Un policía pidió clave de El Guardián en grupo de oficiales; existen dudas sobre su seguridad

La exdirectora de Inteligencia Mariana Moura dijo que “no puede afirmar” que los funcionarios policiales dieran contraseñas.

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Operativo policial en Plaza Independencia
Operativo policial.
Estefania Leal/Archivo El Pais

"Nunca se me ocurriría entorpecer una investigación, y menos una que atañe al señor ministro del Interior”. Esa fue la frase que utilizó, casi al final de una de sus declaraciones, el oficial Sílcar Lara, uno de los señalados por entrar irregularmente a El Guardián -el sistema de escuchas telefónicas legales- para oír comunicaciones sobre el caso de los vinos envenenados, por el que resultó asesinada Cecilia Fontana de Heber, madre del exministro Luis Alberto Heber.

Por el ingreso irregular a El Guardián hubo tres investigaciones: una a nivel administrativo, donde el Ministerio del Interior informó que inició sumarios a dos policías -el que prestó su clave, John Giménez, y al que se la cedieron, Lara-; una a nivel penal a cargo de la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos; e inicialmente hubo una tercera en el juzgado penal de 27° Turno.

Como el caso de los vinos envenenados se dirime en los juzgados que actúan bajo el régimen del viejo Código del Proceso Penal en el que el juez lideraba la investigación, el 25 de octubre del año pasado varios policías declararon frente a la jueza del caso, Silvia Urioste.

El País accedió a una serie de las declaraciones que tomó Urioste inicialmente; entre ellas, las de la exdirectora de Inteligencia Mariana Moura, el director de Investigaciones de la Policía Nacional, Juan Rodríguez Reina y las de Jorge Leguizamón, Walter Amorín y Sílcar Lara.

El ingreso irregular a El Guardián ocurrió -según surge de la primera información que proporcionó Interior- porque el oficial John Giménez prestó su clave para ingresar. Una de las formas de darle trazabilidad al sistema es que queda registrado qué usuario ingresó a qué caso, durante cuánto tiempo y otras especificidades.

Además, el usuario de cada policía condiciona las operaciones a las que puede entrar. Estas son únicamente en las que él tiene competencia para actuar.

Pero al ser consultada en el marco de las declaraciones que tomó la jueza Urioste, el abogado de la familia Heber, Javier Barrios Bove, le preguntó a la exdirectora de Inteligencia si “este fue el único caso en que un funcionario entrara con la clave de otro”.

La hoy exdirectora, que había sido relevada de su cargo dos días antes de declarar, respondió que “es la primera vez que se tiene una investigación que no era de la unidad”. Luego, mostró que no tenía seguridad de que el “préstamo” de claves no fuera algo extendido entre los funcionarios policiales. “Si el personal se presta la clave, no se lo puedo afirmar. Nunca se detectó algo así porque nunca hubieron investigaciones a las que el personal no pudiera tener acceso (sic). Es verdad que no deberían prestarse las claves y no se había detectado antes”, declaró.

Cuando le tocó dar testimonio a Lara, el policía argumentó que no tenía clave para acceder a El Guardián porque “la tenía bloqueada por desuso y además no la usaba casi nunca”. Pero como le dieron la orden de monitorear una operación que se desarrollaba en el interior, fue que ingresó al sistema con la contraseña de Giménez.

Más adelante, ante una pregunta del fiscal Ricardo Perciballe, Lara dijo: “A mí me dio la orden Pino de ingresar a las escuchas de (la otra operación) y como tenía la clave bloqueada, en el grupo de oficiales consulto cómo se hace para desbloquearla y en el momento, sin mediar otra palabra, Giménez me da su clave”.

-¿En la unidad todos tienen usuario o solo usan uno? -le preguntó el fiscal.

-No todos tienen, solo los oficiales tienen y quizás alguien de la escala básica según el perfil del funcionario. Yo tengo usuario pero no tengo ninguna investigación a cargo. La tenía bloqueada hacía mucho tiempo que no la usaba, no fui muy idóneo en el sistema El Guardián y SAIL, mi perfil es otro -le contestó Lara.

En ese desconocimiento fue que se amparó para justificar que no sabía que estaba dentro de la operación de los vinos envenenados. Porque cuando Barrios Bove le afirmó que cuando se selecciona una llamada en la parte superior se dice qué operación es, Lara contestó que no lo sabía.

Otro de los policías que declaró por el caso, Walter Amorín -quien también fue sumariado pero sin separación del cargo-, aseguró que en una de las máquinas de la oficina “estaba el usuario (de Giménez) recordado” y que incluso él se lo llegó a decir a Lara cuando preguntó por el grupo lo anterior.

Luego, el fiscal le preguntó a Amorín por qué ingresó a El Guardián si no tenía clave para hacerlo. Amorín le contestó que ingresó “porque es una necesidad del departamento” y que lo hizo “con la clave proporcionada por el jefe ya que es el único usuario disponible para poder hacerlo”.

“¿Aunque no tiene clave entra con frecuencia?”, le insistió el fiscal. “Cuando yo llego, no solo uso El Guardián, sino reviso correos, ingreso al sistema de gestión, entro a la intranet ministerial, a la intranet jefatorial y en este caso como teníamos la operación (la que les habían ordenado seguir) ingreso a El Guardián a escuchar si había algo de relevancia. Todo lo anterior se realiza con mi usuario respectivo, salvo El Guardián porque no lo tenía previsto. El ingreso a El Guardián es con la anuencia del jefe del Departamento”, contestó.

La irregularidad fue detectada porque se realizan auditorías periódicas de El Guardián y el auditor vio que había ingresos de Giménez a las escuchas del caso, cuando él había dicho expresamente que no lo haría. El auditor lo llamó y Giménez le dijo que no lo había hecho, que seguramente fue Lara. En el caso de Amorín lo detectaron porque ingresó en un horario en el que Lara no estaba trabajando.

Los ingresos irregulares los investiga la fiscal Silvia Porteiro.

Además

Fueron tres los policías sumariados por el caso

Inicialmente Interior informó de los sumarios de Giménez y Lara pero después se sumó un tercero: el de Walter Amorín. Fue el único que no fue separado del cargo. También declaró frente a la jueza Urioste el 25 de octubre. Del expediente surge que él también entró a El Guardián con la clave de Giménez. Como ocurrió con Lara, justificó que lo hizo por error cuando intentaba ingresar a una operación a la que sí estaba autorizado. La figura de Lara es analizada con recelo por ser hijo de un difunto exjerarca que compartió tiempo con Ricardo Zabala, uno de los policías indagados por el homicidio.

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