Álvaro Delgado y Valeria Ripoll en entrevista con El País: "El respaldo del electorado blanco fue muy potente"

El candidato a la Presidencia dijo que no previó “la diferencia” que le sacó a Laura Raffo en las internas; Valeria Ripoll reclamó al Pit-Cnt que reconozca “lo que se hizo bien” en este gobierno.

Compartir esta noticia
Álvaro Delgado y Valeria Ripoll
Fórmula. Álvaro Delgado eligió a Valeria Ripoll como su candidata a la vicepresidencia en la noche misma de las elecciones internas, del pasado domingo, poco antes de dar su discurso en la Plaza Matriz, en frente a la casa del Partido Nacional.
Foto: Leonardo Mainé.

La gran sorpresa de las elecciones internas ha sido la decisión de Álvaro Delgado de elegir a Valeria Ripoll como compañera de fórmula. Delgado sostiene en entrevista a El País que no hay nada que explicar, pero que sí en estos días se quisieron exponer los “fundamentos” de su decisión, la que tomó tras obtener un “respaldo potente” en las urnas. Ripoll, por su lado, dijo que “los trabajadores obtuvieron (en los últimos cinco años) muchas más conquistas que las que tuvieron en 15 años de gobiernos del Frente Amplio”.

-¿Delgado, usted había dicho que si el Partido Nacional (PN) volvía a ser el más votado en las elecciones internas, comenzaba a ganar la elección presidencial. Eso no ocurrió. ¿Qué tan grave fue ese revés ?

Delgado -El PN en 2009 logró una votación histórica y después perdió contra José Mujica, que llegó a la mayoría parlamentaria. En 2014 también fuimos el partido más votado de la elección interna, y luego ganó Tabaré Váz-quez con mayoría parlamentaria. Y además, si uno pone todo arriba de la mesa, la Coalición Republicana le ganó al Frente Amplio por 40.000 votos. Estar en el gobierno, te lo dicen los politólogos, implica cargar con cierta cuota de desgaste. Pero bueno, algunos decían que no estábamos preparados, ahora ya demostramos que lo estamos, y tenemos gestión y resultados positivos para la gente. Y yo sé dónde estuvo la dirigencia del Frente Amplio (FA): del lado del frente, tirando piedras en momentos en que Uruguay necesitaba estar unido, como pasó durante la pandemia.

-Pero también es verdad que en la elección pasada toda la coalición sumada le ganaba al Frente Amplio por 400.000 en la interna. Es decir, hubo una caída también de la coalición. ¿Le preocupa eso?

D -No. Hay que reconocer que la interna que tenía más sal y pimienta era la del FA, donde estaban en pugna aparatos muy corridos a la izquierda y radicalizados, como el MPP y aliados, y los partidos Comunista, Socialista y aliados. En este caso, el PN tenía una interna que las encuestas mostraban con una tendencia notoria, aunque nunca pensamos que la diferencia iba a ser la que fue. En el Partido Colorado sí había más disputa o más imprevisibilidad, pero en los demás partidos no había interna. Yo estoy confiado en que la que viene sea una campaña absolutamente diferente a la que pasó. Ahora cambiamos todos los ejes y todos los paradigmas, y empezamos a hablar para adelante sobre quién ofrece garantías, quién ofrece resultados, quién ofrece credibilidad. Y estoy convencido de que en el balotaje nos va a votar gente que no nos votó en 2019, que no lo hizo por prejuicio, por manija o por lo que fuera.

-Ripoll, usted no votó a Luis Lacalle Pou en 2019, ¿verdad?

Ripoll -Para el balotaje no estaba en Uruguay.

-¿Y en la primera vuelta?

R -En la primera vuelta voté al FA.

Álvaro Delgado
Álvaro Delgado.
Foto: Leonardo Mainé.

-La conformación de esta fórmula causó incomodidad en varios dirigentes del PN. ¿Confían en que ese clima se va a revertir?

