ENTREVISTA
El jerarca recibió a El País en la Anchorena de los rochenses, donde trazó un panorama económico preocupante y explicó algunos de sus planes.
El intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, escribano, abogado, escritor y productor agropecuario, cree que la coalición de gobierno “vino para quedarse” y tenderá a nuevas formulaciones jurídico-electorales, como en su momento transitó el Frente Amplio. El jerarca recibió a El País en la Anchorena de los rochenses, la cabaña para el intendente del Parque Andresito de La Paloma. Allí trazó un panorama económico preocupante y explicó algunos de sus planes.
-¿Cómo ve al Partido Nacional (PN)?
-El PN es un pivote del sistema político y el eje de la coalición, sin que ello genere ánimo de hegemonía. El PN lleva la carga central de desarrollar una gestión de gobierno exitosa pero además esa carga hoy ya no es individual partidaria. La coalición es una realidad política que llegó para quedarse, que tendrá en el futuro diferentes formulaciones políticas, jurídicas y electorales.
-¿Por qué jurídicas?
-Porque como un día se hizo una coalición como el Frente Amplio quizá en el futuro tengamos que pensar en hacer una coalición liberal, democrática, republicana. Esta coalición es la nueva modalidad evolutiva de lo que vivimos a la salida de la dictadura. Uruguay siempre se construyó sobre acuerdos. Si bien los disensos son los que más libros de historia ocupan, los consensos siempre existieron. Oribe fue apoyado por Rivera para ser presidente; el gobierno de la fusión fue intento de superación de los partidos tradicionales por blancos y colorados después de la Guerra Grande; la revolución del Quebracho fue de blancos y colorados. Uruguay está lleno de esos ejemplos.
-¿Cuándo se dará esa consolidación en un partido de la coalición de gobierno?
-Creo que vamos hacia eso. Es una cuestión de tiempo.
-¿Cuánto tiempo?
-Los barcos no doblan en ángulos de 90 grados.
-A pesar de definirse como un liberal a ultranza, acordó con Cabildo Abierto y ha adoptado una frase asociada al orden y la represión: “se acabó el recreo”.
-La frase no es de Manini sino de Lacalle Pou. En la campaña electoral nació con Luis y quien la llevó a su punto máximo fue Manini.
-¿Por qué esa frase?
-Rocha necesita una fuerte dosis de autoridad, que no es autoritarismo. Por ejemplo, hay que enfrentar duramente las ocupaciones ilegales en lugares como Valizas, Aguas Dulces, La Esmeralda. Vamos a hacer acciones para desalojar a personas que ocupan predios públicos. Si hay situaciones sociales, no de avivados, buscaremos formas de reubicarlos. Hay gente que especula. Yo soy abogado viejo; conozco esto.
-¿Qué balance hace de los primeros 40 días de gestión de la Intendencia de Rocha?
-Estos 40 días han sido de vértigo, entre la pandemia y el motor interior que uno tiene. Yo tengo en WhatsApp un lema que dice ‘metiendo fierro, ley de vida’. Concibo la vida desde una ansiedad permanente de movimiento. Tuvimos que resolver protocolos para campings, hosteles, restaurantes; generar un 50% de descuento para hoteles en su contribución inmobiliaria; fuimos uno de los primeros departamentos en prohibir la pirotecnia; asfaltamos la rambla de La Aguada, una obra diseñada en la transición.
-Y además pidió el cambio de la aduana de Chuy a La Coronilla, por lo que se trasladaron los controles 27 kilómetros hacia el centro del país. El director de Salud, Diego Pintado, dijo que fue una medida inconsulta. ¿Fue por falta de experiencia?
