Redacción El País
Según dos recientes investigaciones presentadas por el Ministerio del Interior y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), y con datos del observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad, en promedio de 2012 a 2022 solo un 6,5% de los homicidios se vinculan al narcotráfico.

Emiliano Rojido, uno de los investigadores detrás de los informes “En las grietas del Estado. Gobernanza criminal en Montevideo” y “Diagnóstico de los homicidios en Uruguay (2012-2022)”, detalló que este porcentaje atiende en general al tráfico de estupefacientes.

Esta cifra difiere dela presentada el los últimos meses por el ministerio del Interior, donde se apuntaba que los crímenes por enfrentamiento entre bandas superaba el 75% de los homicidios.

"El ministerio del Interior publica un concepto más general de ‘ajuste de cuentas’, que incluye: tráfico de estupefacientes; venganzas y represalias y una parte de los homicidios que a través de una serie de indicadores se contabilizan como ajustes de cuentas. Son los datos del propio observatorio", puntualizó Rojido en diálogo con Informativo Sarandí (Radio Sarandí).

Jóvenes, varones y pobres. Estas son, a grandes rasgos, tres características que marcan el perfil de las víctimas de homicidios en Uruguay, según las investigaciones. El investigador Emiliano Rojido apuntó que una de las grandes contribuciones de estas investigaciones es el foco que se hace en los homicidios.

"No tenemos una academia muy especializada de criminalidad y el perfil de las víctimas de homicidio son en términos general jóvenes, varones y pobres. Tampoco tienen tanta capacidad de concitar el interés del estado en la generación de respuestas. El delito contra la propiedad o el abigeato afectan a poblaciones con mayor posibilidad de generar respuestas", detalló el investigador en diálogo con Informativo Sarandí (Radio Sarandí).

Según los informes, los homicidios tienen diferentes móviles: narcotráfico, celos y apropiación sexual, defensa de terceros, discusiones por dinero, entre otros. "El homicidio no es un fenómeno solo. Una persona que mata a otra. Están allí operando diferentes formas de violencia. El perfil de las víctimas y los agresores son diferentes, los mecanismos y por lo tanto también son diferentes las oportunidades de prevención y las políticas para abordarlos", resaltó Rojido.

En otro punto que estos trabajos arrojan luz es sobre "las muertes dudosas". "La proporción de muertes dudosas en relación a homicidio es demasiado alto", detalló el experto, y mostró que el problema es anterior a la pandemia. De 2012 a 2019 la proporción de muerte dudosa frente a los homicidios era de un 25%. "Nosotros no accedimos a los expedientes por muerte dudosa", dijo el investigador, pero apuntó que está la hipótesis de que la pandemia agravó la situación, al punto que hoy por cada dos homicidios hay una muerte dudosa.

En el estudio se "intenta proponer posibilidades sobre cómo abordar los distintos problemas", remarcó Rojido, basándose en literatura internacional que "han demostrado ter impacto", especialmente en el caso de los homicidios entre grupos criminales.