Redacción El País
El alcalde del municipio de Porvenir, Ramiro Ayende, cerró la sede y se atrincheró en su lugar de trabajo luego de que la Intendencia de Paysandú, comandada por Nicolás Olivera, decidiera intervenir en el municipio para disponer una reorganización, luego de varias situaciones que, a entender de la comuna, son ilegales.
Ya hace dos semanas se había dado una situación en la sede del municipio, donde funcionaba un CAIF al que Ayende impidió el ingreso tanto de docentes como de niños argumentando que en el techo de la sala había un cable de alta tensión “reposando”, lo que “era un peligro para los gurises y maestros”. Esto ameritó la intermediación de la comuna y el propio intendente se hizo presente para intentar que el alcalde se corriera y dejara ingresar al centro educativo, lo que desencadenó un insólito cruce entre ambas autoridades.
Pero la situación no mejoró y la intendencia dispuso este lunes una intervención en el municipio para hacer una “reorganización” de la estructura y que la administración pase a ser conjunta entre la comuna y los cinco integrantes del Concejo Municipal, el cual preside Ayende. Es que, a entender de la autoridad departamental, Ayende suele desconocer la visión de los concejales, lo que ameritó la renuncia de más de 20, contando a los suplentes que han ido ingresando.
Ayende no estuvo de acuerdo con la intervención, que fue comunicada por la directora de Descentralización de la comuna, María Gómez Indarte, a quien el alcalde le tiró los papeles y le dijo que no abandonaría el municipio, algo que quedó grabado en un video difundido por el medio local El Telégrafo.
Ayende dijo a El País que las autoridades departamentales “tomaron el municipio”, lo “usurparon y se lo quedaron ellos”. Sin embargo, este martes él había logrado volver a la sede, pese a estar “en un conflicto con el intendente” por este caso. Entonces dijo estar en comunicación con una abogada para presentar una denuncia penal.
“Claro que volví”, dijo en referencia a que había logrado ingresar al municipio. “Las decisiones del municipio acá las tomo yo”, apuntó y agregó que la gente de la intendencia había quedado afuera en la mañana, y que cuando comenzara la atención al público, al mediodía, se haría “por la ventana”, y por tanto no abriría la puerta. De todas formas, dijo que ese es su "lugar de trabajo": "No es que estoy atrincherado".
A su entender, lo que hizo la intendencia “es ilegal” porque no se puede poner un funcionario “paralelo” para administrar el municipio. “Tenemos un dictador como intendente en Paysandú, dijo Ayende en referencia a Olivera, ambos dirigentes del Partido Nacional.
Olivera, en tanto, dijo a El País que este martes “el hombre se atrincheró en el municipio” y “no dejó entrar a la gente a trabajar”, por lo que se pidió colaboración al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para que ordene el desalojo, algo que hizo pero fue rechazado por Ayende, por lo que se llamó a la Policía para que procediera.
“Ya desde el arranque de la gestión hay problemas porque no cumple con los servicios básicos”, dijo Olivera sobre la gestión municipal. “Con esta reorganización afectamos los recursos materiales y humanos del municipio a cumplir con esos cometidos en coordinación con el Concejo Municipal, los cinco integrantes. Al alcalde no se le desconoce su autoridad, pero hay una seria afectación institucional. Ya van 20 y pico de concejales que renuncian, se hace insostenible la situación porque los concejales renuncian y renuncian y renuncian”, expresó.
Y si bien tras la intervención de la Policía “se va a garantizar el libre acceso”, Olivera lamentó que “se perdió un día de trabajo y el cumplimiento de servicios esenciales”.
“Hay que reivindicar el Estado de derecho. Todos los individuos, sin importar el cargo que ocupemos, estamos sometidos a la ley. Él lo que no entiende es que lo que hace está fuera de la ley, está desafiando la autoridad”, esgrimió el intendente, argumentando que Ayende “llamaba a la Policía cada vez que un concejal se le oponía en algo, y lo hacía desalojar”. Por eso consideró la situación “una suerte de far west” donde “él era el sheriff”.