-Viviendo y aprendiendo, primero desde la humildad, pero allí no hubo una falta de comunicación con el director de Salud, porque era un tema aduanero, y por lo tanto para hablar con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Hago autocrítica en que hubo desajustes, un bache de tres días en que no hubo control de temperatura en Chuy, que yo relativizo su importancia, pero forma parte de los protocolos. La aduana del Chuy es permeable, tiene caminos laterales que la soslayan y por lo tanto cuando el contrabando pasa, no lo hace por el edificio la aduana. El único lugar que concentra los caminos de acceso a Uruguay es La Coronilla.
-Ha planteado la necesidad de instalar un control binacional allí. ¿Cómo sería?
-El Control Integrado de Fronteras viene del Mercosur y el único que falta en nuestro país es el de Chuy, y a Uruguay le corresponde elaborarlo. El lugar físico en el que estamos pensando instalarlo es la entrada a La Barra de Chuy sobre Ruta 9, porque allí confluyen los caminos, a siete kilómetros de Chuy. Allí estarían las autoridades migratorias y de aduanas de los países juntos.
-¿Sería una obra nueva?
-Sí. Hablamos con el gobierno hacer un proceso de licitación para que un privado construya y se le otorgue el uso de un centro comercial en ese lugar como parte del canon. Lo he hablado con el presidente de la República y con el secretario, Álvaro Delgado, y hay interés de seguir este camino, que al ser por licitación no necesita estar presupuestado. La Dirección Nacional de Pasos de Frontera (dependiente del Ministerio de Defensa) está armando los pliegos de la licitación. La idea es que en este quinquenio fructifique.
-El informe de la Inspección General de Trabajo intimó al MEF por las condiciones del local donde está funcionando la aduana de La Coronilla. Son 18 puntos.
-Dieciocho puntos pero muy elementales, tanto que 16 de los 18 se van a levantar antes de las 48 horas. Van a quedar un par de puntos, por lo que se pedirá una prórroga para cumplir con ellos.
-El Estado exige a los privados control de temperatura y protocolos, pero no hace ese control en la frontera y no hay suficiente espacio para cumplir con el distanciamiento en el local de la aduana.
-La preocupación la tenemos todos, pero la situación previa es que Chuy estaba en estado de sitio y era la Troya del siglo XXI: a 300 metros de su salida tiene una aduana y La Barra de Chuy los puentes cerrados. Había un clima explosivo. En estos días, 270 personas dejaron de estar en el seguro de paro en Chuy, la mayor parte en los free shops.
-¿Por qué los free shops trabajan más ahora si la frontera sigue cerrada y en teoría les pueden vender solo a brasileños?
-Tenemos que reconocer que el free shop siempre se ha movido con el público uruguayo, aunque esto suene como si legalizaras el contrabando. Para nosotros en la frontera es algo natural. Vamos y compramos en free shops. Ahora no lo hago porque soy gobernante y tengo que cuidar el decoro.
-Representantes de free shops pidieron en el Parlamento que se habilite la venta a uruguayos. ¿No manejó esa opción en lugar de trasladar la aduana?
-Si tienes el cero kilo trancando a 300 metros del Chuy, ¿de qué sirve comprar? Esto es complejo, porque en realidad el cero kilo no es fiscal ni aduanero, sino un cero kilo sanitario, que trata de desalentar el ingreso de uruguayos a una zona conflictiva en lo sanitario. Lo que hicimos fue correr el límite del cero kilo para generar comercio en la zona.
-En campaña prometió un salto de calidad, dejar de ser Rochita para ser Rocha. ¿Cuánto cambió el COVID-19 esos planes?
-No solo presentamos la necesidad de un salto cualitativo hacia el futuro, sino que desnudamos el mito de la buena administración. Nuestro equipo económico detectó y nos asombramos de que entre 2011 y 2017 no hubo pronunciamiento del Tribunal de Cuentas sobre las Rendiciones de Cuentas de la Intendencia de Rocha porque no coincidían los saldos contables documentales con los informáticos. Fue un error político mío no haberlo advertido antes. Rocha fue el único departamento que durante siete años tuvo presupuesto no aprobado.
-¿Esto va a terminar una denuncia penal?
