Redacción El País
Las víctimas son personas mayores y los delincuentes las llaman haciéndose pasar por un familiar. Les hablan de un presunto cambio de moneda o las asustan con el inminente cierre de un banco. Así las convencen de entregar a "alguien de confianza" el dinero que tengan en efectivo. En los últimos tres días la Policía tuvo conocimiento de al menos tres estafas con este mismo modus operandi.

El martes pasado, un supuesto sobrino llamó a un hombre de 84 años en Pocitos y le hizo entregar US$ 17.000 a una mujer que lo esperaba fuera de su casa, tras convencerlo de que el banco había quebrado. El miedo por perderlo todo llevó al hombre a retirar otros US$ 700.000 y también entregarlos al delincuente.

El miércoles, tuvo lugar una estafa fallida a una mujer de 98 años en el centro de Montevideo. Los delincuentes persuadieron a la víctima de que el dinero que tenía en efectivo iba a "perder su valor", por lo que fue, acompañada de una desconocida, hacia una sucursal del Banco República a retirar su dinero. Pero los empleados del banco sospecharon de esta situación y decidieron llamar a la Policía. Efectivos intervinieron en el momento en el que la víctima procedía a entregar a la estafadora su dinero.

Tras su detención, la mujer fue llevada ante la Justicia y fue condenada a 15 meses de prisión, los tres primeros como arresto domiciliario y los últimos con arresto domiciliario nocturno y posterior libertad a prueba, según informó Subrayado (Canal 10) y confirmó El País con fuentes del Ministerio del Interior.

El tercer caso ocurrió en Ciudad de la Costa este jueves y la víctima fue una mujer de 91 años que entregó a los delincuentes la suma de US$ 15.000 y $79.000, que retiró en distintas tandas, según informó el medio citado. Pese a que ocurrió en Canelones, el caso fue derivado a Montevideo para que se continúe su investigación en profundidad.

Foto: Estefanía Leal

Tres estafas similares, por grandes sumas de dinero y a víctimas de similares características ¿están vinculadas? "Es posible, no se descarta y se investiga", indicó a El País el vocero del Ministerio del Interior Pablo Benítez.

"Son situaciones periódicas y reiteran el modus operandi", destacó y señaló que los delincuentes tienden a probar con varias personas "en un corto periodo" de tiempo, hasta que una cae. "Y en algunos casos lo logran. Son, por lo general, agrupaciones que realizan eso" y que trabajan de a dos o más personas por estafa.

Pese a que, tras consumarse un delito la Policía inicia una investigación, las autoridades recomiendan que estos casos se denuncien lo antes posible, tanto para detener a los involucrados como para recuperar el dinero. "Ya teniendo a un responsable es más fácil de poder desarmar el grupo que esté actuando ahí", añadió.

"Venimos trabajando en las diferentes comisiones que integran la organización, y en el grupo que integramos con la Institución de Derechos Humanos en lo que creemos que debe ser una campaña de alerta. Todavía no la tenemos craneada, pero creemos que el mejor canal para difundirla serían los informativos, porque es lo que más consume la gente mayor", explicó a El País Estela Ovelar, presidenta de la Asociación de Jubilados y Pensionistas del Uruguay.

"Vemos que el foco se pone cuando la situación sucede y se consuma la estafa. Pero hay algo que hay que tener presente, y es que nuestras viejas y viejos están atravesando una soledad no deseada.", agregó

Ovelar planteó que la pandemia por Covid-19 "dejó sus estragos" y llevó a que muchas personas mayores se aislaran de sus familias o perdieran contacto con vínculos cercanos o de confianza. "Coincido en la recomendación de que la persona, cuando le pasa ese tipo de cosas, debería hablar primero con alguien. Pero a veces no lo tienen o se ponen nerviosos en el apuro de solucionar el problema", puntualizó.