Álvaro Delgado tiene un objetivo político crucial a alcanzar en los poco menos de tres semanas que faltan para las elecciones del27 de octubre, y sobre el que hace referencia desde hace meses: dejar bien en claro a la ciudadanía que “no es lo mismo” elegirlo a él como presidente que al frenteamplista Yamandú Orsi; que representan “modelos” de país contrapuestos, y que entre varias cosas eso significa posturas radicalmente distintas en temas como la “apertura al mundo” para celebrar nuevos acuerdos comerciales o la actitud ante la “inversión extranjera”.
Y en ambos casos, argumentó este lunes al mediodía en una exposición que brindó ante empresarios argentinos en Buenos Aires, su proyecto político no tiene “prejuicios ideológicos” como sí sostiene que ocurre con el Frente Amplio, y que afecta más ejes de gestión, como la seguridad pública.
El discurso que dio en el hotel Sheraton —en una ciclo con candidatos uruguayos organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción, en donde también participó Orsi semanas atrás— no tuvo mayor novedad con respecto a los que viene afirmando desde que comenzó la campaña, y particularmente desde que venció a Laura Raffo el 30 de junio. Pero fue también una exposición de esas en que el postulante se dedica a prepararla sacando puntes de lo que tiene que decir en las horas previas —como de hecho hizo Delgado al llegar a la capital argentina el día anterior—, con la intención de “pasar mensajes” concretos e incidir en la agenda pública.
Las metas que se propuso el candidato del Partido Nacional para esa instancia, según indicaron integrantes de su comando a El País, tuvieron que ver con “vender Uruguay” en Argentina, al mismo tiempo que se procuró buscar un “contraste” en lo discursivo con Orsi, que en su alocución en este mismo lugar el miércoles 18 de setiembre había dicho que los uruguayos eran “argentinos pero sin la intensidad” de los vecinos —lo que le valió críticas del oficialismo— y que era una "certeza" que Uruguay iba a seguir funcionando, ganara quien ganara estas elecciones.
Por eso, sobre el final, en el espacio de preguntas que hicieron los empresarios —que se interesaron en saber qué política comercial aplicaría en relación a Argentina en caso de ser presidente, por eventuales “incentivos a la inversión extranjera” si accede al gobierno y por el plebiscito de seguridad social que impulsa parte de la izquierda—, Delgado afirmó que es “orgullosamente uruguayo”, que quiere que “al Uruguay le vaya bien” y que lo mismo desea para el país hermano con el que este gobierno tiene “el mejor de los vínculos” y una coincidencia “en una cantidad de cosas” desde la llegada al poder de Javier Milei.
Con el libertario, afirmó, el actual gobierno de Luis Lacalle Pou comparte la idea de hacer del Mercosur un bloque “más flexible para que se abra al mundo”, y que de ser él presidente se mantendrá la “misma sintonía” que hay hoy con el líder de La Libertad Avanza. "No somos lo mismo" es la frase con la cual resumen el menaje general del candidato blanco en su equipo.
Por último, y como pista de su eventual política bilateral y su intención de que más ciudadanos vecinos lleguen a este país —como incentivó y buscó varias veces Lacalle Pou—, Delgado hizo énfasis en el “récord de residencias” de argentinos registrado en 2020 y 2021, cuando se dio una migración “calificada, muy inquieta, que vio que su lugar era Uruguay", algo que agradeció en al menos dos oportunidades.
Foco en el Frente Amplio
Parte importante de los discursos de Delgado suelen enfocarse en el Frente Amplio, no solo a los efectos de marcar que representan propuestas disímilies —la suya sería de "continuidad" de lo actuado para agregar "un segundo piso de transformaciones"—, sino para subrayar que, a su entender y aunque Orsi repita otra cosa, la coalición de izquierda representa la "incertidumbre" y "más preguntas que respuestas". Y que por el contrario el bloque oficialista significaría certezas y rumbo claro —sin "disputa" por la línea económica—, palabras o ideas fuerza que el candidato nacionalista suele repetir y ayer volvió a ser enfático.
De hecho, manifestó ante los empresarios argentinos que esa incertidumbre altera incluso su manera de diseñar la seguridad pública, en donde también entiende que el Frente Amplio tiene problemas con la ideología.
"La oposición tiene un complejo ideológico con la policía. No confía en la policía. No les dio respaldo jurídico y político que nosotros le dimos", aseguró el exsecretario de la Presidencia.
Siguiendo esa línea se refirió también a los conflictos internos de la izquierda a la hora de cuestionar determinados régimenes. "No tenemos que driblar ni dar vueltas para decir que Venezuela es una dictadura o condenar el ataque de Hamás a Israel".
Y también incluyó su tema infantable, la crítica al posicionamiento frenteamplista ante el plebiscito que promueven el PIt Cnt y partidos como el Comunista y el Socialista, para dirigirse directamente a Orsi. "Cuando uno es candidato a presidente y quiere dirigir un país y sabe que el país, si sale este plebiscito irresponsable, inconveniente y peligroso, el Uruguay se da contra un muro y afecta a las próximas generaciones y un intangible que es vital como la seguridad jurídica (...), lo que tiene que hacer no es lo que quiere o lo que puede; tenés que hacer lo que debés y decirle al Uruguay qué es lo mejor para su futuro".
-
Delgado apuntó a la “mayoría silenciosa” en la que confía que votará por el oficialismo aunque no lo diga
Comisión Interpartidaria de la Coalición pidió a Lacalle Pou cadena nacional sobre allanamientos nocturnos
Cabildantes, respaldados por Manini, salen al cruce de Ojeda por propuestas de bienestar animal: “Ya son ley”
"¿Yo? De capricornio": Sanguinetti participó en un nuevo spot de Ojeda, con una parodia al del gimnasio