-No tengo elementos para ello. Fue un mal manejo económico. En la Rendición de Cuentas de 2019 saltó una deuda de US$ 4 millones casi y este año estamos cerrando una deuda de US$ 6 millones. Son cifras que asustan. Parecen las de los gobiernos del pasado, a los que no queremos volver. Tenemos que ponerle un freno, porque si en dos años sumamos US$ 10 millones, más un acumulado que declara la intendencia de US$ 3 millones... Nos asombramos del déficit fiscal de 5,7% del PBI. En Rocha pasamos el 12%, en un presupuesto de US$ 47 o US$ 48 millones.
-¿Qué perspectivas hay?
-Ordenamos recorte de gastos a los directores del 15%, menos en áreas sociales. La recaudación el año pasado cayó 20%. Este año se va a enlentecer. A eso hay que sumarle que estamos con entre 43% y 48% de morosidad, dependiendo de la localidad. Por eso tratamos de acercar a la gente a la caja para volver al pago.
-¿Está el fantasma de que haya un descalabro como el de la gestión de Irineu Riet Correa (la última del Partido Nacional, entre 2000 y 2005)?
-El fantasma de las desastrosas administraciones del pasado. Se reflota el temor de que si no paramos esta máquina, vamos rumbo a un precipicio.
-¿Eso implica reducir la cantidad de funcionarios?
-Vamos a hacer una rebaja de funcionarios sin correrlos, simplemente con supresión de vacantes: de cada cinco, ocupamos cuatro. El plan es bajar así 50 funcionarios por año.
-¿La construcción de un hotel cinco estrellas, prometido en campaña, pasa a segundo plano?
-El hotel cinco estrellas sigue estando en primer plano, pero la pandemia lo opacó. Es un proyecto vital para Rocha.
-La pandemia ya estaba en la campaña. Presidencia informó en setiembre: “Uruguay tendrá un hotel cinco estrellas con casino en la costa oceánica de Rocha”.
-La pandemia ya estaba, pero recrudeció. La primera ola vino después de que asumimos (el 27 de noviembre). Y a un inversor hay que darle certezas.
-¿ Qué aspira hacer en el quinquenio?
-No hay un metro de saneamiento en la costa de Rocha y estamos largando todo para el mar, con el peligro desde el punto de vista ambiental, turístico y laboral. Lo hablamos con el presidente e incluimos en el Presupuesto el artículo 771, la obligación de OSE de hacer planes directores de saneamiento. Ya tuvimos reuniones con el BID, porque sabemos que es un problema de mediano y largo plazo. Si metiéramos el cinco estrellas, algo de saneamiento en la costa y avanzando las obras de los bañados, más la derivación de aguas a la Laguna Merín, me daría por bastante satisfecho.
Lacalle Pou no hacía su casa sin ok del FA
En setiembre de 2011 el intendente Artigas Barrios, del Frente Amplio, ordenó la demolición de edificaciones ubicadas en terrenos fiscales de Punta del Diablo, concretamente en la playa La Viuda. De esta manera confirmó una política desarrollada también por el ex intendente colorado Adauto Puñales y el nacionalista Irineu Riet Correa. A pesar de que hubo en la última década disposiciones judiciales que suspendieron otras demoliciones, el actual intendente pretende continuar con esta línea. “Punta del Diablo tiene un proceso pendiente, que empezó en la década de los 90, de regularización de la costa. La ausencia de saneamiento está destrozando el sistema eco- marino. Hay que seguir tirando abajo construcciones de la zona costera fiscal”, dijo Alejo Umpiérrez.
La casa del presidente, en La Serena (La Paloma), está dentro de la franja costera? “La casa del presidente está totalmente regularizada y autorizada por el gobierno de Frente Amplio”, respondió. “Luis había pedido esta autorización en el período anterior y siempre me dijo: ‘si llego a ganar y no me concedió el permiso un gobierno del Frente, no me lo voy a dar yo’. Me parece una actitud destacable”.