la vivienda en Nuevo París, se encontraron con una mujer casi dando a luz.
"Ya estaba el feto saliendo y ahí empezó todo el trabajo", contó Santos que detalló que, lo que vino a continuación, fue hablar con la mujer para calmarla y animarla a pujar.
"Al retirar el feto nosotros lo agarramos y lo limpiamos un poco. Le dimos dos palmaditas en las palmas de los pies y en ese momento la niña empezó a llorar", continuó Santos que señaló que fue ese llanto lo que los tranquilizó, ya que era la prueba de que la niña podía "respirar por sus propios medios".
Subieron a madre e hija -a la que luego llamaron Airlen- al patrullero y las trasladaron a ambas al Centro Coordinado del Cerro, donde recibieron una primera revisión médica y se definió otro traslado, esta vez al Hospital Pereira Rossell.
"Fuimos hasta el Pereira a saludarlas, principalmente a ver que la niña estuviese bien. Quedamos con una expectativa porque las trasladaron inmediatamente, pero cuando fuimos al Pereira nos comunicaron que estaba todo perfecto y fue una tranquilidad", concluyó el cabo.