En 2015, bandas integradas por niños y adolescentes rapiñaban autos, ómnibus y camiones en el barrio Maroñas, a pocas cuadras del hipódromo. Su método era precario, pero eficaz. Aguardaban escondidos la llegada de las víctimas. Dos o tres adolescentes se paraban frente a cada auto portando palos y cañas, y así obligaban al conductor a detenerse. Luego, una decena de chicos rodeaba el vehículo. Generaban sorpresa y temor. En minutos robaban a los pasajeros.

En algunas ocasiones, alguno de los delincuentes portaba un arma de fuego. En el correr de 2015, las familias de los llamados Pitufos, como fueron denominados en la época, fueron realojadas por la Intendencia de Montevideo en un programa conocido como Siete Manzanas, que funcionó en la zona del hipódromo.

Ahora, casi 10 años más tarde, el mismo fenómeno delictivo se repite en Malvín Norte. “El barrio fue tomado por los traficantes de drogas, quienes mandan a robar autos a niños. Y la plaza, que era para el uso de chicos, también fue ocupada por los narcos”, dijo a El País la alcaldesa del Municipio E, Mercedes Ruiz (Partido Nacional).

En 2022, la apertura de la calle Espronceda era una vieja aspiración de los vecinos de la zona para tener acceso a ambulancias, escuelas y comercios. Tras detectar esa necesidad, el Municipio E invirtió recursos financieros en la creación de una plaza; lo hizo junto con la Intendencia de Montevideo.

El lugar, dijo Ruiz, “hoy es una zona roja. No entran las ambulancias de ASSE (Administración de los Servicios de Salud del Estado), ni los servicios municipales de recolección de basura, lo que obliga a los vecinos a trasladar sus residuos afuera del barrio”.

Según la alcaldesa, las aplicaciones de celulares utilizadas por personas que quieren ir a Malvín Norte, en muchas ocasiones son direccionadas hacia la calle Boix y Merino, la zona más peligrosa del barrio, donde corren riesgo de ser asaltadas.

Ruiz explicó que en Boix y Merino hay muchas personas trabajadoras que “quedan de rehén” de esta situación violenta. Y agregó que esos vecinos “están viviendo con miedo, por eso nos estamos ocupando de ellos buscando una solución al problema”.

Consultada por El País sobre si las bandas de menores que atemorizan el barrio tienen la misma metodología que los que asolaban Maroñas años atrás, Ruiz respondió que adolescentes y jóvenes de Boix y Merino “están utilizando el mismo sistema de emboscada” que se aplicaba en la zona del hipódromo. “Es lo mismo que en Maroñas; son menores”, insistió.

La alcaldesa señaló que hace 12 años se realizó un realojo de vecinos en Malvín Norte, pero advirtió que no se hizo un seguimiento del mismo por técnicos de áreas sociales de los ministerios de Vivienda y Desarrollo Social de la época. “Se han vendido casas y se les ha metido gente que no era destinataria de la vivienda. Puede que algunas de estas personas provenga del barrio Maroñas. Esa información la podría tener el Ministerio del Interior”, dijo Ruiz.

El problema de seguridad del barrio es una preocupación de la cúpula policial. En una conferencia de prensa realizada el miércoles, el jefe de Policía de Montevideo, Mario D’Elía, afirmó que había una intervención en la zona de Boix y Merino donde participan investigadores de Zona II, Brigada Antidrogas de Montevideo y de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid), entre otras unidades. Señaló que en el lugar se realiza un patrullaje intenso para repeler actos delictivos.

D’Elía reconoció que a menudo “hay conflictos” entre fuerzas policiales y delincuentes en Boix y Merino. Agregó que, en el marco de ese patrullaje, los policías observaron rapiñas cometidas por adultos y adolescentes.

“Se realizaron detenciones. Se han formalizado adultos y menores fueron internados en hogares del Inisa (Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente)”, sostuvo el jefe de Montevideo. También señaló que los efectivos que patrullan sufren a menudo ataques con piedras y a veces disparos.

“La Justicia imputó a muchas personas y se sigue trabajando. En eso estamos”, insistió D’Elía.

Varios episodios de violencia ocurrieron esta semana en Boix y Merino. El martes, por ejemplo, un grupo de adolescentes rapiñó a un equipo periodístico de Direct TV News que trabajaba en la zona haciendo imágenes para un informe, justamente, sobre la inseguridad. Ese mismo martes, una banda de menores intentó asaltar a un ciclista.

Al día siguiente, un familia recorría la calle Espronceda en auto. El conductor detuvo el coche cuando este fue rodeado por varios adolescentes y niños. Uno de los jóvenes disparó contra el vehículo cuando el conductor aceleró para evitar el asalto.

El modus operandi de la banda siempre es el mismo. El grupo llega a la calle en forma imprevista. Así sorprenden al conductor que se acerca sin saber el peligro en que se encuentra. En segundos, el auto es rodeado mientras uno de los delincuentes apunta al chofer con un arma de fuego. Otros integrantes de la banda abren las puertas del vehículo y saquean a los pasajeros.

“Estaba para dar la vuelta pero me metí (en el asentamiento) sin darme cuenta. Me rodearon y me pidieron el dinero mientras uno me amenazaba con un revólver. Me metieron las manos en los bolsillos, arrancaron todo y se llevaron lo que tenía”, relató una víctima a Canal 10.

Los menores escapan en instantes. Se pierden por pasajes de viviendas de la zona. Cuando llega la Policía, disparan tiros al aire con la intención de intimidar o provocar.

Foto: Francisco Flores