Por Joaquín Silva
Hay militantes que recién están cayendo en la cuenta: que siendo del Herrerismo trabajarán con un sector de claro origen wilsonista; o que habiendo seguido durante toda la vida al caudillo Jorge Larrañaga se encolumnarán detrás de Laura Raffo.
“¿Quién hubiera dicho que ahora vamos a trabajar juntos?”, era una pregunta que ayer rompía el hielo en los saludos protocolares mientras se esperaba -en la antesala del Senado- por el discurso del senador Carlos Camy en el que haría un anuncio formal largamente esperado: que el sector Alianza Nacional formará parte del proyecto político de la excandidata a la Intendencia de Montevideo, que ahora decidió competir por el premio mayor de la Presidencia de la República.
Fue una alocución de menos de cinco minutos en que, en resumidas cuentas, el presidente del sector fundado por Larrañaga en 1999 anunció que este histórico movimiento “está a favor y va a trabajar en la construcción del espacio político que está promoviendo la economista Laura Raffo”.
La decisión tuvo un costo más que conocido para Alianza Nacional. Fueron varios los dirigentes que anunciaron que no seguirían este camino y que veían más coherente apoyar, en esta interna nacionalista cada vez más movida, al secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado. Así lo hicieron saber, en los últimos días, el presidente del INAU, Pablo Abdala, y el director de Ancap Richard Charamelo, cabezas de agrupaciones en Montevideo y Canelones -respectivamente-, y que de alguna manera continuaron un proceso de alejamiento que venía desde antes.
Porque la gran estructura que en su momento lideró su fundador comenzó a desgranarse de a poco con su partida en mayo de 2021, como fueron los casos de los intendentes Wilson Ezquerra (Tacuarembó) y Nicolás Olivera (Paysandú), bajo el entendido de que “Alianza Nacional murió con Jorge Larrañaga” -aunque justo es decir que también había habido desprendimientos durante el último tramo del liderazgo de este caudillo.
Y otra parte del costo también lo implicó y seguirá implicando explicar -como lo revela la incredulidad de algunos militantes- el fundamento que llevó a respaldar este proyecto del Herrerismo, algo que para muchos, como lo expresó la subsecretaria de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, suponía un “error”, pues el destino de Alianza no debería ser otro que bregar “por un polo auténticamente wilsonista” para así hacerle “honor a su fundador y creador”.
El argumento escogido por Camy, luego de escuchar a más de 800 dirigentes de 268 localidades durante cuatro meses, se basó en un concepto unificador, un común denominador: el “desafío”. El desafío que siempre asumió este sector para pararse a contracorriente, como cuando recogió en 2019 -sin mayores apoyos- más de un millón de firmas para reformar la Constitución, o cuando decidió retirar los ministros blancos en el gobierno del colorado Jorge Batlle (2000-2005), recordó ayer el senador.
Es, entonces, “con ese mismo propósito de desafiar” que ahora se eligió respaldar una propuesta igualmente desafiante, concluyó.
En declaraciones a El País, Raffo -que apareció, aplaudida, sobre el final del breve evento- dijo estar “muy entusiasmada y emocionada” con este anuncio, fruto de “muchos meses de conversación”. “Alianza es un sector emblemático, que tiene historia y muchas ganas de apostar a la renovación y de construir juntos una visión”, sostuvo Raffo.
Camy: “Vamos a recorrer el país de punta a punta”
En una breve rueda de prensa que brindó ayer luego del acto, el senador Carlos Camy adelantó que en los próximos días comenzará una gira a nivel nacional encabezada por la futura precandidata. “Vamos a recorrer el país entero porque no conocemos otra receta”, señaló el legislador. “Vamos a recorrer el país de punta a punta”, insistió.
Sobre la economista, Camy aseguró que es una figura política que representó una “sorpresa” y una “revelación”, y valoró el “aporte positivo” que hizo en 2020 durante la campaña por el gobierno de Montevideo, elecciones en las que Raffo recogió el 40% de los votos pero perdió ante Carolina Cosse.
Movimientos
En el Partido Nacional son varios los que comenzaron a asumir que, a casi un año de las elecciones internas de 2024, los blancos ya se embarcaron en la “precampaña”, lo cual tiene en alerta a algunos dirigentes (ver recuadro). Porque el anuncio de Alianza fue precedido, este domingo, por el que hizo el titular del Mides, Martín Lema, que descartó ser precandidato en este período -al menos “por el momento”- para apoyar a Delgado, el favorito en la interna y sobre quien no escatimó elogios.
Y, al mismo tiempo, el senador Jorge Gandini recorre el país logrando adhesiones varias de distintas agrupaciones y sondeando qué posibilidades tiene de incidir en la interna nacionalista en caso de ser otro precandidato.
García cuestionó la “electoralitis” blanca que “perjudica al gobierno”
El rechazo de Javier García a lo que ve como apuro electoral no es nuevo. El ministro de Defensa lo viene advirtiendo desde hace meses y, de hecho, el nuevo movimiento que se creó semanas atrás entre el Espacio 40 -agrupación que lidera- con el sector Mejor País, intenta transmitir un mensaje opuesto al de muchos de sus correligionarios.
“Hay una electoralitis que perjudica y debilita al gobierno”, señaló ahora García en diálogo con El País. “Las ansiedades electorales -agregó- no pueden distraernos de lo más importante, que es redondear una buena gestión de gobierno, que fue de ciclo corto porque, de los cinco años, dos estuvieron tomados por la pandemia”.
Por eso este nuevo espacio integrado junto con el senador Sergio Botana y los intendentes Enrique Antía y José Yurramendi busca, por el contrario, “enfocarse en la defensa de la unidad” partidaria y de gobierno, concluyó.