MUERTES EN POCITOS Y EN SAYAGO
Fue acusada de homicidio ultraintencional por la fiscalía.
Las pericias científicas concluyeron que la bala que mató al turista brasileño que se encontraba en un edificio de Pocitos provino del arma de una mujer policía que participó del operativo en el que fueron detenidos dos delincuentes tras el asalto a un autoservicio.
El fiscal del caso, Juan Gómez, acusó ayer a la uniformada, de 46 años, por un delito de homicidio ultraintencional, lo que significa que el resultado fatal pudo ser previsto.
A pesar de que la mujer quedó en libertad mientras prosigue la investigación, solo podrá desempeñar tareas administrativas y se le retirará el arma como medida cautelar.
El fiscal accedió a no pedir el arresto de la funcionaria por motivos humanitarios ya que, de acuerdo a lo manifestado por el abogado defensor, Víctor Della Valle, "tiene tres hijos y cuatro nietos que dependen enteramente de ella".
Della Valle aseguró que la mujer, que está casada con un policía, no estaba capacitada para encontrarse en "la primera línea de fuego" contra un delincuente. En sus 20 años de trabajo, solo fue tres veces al polígono. La última vez, hace tres años, señaló el abogado.
"Es una mujer con mucho peso, con cierta edad y con problemas cardíacos", indicó el abogado a El País.
Luego del episodio, a la funcionaria policial le subió la presión a 25, agregó el abogado. "No estaba preparada para trepar verjas, disparar con precisión y correr detrás de un delincuente".
También explicó que la policía declaró que su intención fue "tirarle a las piernas" al delincuente que estaba trepando por una reja del edificio de la calle Gestido, buscando ganar la azotea. La bala dirigida contra el individuo ingresó por la ventana de un apartamento e hirió de muerte al turista brasileño.
El hecho.
En la noche del domingo dos individuos armados ingresaron a un autoservicio ubicado en Tomás Diago y Jaime Zudáñez y tras robar parte de la recaudación se subieron a un taxi y huyeron.
Dos guardias de una empresa de seguridad que custodiaban el autoservicio siguieron al taxi en moto. No llevaban armas, pero mantenían comunicación con el 911 informando del trayecto que seguían los delincuentes. Al llegar al cruce de Soca y Gestido, los rapiñeros descendieron del vehículo y continuaron la huida a pie. Uno de ellos intentó escabullirse trepando por las rejas de un condominio de tres plantas, donde estaba el apartamento arrendado por el turista brasileño y su esposa.
Según contó a El País un vecino que presenció el tiroteo, él vio en la calle "a una mujer policía que sufría una crisis de nervios y gritaba que le había disparado a un inocente".
El fiscal Juan Gómez, al solicitar la formalización de la policía, señaló que "la imputada pretendió herir a una persona y causó la muerte de otra ajena al suceso", pese a "la escasa distancia entre el blanco pretendido y su posición de tiro".
VOCES EN EL ÁMBITO JUDICIAL.
"En opinión de la Fiscalía, la conducta de la funcionaria policial (...) no puede ser amparada en alguna causa de justificación y revela falencias reprochables en un obrar profesional, dada la escasa distancia entre el blanco pretendido y su posición de tiro. Deviene evidente que la imputada pretendió herir a una persona y causó la muerte de otra ajena al suceso originario", reza el dictamen del fiscal letrado de Homicidios, Juan Gómez, en el pedido de formalización que elevó ayer al juez a cargo de la causa.
"En 20 años de funcionaria, solo fue tres veces al polígono de tiro. Nunca tuvo un enfrentamiento a balazos. Tampoco estaba preparada físicamente. Es una mujer con mucho peso, con cierta edad y con problemas cardíacos. No estaba preparada para trepar rejas, disparar con precisión y correr detrás de un delincuente. Se supone que en los patrulleros tiene que haber gente joven y ágil. Con sus condiciones, no puede andar corriendo a delincuentes que están fuertemente armados".
Otro hecho de sangre en el que estuvo implicado un policía ocurrió en la madrugada de ayer en Sayago.
Un funcionario fuera de servicio mató a un rapiñero que intentó robarlo en la esquina de Millán y Garzón.
De acuerdo al relato del agente, cuatro delincuentes se bajaron de un auto y quisieron rapiñarlo. Se produjo un intercambio de disparos que terminó con uno de los delincuentes muerto.
Una mujer murió luego de ser atropellada por un ómnibus de la Guardia Republicana que regresaba tras culminar el Operativo Mirador III en Casavalle. El accidente se produjo en la mañana de ayer, en el cruce de Burgues y León Pérez, en Cerrito de la Victoria.
La víctima, que no pudo ser identificada debido a que no tenía documentos, se dirigía a una feria cercana y cuando cruzaba la calle, fue embestida por el ómnibus. La esquina donde ocurrió el accidente tenía semáforos pero no estaban en funcionamiento.
Según los vecinos, por el lugar donde circulaba el ómnibus hay una bajada y los vehículos suelen tomar velocidad. De acuerdo a las pericias, la mujer, de avanzada edad, cruzó por la mitad de la calle, entre los autos que estaban estacionados al costado de la acera.
El cuerpo de la víctima estuvo tirado en el lugar del hecho y cubierto con un nailon negro por más de una hora, a la espera de que llegara el fiscal Juan Gómez. Los vecinos, intrigados y preocupados, le preguntaban a los efectivos de la Guardia Republicana cuándo iban a poder identificar a la mujer. Algunos incluso se ofrecían para realizar el reconocimiento.
Nueve días antes de este accidente, una mujer embarazada de siete meses, que se trasladaba como acompañante en una moto, fue atropellada por un móvil policial que iba rumbo a un procedimiento. El hecho ocurrió en la madrugada del lunes 12, en Miguelete y Fernández Crespo, Aguada. Familiares de la víctima, entre ellos el esposo que conducía la moto, se manifestaron pidiendo "justicia".