Se cumplen ocho años del asesinato de la adolescente argentina Lola Chomnalez, el femicidio que más trascendió en Uruguay y uno de los casos que conmovió al país vecino. Sin embargo, este aniversario tiene un tinte distinto porque después de siete años en que los padres de Lola vivieron el desconsuelo de no saber quién había asesinado a su hija, ahora el caso finalmente está formalizado.
Leonardo Sena, un panadero del Chuy de 39 años, fue procesado como autor material del femicidio gracias a la evidencia de ADN que obtuvo la genetista Natalia Sandberg, también de 39 años, que dirige el Registro Nacional de Huellas Genéticas.
La investigación continúa, pero según dijo a El País el abogado de la familia, Juan Raúl Williman, la declaración de los testigos fue lo suficientemente contundente como para evidenciar que el relato de Sena, sobre que se cortó el dedo trabajando en un minimercado y luego encontró la mochila de Lola, “era muy inverosímil”.
Lo que aún falta, dijo el abogado, es la resolución del Tribunal de Apelaciones por la apelación de la sentencia que absolvió a Ángel Moreira, alias “El Cachila”. “Se continúa investigando”, apuntó el abogado.
En entrevista con El País, la madre de la fallecida, Adriana Belmonte, dijo que “fue un proceso largo”. “Hace tiempo esperábamos una buena noticia y verdad, siempre pedimos verdad”, enfatizó.