D -Yo soy nacionalista y soy un blanco que quiere ganar. Que va a Masoller, que va a las marchas por Aparicio, y que tiene toda la liturgia blanca. Milito desde los 16 años en el PN y soy un agradecido de este partido, que es más nacional que blanco. Jorge Larrañaga decía que incluso es más nacional que partido. Cuando el partido tomó riesgos y abrió las puertas y tendió puentes a otros sectores de la sociedad fue que llegó al gobierno. Pasó con Herrera en el ’58 cuando hizo el acuerdo con Nardone, que muy pocos lo entendieron, pero el partido ganó después de ochenta y pico de años. Pasó con Wilson, que convocó a mucha gente que venía del FA, y pasó con Lacalle Pou, que empezó a incorporar a figuras del FA, como Graciela Bianchi, Gonzalo Mujica y Jorge Saravia... Yo entiendo que la decisión que tomamos haya causado sorpresa, sobre todo en el casco militante del partido, no en la opinión pública, no en el voto más periférico partidario. Causó sorpresa en general, y en algunos causó sorpresa positiva. Acá hay un candidato que tuvo un respaldo muy potente en el electorado blanco y que tiene muy definido cuál es el rumbo. Y que tomó una decisión como candidato, que es asumir la responsabilidad de definir una fórmula con una persona como Valeria, que es una luchadora social, valiente, comprometida, con una historia sindical y que además milita en el PN y ya me acompañó a tres giras por todo el país. Es una decisión que implicaba mirar a octubre y sobre todo mirar a noviembre, y es un acto de confianza en la estrategia. Esta es una fórmula complementaria, con Valeria con un perfil muy metropolitano; pero además es una fórmula que enamora, y no solamente a los blancos.

-Ripoll, usted ya lleva casi un año en el Partido Nacional. ¿Ya se siente blanca?

R -Primero que nada soy una agradecida al PN y a sus militantes. Obviamente es muy difícil depositar tu confianza en alguien que en realidad hasta hace algunos años militaba en otro partido, como en mi caso que militaban en el FA. Pero la verdad es que me han hecho sentir como si nos conociéramos de toda la vida.

-Ahora ha dicho que no se siente izquierda, pero cuando estaba en el movimiento sindical era una persona de izquierda. ¿Cómo se define hoy ideológicamente?

R -Convengamos que por el hecho de haber estado afiliada al Partido Comunista mucha gente cree que una es una persona de izquierda radical. En realidad mi afiliación al Partido Comunista tuvo mucho que ver con lo que era la interna de Adeom; la mayoría de los militantes que estaban en ese momento eran militantes del Partido Comunista que me invitaron a sumarme. Pero cuando realmente conocí al Partido Comunista fue cuando asumí la secretaría general de Adeom. Ahí vino un proceso para mí desconocido; ya no era eso idílico de cambiar la sociedad, y todo se transformó en bajadas de línea, como que no se podía atacar la administración frenteamplista porque Daniel Martínez seguramente iba a ser el candidato del FA.

-¿Y por qué sintiendo todo esto en la elección pasada votó al FA?

R -Porque voté una lista de compañeros que eran dirigentes sindicales. Pero agradezco no haber votado en el balotaje, porque no tenía una cercanía con Lacalle Pou y me hubiera costado enormemente votar a Daniel Martínez, sabiendo que había sido un desastre en la intendencia.

-¿Sabían los dos que iba a haber, obviamente, material de archivo que la iba a poner en aprietos?

R -A ver, creo que no es poner en aprietos. De lo que he dicho sobre la LUC, por ejemplo, me arrepiento. Esto no tiene que ver con el hecho de que ahora esté en el PN; tiene que ver con que, después de implementada la LUC, todo lo que nosotros creíamos en su momento que iba a suceder, a partir de los informes técnicos que nos había dado el Instituto Cuesta Duarte, no sucedió. Nobleza obliga, me equivoqué.

D -Lo que dice Valeria tiene mucho que ver con las actitudes del FA contra las que vamos a pelear. Nosotros queremos una campaña de propuestas y de verdad. Todo eso que hicieron contra la LUC, lo único que va a generar es que el Frente pierda credibilidad cuando pida la confianza de la gente.

-Igual, Ripoll, tuvo otras opiniones, ¿no? Por ejemplo, en mayo de 2022 llegó a decir que la administración blanca de Alejo Umpiérez en Rocha era “corrupta”, debido a presuntas irregularidades en la contratación de funcionarios.

R -Creo que a veces para la gente es complejo entender que cuando uno representa un colectivo, lo que uno plantea en realidad es la resolución del colectivo. Entonces, si a mí me trasladan de una asamblea de Adeom esa definición sobre una irregularidad en una intendencia, obviamente yo, en ese rol, es lo que voy a decir. A veces también lo que hay que analizar es cuál es la posición personal de la persona.

-¿Pero sigue manteniendo esa opinión sobre la Intendencia de Rocha?

