Un hombre hacía "rituales" en su casa y luego abusaba sexualmente de dos sobrinas que tenía a su cargo

El caso fue abordado por la Justicia penal, que dispuso la colocación de una tobillera electrónica de manera preventiva a la espera del juicio. Las jóvenes volvieron al cuidado de su madre.

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Cartel en ruta de ingreso al departamento de Paysandú. Foto: Archivo El País
Cartel de ingreso al departamento de Paysandú, ubicado sobre la ruta.
Foto: archivo El País

Redacción El País
Una nueva situación de abuso sexual en Paysandú sacudió al departamento en las últimas horas. En este caso, el acusado e imputado es un hombre que tenía a su cargo a dos jóvenes, una menor y una mayor, de quienes abusaba sexualmente luego de realizar "rituales" que incluían sustancias psicoactivas como alcohol.

La Justicia penal lo imputó por reiterados delitos de abuso sexual, atentado violento al pudor y desacato.

La denuncia la realizó una familiar de las jóvenes, que tienen 23 y 14 años, y que son sobrinas del imputado pero hacía cuatro años que las tenía a su cargo luego de una denuncia contra la madre de ambas.

La joven, familiar de las víctimas, describió que ellas le comentaron que, tras dormir, era habitual que "despertaran con dolores en el cuerpo".

La primera en comentar la situación fue la menor de edad, y tras esa denuncia la mayor señaló que, cuando era más pequeña, sufría un abusos similares.

Los rituales, según consignó el medio local El Telégrafo y confirmó El País con fuentes policiales, incluían la quema de yuyos y la ingesta de alcohol.

Hace ya unas semanas, la Justicia volvió a otorgarle la custodia de las jóvenes a su madre, hermana del imputado.

Por otro lado, en una audiencia reciente, tras determinar que hay indicios de los abusos sexuales, la Justicia dispuso diversas medidas cautelares. Una de ellas, según el parte policial al que accedió El País, es "fijar domicilio y no modificarlo sin dar cuenta" a las autoridades. También tendrá prohibición de comunicación y acercamiento a las víctimas, y deberá presentarse una vez por semana en la seccional policial correspondiente a su casa.

Para que estas órdenes se cumplan tendrá que colocarse una tobillera electrónica que permita rastrear su ubicación.

Según pudo saber El País, la fiscal pidió que el imputado sea enviado a la cárcel pero la jueza no decretó esa medida, y por tanto la fiscal apeló. Situación similar ocurrió recientemente con un caso de abuso sexual en Aguas Dulces (Rocha).

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