Redacción El País
Pasaron ya algunos días desde que cinco hombres ingresaron armados a una casa en la zona de Gruta de Lourdes y se llevaron por la fuerza a una joven de 22 años, pero la conmoción aún continúa. Si bien la chica fue encontrada este miércoles, permanece internada producto de varias heridas. La investigación no tiene detenidos, pero con el paso de las horas la Policía ha ido agudizando la mira con respecto a cuáles pudieron haber sido las causas, así como los posibles implicados en este hecho.

El inesperado episodio ocurrió el pasado martes en la tarde. La joven se encontraba en su casa, ubicada en la calle Parahiba y Chicago, donde trabajaba como haciendo manicura. Con ella estaba su hermano y también una clienta junto a su pareja.

De un momento para otro, cinco personas irrumpieron armadas al grito de "¿dónde está el dinero?", pegaron un culatazo al hermano de la joven y se la llevaron a la fuerza. No dejaron rastro. Los presentes no entendían por qué.

Meses atrás habían sufrido el mismo desconcierto y desesperación cuando desconocidos intentaron meter a la misma joven dentro de un auto en contra de su voluntad, aunque vecinos llegaron a intervenir para evitarlo.

Pocas horas después de lo ocurrido el martes, fue encontrada la camioneta en la que los delincuentes escaparon con la joven. Pero seguían sin obtener información sobre ella. Tampoco nadie se había comunicado con la familia, lo que desconcertaba a los investigadores ya que no se trataba de un secuestro, ya que no existió un pedido de rescate.

Recién el miércoles fue encontrada la mujer, atada, con cortes y marcas de golpes en un predio abandonado del barrio Marconi. Desde allí fue trasladada a un centro asistencial y permanece internada a la espera de su recuperación.

"Hipótesis hay muchas", dijeron fuentes de la investigación a El País, aunque "de a poco hay cosas que se van aclarando". Según la información con la que cuentan los investigadores hasta el momento, descartan que la joven estuviera involucrada en alguna maniobra ilícita, y habría quedado en medio de otra situación.

Una valija pareciera ser la detonante de todo. Más allá de las teorías del caso, hasta el momento se tiene la certeza de que a comienzos de año, una clienta le pidió a la joven que le guarde una maleta, diciendo que ella luego retornaría para llevársela y que adentro tenía ropa.

Los días pasaron, hasta que un día tocaron la puerta unos hombres, que dijeron haber ido para retirar la valija, por lo que ella se las entregó. Poco después, la dueña llamó para comunicarle que pronto iría a buscarla, lo que desconcertó por completo a la chica, que ya la había entregado creyendo que los hombres habían sido enviados por su clienta. A partir de ese momento comenzó a recibir mensajes de amenaza.

Una de las claves para los investigadores es dar con el paradero de la mujer que le solicitó la custodia de la valija, que si bien se presume que podía tener dinero, no se tiene la certeza. Hasta el momento no ha podido ser localizada.

Una de las líneas de investigación, aunque continúa trabajándose como hipótesis primaria, es que la clienta que entregó la valija es la pareja de un narcotraficante que actualmente se encuentra en prisión, y que en la valija había dinero recolectado para pagar una deuda a personas extranjeras.