Redacción El País
Las barcazas con sésamo, soja o mineral de hierro, entre otras mercaderías, bajan la Hidrovía por el río Paraná. Algunas de ellas desembarcan cargas en Nueva Palmira y otras en el puerto de Montevideo. A mediados de mayo pasado, una barcaza conteniendo por lo menos dos contenedores con sésamo paraguayo descendió el río Paraná. El 23 de ese mes llegó al puerto de Montevideo, según dijo una fuente aduanera a El País.

Los contenedores fueron bajados en el puerto. Luego estibados en la playa de contenedores durante nueve días. “La Aduana no realiza controles a los tránsitos si no hay alertas. En ocasiones el escáner se rompe y los traficantes de drogas lo saben. Ahora Aduanas compró tres escáneres y comenzará a entrenar personal”, dijo la fuente.

El 2 de junio pasado, los dos recipientes de acero fueron embarcados en un buque portacontenedores con destino a Europa. En los primeros días de julio, el barco arribó al puerto de Hamburgo (Alemania) y la cocaína fue encontrada el 14 de ese mes: unas 10 toneladas.

Jerarcas de Aduanas paraguaya señalaron a medios de prensa de ese país que aún no cuentan con un reporte oficial de la incautación hecha por la policía alemana. Sin embargo, reconocieron que revisaron las imágenes de la fecha aproximada que salió la barcaza con la droga y encontraron una que debió ser reportada en su momento por el personal. Es decir, algo llamó la atención en el contenedor y, sin embargo, este no fue llevado a un escáner. La incautación de 10 toneladas de cocaína en el puerto de Hamburgo es el segundo mayor hallazgo de esa droga realizado en Europa hasta el momento. En 2021, las aduanas de Alemania y Bélgica incautaron 23 toneladas de dicha droga.

En Uruguay, la incautación de cocaína en Hamburgo tuvo repercusiones. La fiscal especializada en Drogas de 1er Turno, Mónica Ferrero, inició una investigación.

Al mismo tiempo, la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) emitió ayer una resolución sobre el control de transbordos y reembarques en el puerto de Montevideo. La resolución, a la que tuvo acceso El País, señala que se constató “la necesidad” de abordar una nueva fase de fortalecimiento de los controles de las operaciones de transbordos de mercaderías en la principal terminal portuaria uruguaya.

El documento advierte que los controles a implementar fueron comunicados a la Administración Nacional de Puertos (ANP), al Centro de Navegación del Uruguay -aglutina a las empresas que operan en el puerto- y a la Asociación de Despachantes de Aduanas.

La resolución, firmada por director de Aduanas, Jaime Borgiani, establece un procedimiento de supervisión de mercaderías por el Área Control y Gestión del Riesgo. Cuando la Aduanas disponga de una acción de control sobre una carga, el Sistema Lucía del organismo informará al declarante y al depositario de la mercadería. Posteriormente, el funcionario aduanero designado para llevar a cabo la acción de control inicial realizará la evaluación correspondiente y determinará la pertinencia de liberar o tomar acciones de control complementarias. En caso de surgir algún elemento sospecho, el funcionario aduanero deberá dar cuenta a otras instituciones (Fiscalía y Prefectura). Si está todo correcto, liberará la carga. La resolución de Aduanas entrará en vigencia el próximo 4 de setiembre.