Fue hasta hace poco la presidenta del sindicato policial de Montevideo, lugar desde el que desde hace años ha batallado por mejorar las condiciones laborales de los uniformados. Ahora, Patricia Rodríguez decidió dar el paso hacia la política y militar en filas del Partido Nacional, y a favor de la precandidatura de Álvaro Delgado. Sobre la actual gestión de Luis Lacalle Pou y la coalición de gobierno que pasó a integrar, la exgremialista dijo a El País que les "cuesta muchos menos salir a defender a los policías" en comparación con las administraciones del Frente Amplio. Respecto a su futuro, dijo que llega a las filas blancas con un "objetivo de servicio".
-¿Por qué decidió entrar a la política?
-Es algo que me venía cuestionando desde hace más de un año. Entendí que a nivel sindical ya tenía un techo. Como que todo lo que pude dar para el movimiento sindical lo di y ahora era momento de una renovación y que yo ayudara desde un plano en el que pudiera incidir más.
-¿Recibió llamados desde otras tiendas políticas, no?
-Tuve, sí. Estuve reunida, incluso.
-¿El Frente Amplio la llamó?
-El Frente Amplio también.
-¿Y por qué optó por el Partido Nacional?
-Bueno, ya venía en conversaciones, en realidad. Además, tengo una gran afinidad por Beatriz Argimón, por el destaque que ha tenido en la política y los temas sociales. Siempre me pareció una mujer a seguir. Y luego también por Amin Niffouri, amigo y vecino de Las Piedras desde toda la vida. Y luego se dio el vínculo con Álvaro Delgado. La verdad es que en las conversaciones vi que teníamos muchas coincidencias en torno a ciertos valores que me gustaría mantener.
-¿Como cuáles?
-Como el tema del sindicalismo. Yo dije que si entraba en política no esperaran que saliera a matar al movimiento sindical. Yo soy pro movimiento sindical porque he vivido lo que fue el antes y el después en la Policía cuando se crearon los sindicatos y cómo eso mejoró la vida del trabajador policial. Y siempre voy a estar del lado de los trabajadores. Son necesarios, al igual que los sindicatos. Álvaro me dijo que también había militado sindicalmente y que conocía cómo era y que lo veía bien. Hicimos mucha conexión y establecimos confianza.
-¿Lo ve a Delgado como un dirigente “pro sindicatos”?
-Eso es lo que me dijo él. Y a mí no me pidió para nada que tenga un discurso antisindical y ni lo iba a tener.
-Al dar este paso, ya lo hace participando de la interna blanca. ¿Por qué se inclinó por Delgado antes que por las otras opciones que tienen los nacionalistas, como Laura Raffo y Jorge Gandini?
-No conozco todavía mucho la interna partidaria. Es la realidad. Recién ahora voy a estar más inmersa y tener más conceptos claros y conocer más a los otros precandidatos. Para mí la mejor opción es Delgado.
-¿En qué área piensa desarrollarse como dirigente política?
-Vengo a trabajar por Canelones. Y que también voy a estar en la mesa de seguridad que recién se está reuniendo. Voy a aportar desde ahí (N.d.r: se refiere a los aportes programáticas para la precandidatura de Delgado). Y voy a incidir a favor de los policías.
-¿Dónde se ve trabajando entonces?
-Les dije que obviamente voy a integrar la Lista 400 de Canelones. Pero estaré donde los compañeros supongan que es el mejor lugar. No vine a buscar lugares de poder. Vengo con una actitud proactiva pero también de tender puentes, y con un objetivo de servicio.
-Es una mujer sindicalista, que integró el Pit-Cnt, y que ahora se suma a las filas nacionalistas, tal como lo hizo meses atrás Valeria Ripoll. ¿El caso de esta exdirigente de Adeom la inspiró de alguna manera?
-No, no tuvo nada que ver con la decisión de Valeria.
-Algunos de sus nuevos correligionarios en el Partido Nacional denuncian que el Pit-Cnt es un brazo político del Frente Amplio. Incluso usan la fórmula “FA-Pit” para designarlo. ¿Comparte esa mirada?
-Como ya dije, no voy a atacar al Pit-Cnt porque fue mi casa muchísimos años y porque conozco a muchísimos dirigentes sindicales que dan su vida todos los días por estar ahí militando y desviviéndose para lograr algo para los trabajadores que representan.
-¿Hubo más receptividad a los reclamos de los policías de parte de este gobierno?
-Nunca tuvimos problema de diálogo. Pasamos por distintos ministros. Primero estuvo Jorge Larrañaga, que es bien querido y muy bien recordado por los funcionarios policiales. Era llamarlo y estaba. Teníamos su celular para llamarlo las 24 horas. Era un hombre que nos decía que lo llamáramos a cualquier hora. En el período anterior el celular del ministro no lo tuvimos. Jamás.
-¿Hay más respaldo a los policías en esta administración?
-No hablo mal de Eduardo Bonomi, porque con él accedimos al pago por nocturnidad. Un hecho histórico dentro de la Policía. Y además, pudimos blanquear el 222. Todos tuvieron sus pros y sus contras. Pero en el caso de este gobierno, a la coalición le cuesta mucho menos salir a defender a los funcionarios, con mensajes de apoyo a los policías. Y cuando esto mismo lo intentaban en otros partidos, algunos sectores más radicales se lo cobraban...
-¿Qué balance hace de la gestión actual del Ministerio del Interior y el combate a la delincuencia?
-Todavía no tengo elementos reales de adentro. Pero las cifras que se manejan hablan de una disminución de los delitos, algo que es a favor de este ministerio.
-A la luz de lo que decidió ahora, ¿no teme que haya quienes deslegitimen en retrospectiva la labor que hizo como gremialista en el período pasado?
-Pero eso va a pasar igual. Porque es una forma lamentable pero que hoy ocurre, sobre todo en las redes sociales. Si te vas de un sindicato al Frente Amplio, no pasa nada. Me han dicho que dejo a mis compañeros tirados para hacer política. ¿Quién le diría algo así a Óscar Andrade? Y otra cosa: cuesta a veces aceptar que la mujer tenga un rol preponderante y que puede llegar a la política por su inteligencia, valores y por lo que quiere trabajar. En las redes sociales, a diferencia que con los varones, con las mujeres van al barro y, por ejemplo, se meten con su cuerpo. Me dicen: “¿Hay que ser rubia para entrar al partido?”. Yo les dije a mis hijos que me van a atacar e insultar. Les dije que no lean nada. Es muy triste, porque deberíamos co-mo sociedad transmitir otros valores.
-¿El sindicato policial es perseguido o discriminado por la cúpula del Pit-Cnt?
-Sí, obviamente que sí.
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