Bajo la premisa de que la inseguridad en los barrios es provocada por el microtráfico, las jefaturas de Montevideo y Canelones y la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid) realizaron tres operaciones contra “bocas” a partir del domingo 17 hasta ayer. Los operativos generaron pruebas para la condena de 19 personas e incautaciones de armas, vehículos, drogas y dinero.

Entre el 1° de enero y el 31 de agosto de este año, la Policía realizó 1.343 allanamientos -un promedio de cinco por día- que redundaron en el cierre de 707 “bocas de droga” y 1.329 condenados por delitos relacionados con la venta de estupefacientes en todo el país. Esas cifras fueron divulgadas ayer por el director nacional de Policía, José Azambuya, en una conferencia de prensa.

Esta es una política de seguridad que sigue la línea del exministro de Interior, Jorge Larrañaga, hoy fallecido.

Larrañaga estaba convencido de que el combate al microtráfico era el único camino a seguir para bajar la inseguridad en los barrios. El 7 de agosto de 2020, Larrañaga dijo a El País: “Me han criticado por decir que le declaro la guerra al narcotráfico. Como que eso en otros países no ha funcionado y ha costado miles de muertos. Pero, me pregunto: ¿cuál es la alternativa si no enfrentamos decididamente al narcotráfico? El narcotráfico mata”.

El domingo 17, la Jefatura de Canelones llevó adelante la operación “Despertar” en el barrio Corfrisa de Las Piedras, donde fueron detenidas 10 personas en 14 allanamientos. Ocho de los detenidos fueron condenados.

El jefe canario, Víctor Trezza, afirmó que los operativos se efectuaron tras un trabajo de inteligencia luego de detectar una gran cantidad de adictos dirigiéndose a “bocas”, las que posteriormente fueron allanadas.

El martes 19, unidades de la Policía de Montevideo realizaron la operación “Augusto”, que derivó en siete detenidos que aún están a disposición de la Fiscalía.

El jefe de Policía capitalino, Mario D’Elía, destacó ayer que la investigación duró 10 meses y provocó la desarticulación de dos “bocas” en Colón y Complejo América. Ambas tenían un mismo cabecilla.

El jerarca también señaló que ese grupo poseía una conexión internacional con contrabandistas argentinos.

En el operativo, fueron incautados 850 pares de lentes evaluados en unos US$ 45.000, además de drogas y dinero.

D’Elía destacó: “El cierre de las ‘bocas’ es un punto importante en la estrategia de la Policía. En muchos casos son tapiadas, provocando una reducción del delito en esas zonas”, como ser robos y arrebatos.

El mismo martes 19, la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas instrumentó la operación “Cirene”, donde fueron detenidas 11 personas, de las cuales fueron imputadas nueve por delitos relacionados con la venta de estupefacientes.

El director de Investigaciones, Juan Rodríguez, destacó que esa investigación demoró seis meses de trabajo.

“Se ubicó a un clan dedicado al microtráfico de drogas”, dijo el jerarca. Y agregó que no solo se atacaron las “bocas” de esa organización sino que también se logró desarticular, “en gran medida”, a un grupo narcotraficante que operaba en los barrios Villa Española y Pérez Castellanos.

En la misma línea que el jefe D’Elía, Rodríguez señaló que este tipo de procedimientos mitiga las “situaciones conflictivas” en los barrios.

Por su parte, Azambuya destacó que las investigaciones contra el microtráfico son atemporales.

“Se debe trabajar con la profesionalidad debida. Eso significa que la recolección de evidencias es a largo plazo”, explicó. Y concluyó que esta forma de trabajar de la Policía generó las pruebas suficientes para que la Fiscalía y la Justicia lograran las formalizaciones o las condenas de las personas detenidas.