Redacción El País
La costa de Rocha fue escenario de un rescate donde la realidad superó la ficción. El protagonista fue un joven pescador de 24 años, que cayó al agua desde su embarcación y, al darse cuenta de que los equipos de rescate no lo podían ver, solo le quedaba una opción para sobrevivir: nadar hasta la orilla.
El hecho ocurrió sobre las 17:45 horas de este domingo, a la altura del balneario San Antonio. Según reportó la Armada, el joven, que se encontraba a bordo de la embarcación de pesca artesanal “María Ximena”, había avisado de que se acostaría a dormir en la popa. Sin embargo, cuando uno de sus compañeros se acercó, este ya no estaba a bordo.
Rápidamente, quienes quedaron en la embarcación advirtieron a Prefectura de la Paloma sobre lo sucedido y dijo que el joven no llevaba puesto chaleco salvavidas. Sobre las 17:55 comenzó el dispositivo de rescate por agua y tierra, que contó con la colaboración de seis embarcaciones de pesca artesanal que salieron en busca del joven pescador.
A las 20:15 horas, dos horas y media después de reportada la caída del joven, Prefectura fue notificada de que el joven salió por sus propios medios en la playa del Barco, en La Pedrera, a unos 9 km del lugar en el que cayó al agua.
A pesar de encontrarse en estado de shock, el joven no tenía lesiones, por lo que luego de ser evaluado en la policlínica de ASSE en La Paloma recibió el alta.
"Era sobrevivir o abrir la boca y ahogarme"
Matías Pereyra, el joven de 24 años que sobrevivió a la caída al agua, contó este lunes cómo transcurrieron las desesperantes horas hasta que logró salir. "Zarpamos a las 14 horas a una zona de pesca, iba descansando en el gallinero en la popa de la barca. En determinado momento me fui a poner un abrigo porque la mar golpeaba la proa y me mojaba, me fui a abrigar y cuando se escoró la barca para un costado caí al agua", detalló en rueda de prensa recogida por Telemundo (Canal 12).
Según detalló, antes de caer al agua gritó "¡hombre al agua!", luego gritó tres veces mas, pero al darse cuenta de que no lo habían escuchado no esperó a que la embarcación se volteara. "busqué un punto en la costa y lo único que veía era la antena de La Pedrera. Atropellé rumbo a La Pedrera y después la marea me sacó a la playa del Barco", explicó.
Pereyra contó que durante la travesía, en la que no dejó de nadar, le dieron 10 calambres. Además, dijo que pensó en muchas cosas. "Fue una experiencia que era sobrevivir o abrir la boca y ahogarme", sentenció.