R -No. La resolución de la Federación era que estaba en contra de estos mecanismos de ingreso. Yo lo que digo es que para que estos mecanismos no existan hay que acordar una regulación. Y eso hoy no es posible. Entonces, si queremos dar un debate serio no podemos enfocarnos en cómo lo hace cada intendencia, porque en todas vamos a encontrar algo en lo que quizás no estemos de acuerdo. El debate no se puede dar como estaba planteado en el proyecto de ley de Adrián Peña, que era una iniciativa para la cual no se dialogó con los intendentes.

-¿Se arrepiente, entonces?

R -No, no me arrepiento porque esa no era la posición de Valeria.

-Pero lo dijo usted.

R -Sí, obvio. También dije que había que ir contra toda la LUC y en realidad no era mi posición personal. Era la posición de Adeom. Entonces, creo que lo que hay que aprender es a diferenciar cuando el dirigente sindical habla en su nombre y cuando el dirigente transmite la resolución y el argumento del colectivo que representa.

-¿Qué posición tiene ahora respecto al vínculo de este gobierno con la clase trabajadora?

R -Creo que los resultados contradicen lo que el movimiento sindical hasta hace algunos años decía que iba a pasar. Por ejemplo, se estaba planteado que los trabajadores nunca iban a recuperar el salario o nunca el salario iba a llegar a las cifras que tiene hoy. A mí me preocupa el no reconocimiento de la cantidad de nuevos empleos creados, que el movimiento sindical no hable del mayor nivel de personas registradas en el BPS, que no se hable que la inflación tiene que ver directamente con el bolsillo de los trabajadores, porque si hay menos inflación la plata te rinde más. Creo que a veces lo ideológico, y esa connivencia entre el movimiento sindical y el FA, no les permite reconocer lo que está bien, solo porque lo hizo este gobierno. Entonces, el Pit-Cnt debería reconocer lo que se hizo bien. Hoy escuchamos a Fernando Pereira hablando del salario que se perdió en la pandemia. Pero ese salario que se perdió en la pandemia fue algo que el movimiento sindical firmó con el gobierno. No fue una imposición sin respetar la negociación colectiva. Se priorizó no perder el empleo, y eso fue convenido. Como dirigentes sindicales, hay códigos que deberían tener y hoy se perdieron todos. Si yo paso raya, hoy, en cuatro años de gobierno, está claro que los trabajadores obtuvieron muchas más conquistas que las que tuvieron en 15 años de gobiernos del FA.

-¿Le va a “morder la yugular” a Carolina Cosse, como dijo el senador Sebastián Da Silva?

R -(Se ríe). A ese nivel, no.

-¿Pero va a buscar debatir con ella?

R -Yo no tengo inconveniente en debatir. Cuando uno tiene argumentos, propuestas, cosas para plantearle a la ciudadanía, no debería tener problema. Tampoco la invité a debatir, solo dije que estoy dispuesta.

Álvaro Delgado y Valeria Ripoll
Álvaro Delgado y Valeria Ripoll.
Foto: Leonardo Mainé.

-Adeom, bajo su conducción, negoció una paz sindical con Cosse. ¿Qué relación tenía con la intendenta?

R -En realidad prácticamente no teníamos relación. Ella vino con la misma idea de utilización de la estructura de la intendencia para su campaña; de hecho, profundizó mucho más lo que hizo Martínez. Pero Cosse tuvo la inteligencia de poner al ex director nacional de trabajo (Jorge Mesa) en el rol de negociación con el sindicato. Y el vínculo fue directamente con él, con lo cual la confrontación no fue nunca directamente con Cosse. Ahora, sería muy interesante que ella dé las explicaciones que les debe a los montevideanos.

-¿Y a usted, Delgado, le gustaría debatir con Yamandú Orsi antes de noviembre?

D -En esta etapa los debates van a ser comunes. Yo con quien no voy a debatir es con la coalición de gobierno, con la que aspiro a gobernar. Va a haber oportunidades. Nosotros estamos diciendo que vamos a hacer una campaña libre de humo, en el sentido de que nada impida ver la realidad, y en cuanto a que no va a haber enchastres, descalificaciones, temas personales y agravios. Vamos a hacer una campaña firme en las propuestas, como se merecen los uruguayos.

-Dice que no va a descalificar, pero habla de que este es “el peor FA”.

D -Pero eso es un argumento político, yo no descalifico personas. Este es el FA más radical de los últimos tiempos, más corrido a la izquierda, sin cortafuegos y sin liderazgos.

-Mario Bergara dijo que la fórmula del FA es “muy potente”, a diferencia de la de ustedes, que tienen que estar “una semana explicando”. Algún analista político se refirió en términos muy similares. Y es cierto que han tenido que explicarla.

D -Lo que pasa es que él tuvo que explicar por qué no llegó a la candidatura. