Agustín Iturralde: "Un triunfo del Pit-Cnt en el plebiscito es un tiro en la boca"

El coordinador de los equipos técnicos de Álvaro Delgado habló en la Entrevista del Domingo sobre el "segundo piso de transformaciones" y apuntó a insistir en ciertas reformas.

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Iturralde: "Volvemos a proponer ir hacia la liberación del mercado de los combustibles".
Iturralde: "Volvemos a proponer ir hacia la liberación del mercado de los combustibles".
Foto: Leonardo Mainé

Está a cargo de la coordinación de los equipos técnicos de Álvaro Delgado y lideró el armado del programa. Agustín Iturralde explica en entrevista con El País en qué consiste “el segundo piso de transformaciones” que propone el precandidato. Apunta a abrir mercados, mejorar la competitividad e insistir en ciertas reformas, como la liberación de los combustibles, ya rechazada por Cabildo Abierto y el Partido Colorado.

-En el Partido Nacional hay quienes han señalado en los últimos años, incluso aunque luego se inclinaran por apoyar a Álvaro Delgado, que la continuidad debía ser con cambio, que se debía ofrecer algo nuevo a la ciudadanía. La campaña de Delgado, sin embargo, tiene foco justamente en la continuidad. ¿Qué es lo que cambia en cuanto al actual gobierno?

-Nosotros hablamos de continuidad, no de continuismo. Estamos orgullosos de representar a un gobierno como este, y eso no lo vamos a cambiar. Pero, claramente, lo que proponemos es otra agenda, porque se trata de un mundo diferente al que existía hace 5 años. En 2019 no estábamos hablando de inteligencia artificial, como sí lo estamos haciendo ahora. Es por eso que proponemos un segundo piso de transformaciones. En empleo recuperamos todo lo que se había destruido, se ganaron 80 mil puestos de trabajo, ahora lo que tenemos que hacer es meternos con dureza en los bolsones de desempleo. Y así con cada tema. En inflación bajamos a la mitad, pero hay que ir al 3%.

-Delgado dijo el jueves, en la presentación de su programa, que se propone “corregir lo que haya que corregir”. ¿Qué hay que corregir?

-Hay cosas con las que claramente no estamos conformes. Este es el primer gobierno desde la vuelta de la democracia que no va a entregar a su sucesor cifras de delitos mayores a las recibidas, pero también es verdad que, aunque bajaron las rapiñas y los hurtos sensiblemente, los números de homicidios son muy negativos. No tenemos problemas en ser autocríticos. En términos de gestión, por otro lado, sabemos que hay algunas cosas que faltan en cuanto a capacidad de ejecución. El séptimo capítulo del programa apunta a un Estado más simple, con propuestas como la del Plan Nacional de Riego, a la que le estamos poniendo mucho entusiasmo y que implica alinear a UTE, OSE, Colonización, Ganadería, el BROU… Hay que mejorar la coordinación entre organismos. Hay oportunidades de mejora.

-En la tapa del programa hay una frase de Delgado que dice: “Podemos ser el primer país desarrollado de América Latina”. ¿Cómo se pretende lograrlo?

-Claramente no es un objetivo para 5 años. No es un anuncio de campaña, pero sí creemos que lo hecho en este gobierno nos permite levantar la mirada y ver que en cada tema podemos ir más lejos. Uruguay es el único país de América Latina que está en condiciones de tener un objetivo como este. Uruguay tiene una institucionalidad política que ya está desarrollada, con una democracia de calidad, libertad de prensa, libertad de expresión, separación de poderes… En Uruguay si alguien hace una inversión y tiene un problema con el Estado, puede hacer un juicio. Lo ganará o lo perderá, pero en países como Venezuela no se puede tener expectativa alguna de la Justicia. La institucionalidad política, entonces, es de un país desarrollado, el tema está en la institucionalidad económica.

Agustin Iturralde
Agustín Iturralde, coordinador de los equipos técnicos de Álvaro Delgado.
Foto: Leonardo Mainé

-¿Y qué debería hacerse?

-Hay que mejorar la competitividad, la facilidad para hacer negocios, la libertad económica y también la social. Es preciso que más jóvenes puedan terminar el liceo. Tenemos fortalezas, hay que apoyarse en ellas para apalancar y dar un salto al desarrollo.

-¿Cómo convive esa idea del primer país desarrollado de la región con la gran cantidad de gente que está en situación de calle, con la violencia generalizada que puede verse en episodios como el de la semana pasada en el Nuevocentro y con las altas cifras de homicidios?

-Para decir que Uruguay es un país desarrollado hay, como mínimo, cuatro cosas grandes a cambiar. Primero, tener un PBI per cápita un 30% mayor. Segundo, que la pobreza infantil sea una cuarta parte de lo que es. Tercero, universalizar la cobertura en Secundaria -un dato vergonzante para Uruguay, que mejoró con este gobierno, pero aún falta mucho. Cuarto, bajar los homicidios por lo menos a la mitad. Ese es el horizonte. No creo que sea una utopía. En ese sentido nosotros proponemos cosas concretas. Nuestro programa no son generalidades, vanidades, se va a fondo y se enumera. Este es un horizonte de 20 años.

-Pero Delgado no va a gobernar 20 años. Tampoco sabemos si seguirá gobernando la coalición. ¿Se apunta a generar políticas de Estado?

-Sí, claro. Nosotros nos comprometemos a hacer nuestra parte, pero es obvio que hay que ir hacia políticas de Estado. El Frente Amplio va a volver a ganar; no creo que en esta elección, pero volverá a ganar. Y, cuando esto pase, no creo que vuelvan para atrás en lo que se ha hecho. No van a tocar la reforma de la seguridad social, cambiarán quizá alguna cosa cosmética, pero saben que se necesitaba una edad de retiro más alta y que los subsidios debían concentrarse en los trabajadores de menos ingresos. Uruguay es un país más libre, más rico, menos pobre y con más estabilidad económica de la que tenía a la salida de la dictadura, y esto es una construcción de cuarenta años y de todos los partidos que han gobernado. La reforma del Pit-Cnt dinamita eso, los fundamentos de eso, implica borrar lo que se hizo.

-¿Que triunfe la papeleta del Pit-Cnt tira por la borda la obra más importante de este gobierno?

-Tira por la borda el sistema previsional de los últimos 30 años. Es más contra la reforma del 96. Se quiere volver al sistema de 1995 con la demografía de 2024. Es un tiro en la boca. Creemos, estamos confiados, que la gente tomará una decisión razonable. No hay un especialista que se anime a hablar públicamente a favor de lo que dirá la papeleta.

-Laura Raffo ha hablado de un plan para bajar el costo de vida. Delgado luego hizo lo mismo. ¿En qué consiste?

-Nuestro primer capítulo del programa es sobre la competitividad, y lo que tenemos ahí es la agenda para bajar el costo de vida. Estamos proponiendo una serie de medidas que tratan de eliminar las barreras en la competencia que hoy tenemos. Estamos convencidos que en muchos mercados, en particular en la energía, en los alimentos, en artículos de higiene personal, hay un potencial de bajar el costo, de bajar los precios a partir de intensificar la competencia. Hay burocracias normativas que dificultan un poco el ingreso de los jugadores. Por ejemplo, en el caso del combustible estamos proponiendo ir hacia la liberación del mercado para bajar los costos.

-O sea, se proponen sacarle el monopolio a Ancap. Pero eso ya lo propuso este gobierno y los mismos socios de la coalición le pusieron freno…

-Es que nosotros seguimos creyendo que este es el camino. En caso de ganar la interna, luego lo negociaremos y veremos. Gabriel Gurméndez plantea dentro del Partido Colorado algo parecido. Yo creo que hay cosas que se van madurando. Como en toda coalición, como pasó en estos año, hay cosas que van a generar consensos y otras que claramente se deberán negociar. De hecho, la reforma de la seguridad social no fue exactamente la que nos hubiera gustado, pero bueno, fue la posible, y es un sistema infinitamente mejor, infinitamente más sostenible al que teníamos antes.

-En este gobierno se hizo mucho hincapié de abrir Uruguay al mundo, sin embargo muchos de los objetivos que se trazaron (flexibilización del Mercosur, TLC con la UE, TLC con China, TLC con Turquía) no pudieron salir adelante. ¿Qué debería hacer el próximo gobierno para avanzar en este sentido?

-Hay que tener en cuenta que sí hubo algunos logros, que quizá no fueron tan espectaculares pero que en materia de adquisición de productos tuvieron su importancia. Hubo acuerdos con China, Brasil, incluso con Estados Unidos. De todos modos, es cierto que el mundo está en una fase muy proteccionista, salvo quizá por China. Lo que nosotros proponemos, en primer lugar, es que la Cancillería pase a ser un Ministerio de Comercio y Relaciones Exteriores. Este no es un cambio nominal, no es solo retórico, es cambiar la forma de funcionamiento. Segundo, vamos a seguir tocando puertas. Y tercero, apostamos a la apertura unilateral, que es algo que no depende más de Uruguay, que pasa por bajar la tasa consular y promover en el Mercosur la reducción de aranceles, entre otras cosas. El país desarrollado que queremos ser solo se logra con más aperturas. En el mundo no hay países pequeños cerrados y prósperos. Los países cerrados pequeños no son prósperos, o son prósperos y abiertos.

-Delgado dijo que él lo que proponía era “un país de equilibrios”. Hay quienes critican estos equilibrios y no ir más a fondo con ciertos cambios. ¿En qué debería el próximo gobierno ser más audaz? ¿Se pueden esperar medidas más audaces, como las que ha llevado a cabo el presidente Javier Milei en Argentina?

-Por motivos económicos, por motivos sociales y por tradiciones políticas nosotros pensamos en un gobierno que pueda hablarle a toda la sociedad. No quiero referirme a nadie en particular, pero es evidente que algunas candidaturas están pensando en la interna, están pensando en cómo hablarles a 200.000 personas para que voten en junio, o a 100.000. Nosotros le queremos hablar a todo el Uruguay.

-Es más fácil hacer eso cuando se es claro favorito a ganar la interna…

-Gracias por el optimismo (risas), pero en cualquier caso nuestra mirada es al final del camino, y es una mirada equilibrada. No vamos a especular, a jugar con una reforma, diciendo que sí o que no, según lo que nos sirva o no nos sirva. Delgado es garantía de liderazgo, de templanza y de equilibrios. De gobernar para todos, sin que esto implique dejar de lado una agenda que es ambiciosa. No vamos a salir a lo loco, porque esto es Uruguay, entonces la agenda será ambiciosa pero se irá implementando gradualmente y sosteniblemente. Nada de Milei, porque no hay espacio para un Milei en Uruguay. Impulsamos un segundo piso de transformaciones que implica un cambio de paradigma, en el que por ejemplo queremos pasar de la lógica de control de la gestión burocrática, del trancar primero, del no hagas nada, a dejar que las cosas se muevan. Queremos ir hacia lo que llamamos la confianza responsable, dejando a las personas y a las empresas que hagan lo que quieran hacer.

-Jorge Gandini, otro de los precandidatos nacionalistas, ha dicho que este gobierno ha decidido resignar salarios a cambio de la generación de empleo. ¿El próximo gobierno debería priorizar el salario?

-Eso fue así, pero fue una decisión del gobierno, de las cámaras empresariales y también del Pit-Cnt, que en el acuerdo puente de 2020 aceptaron pérdidas del salario real para ese 2020 y para 2021. No había otra forma de salir de lo que nos dejó la pandemia. Se priorizó, claramente, el cuidado del empleo. Y la estrategia funcionó, porque tuvimos una caída de salario moderada, comparada internacionalmente muy moderada, que no superó los tres puntos. En cuanto a la futura mejora salarial, esta deberá estar atada a la productividad de la economía y a la competitividad. Estamos convencidos de que no hay mejora posible si no hay crecimiento, y nuestro compromiso es ir en ese camino.

Álvaro Delgado
Álvaro Delgado.
Foto: Estefanía Leal
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Ideología y “etiquetas” en el PN

-En el último discurso ante la Asamblea General, Luis Lacalle Pou dijo que no debe existir miedo a la hora de hablar de ideologías. ¿Cómo definiría la ideología del espacio de Delgado?

-A mí me gusta hablar más de ideas que de ideología, y la idea central de la candidatura es la libertad responsable. Es la idea de la confianza en la persona, en su iniciativa, en su capacidad de cuidarse, pero sabiendo el rol que tiene el Estado. El otro día el presidente, en un foro de la Asociación Libertad de Argentina, habló del rol del Estado. Defendió un Estado fuerte, que no por eso tiene que ser enorme, con la magnitud adecuada pera garantizar esas libertades.

-¿Las candidatura de Delgado -y lo mismo podría decirse de la de Laura Raffo- rompe de forma definitiva con las etiquetas históricas de herreristas por un lado y wilsonistas por otro?

-Es probable, pero quizá esto vaya más allá de las candidaturas y es el liderazgo Lacalle Pou el que está haciendo eso. Es un liderazgo potente, tan positivo que puede generar ese tipo de cosas. También tiene que ver con la capacidad de Delgado, que consiguió un nivel de apoyo poco común en el Partido Nacional.

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