ANCAP
Hasta el momento, la Policía sigue revisando las cámaras de videovigilanica. Sin embargo, 18 de las 60 cámaras no estaban transmitiendo en tiempo real.
Sobre las ocho de la mañana de ayer, dos hombres vestidos como funcionarios ingresaron a la refinería de Ancap ubicada en el barrio de La Teja y se dirigieron a la Tesorería. Una vez adentro, amenazaron a la única funcionaria que estaba allí y le exigieron que los ayudara a colocar los $ 3.500.000 en efectivo que estaban en la caja fuerte en bolsos que habían llevado.
Luego le pegaron un “cultazo” con una pistola, la ataron y la drogaron con una sustancia -que provocó que se desmayara por 40 minutos. La rapiña se conoció cuando otros funcionarios pasaron por el edificio y, al mirar a través de la ventana, vieron a la mujer atada y desmayada en el suelo.
El jefe de Policía de Montevideo, Mario D’Elía, detalló que los hombres no utilizaron la puerta principal de acceso a la refinería, que es la que tiene mayores medidas de videovigilancia, sino que ingresaron por un edificio secundario.
Por otro lado, el director de Ancap, Richard Charamelo, dijo a El País que la única persona que tuvo contacto con los criminales fue la funcionaria a la que agredieron. Aunque mencionó que había un guardia del edificio “a pocos metros”, pero este dijo que “no vio nada”.
En este sentido, D’Elía señaló que las declaraciones del hombre son confusas y no estaba en su posición en el momento en que se produjo el asalto. “Parte de la hipótesis del trabajo” es que haya habido algún cómplice de los delincuentes trabajando en la refinería, determinó D’Elía, pero reparó en que por el momento toda la información es preliminar.
Otras fuentes de Ancap consultadas por El País apuntaron que la idea de que quienes robaron sean funcionarios “es poco probable, pero puede ser personal disimulado entre los 500 o más contratistas que ingresan por día”.
El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, en tanto, destacó ayer de tarde que “no hay antecedentes” del robo a la planta. Reconoció que antes ya se habían registrado “hurtos en lugares de trabajo, pero un ingreso así no autorizado y con esta violencia jamás se había dado en una dependencia de la refinería”.
Cámaras
El viernes pasado Ancap había reclamado a la empresa que se ocupa de la seguridad de la refinería que había 18 cámaras -de las 60 que hay en la planta- que no estaban transmitiendo en tiempo real. Las filmaciones no llegaban al centro de monitoreo, según dijeron fuentes de la empresa a El País.
En tanto, desde la firma que se encarga del sistema de seguridad señalaron a El País que recibieron el reclamo y el mismo viernes a la mañana concurrieron a Ancap.
“En el relevamiento técnico se identificó el problema y su magnitud, coordinando de común acuerdo los trabajos de ajustes necesarios para restablecer el sistema”, añadieron desde esta empresa, al tiempo que confirmaron que esas 18 cámaras no transmitían en el momento del robo.
Según información preliminar dada a conocer por Ancap, este problema devino de una dificultad con la señal y no por roturas en el cableado. La Policía Científica está trabajando en la revisión de cada una de las cámaras para ver si, a pesar de que la transmisión de 18 de ellas no llegó al centro de control, igual grabaron.
La Policía sigue trabajando en el lugar para determinar por dónde ingresaron los criminales. Ayer utilizaron el dron de Ancap para sobrevolar la refinería por si se constataba alguna anomalía por vista aérea, pero no fue así.
“Todavía hay mucho que procesar”, dijo a El País el jefe de Policía de Montevideo al final de la jornada.
Los millones
La prensa le consultó a Stipanicic por qué había millones de pesos en efectivo en la refinería de La Teja. “Estamos adentro de una refinería de petróleo, que tiene repuestos y contrataciones que son muy caras, bastante más caras que la normalidad de las operaciones en cualquier empresa de plaza, entonces tener ese monto de dinero en un fondo fijo no debería llamar la atención porque cualquier incidente en el cual haya que comprar tres o cuatro equipos, hasta seguramente pueda superar ese monto”, determinó el director de la empresa pública.
El ejecutivo señaló que el dinero hurtado es “un fondo fijo, de reserva para compras de emergencias, especiales y cuestiones en las cuales no se puede tramitar un pedido de compra de forma normal por los procedimientos habituales”.
De todos modos, puntualizó que la zona de Tesorería “no es un lugar con movimiento de público, no es una caja donde clientes paguen a Ancap o Ancap pague a proveedores”. Consultado sobre si el directorio evalúa cambiar normas de seguridad, remarcó en declaraciones a Azul FM que “desde hace mucho tiempo” se trabaja en eso.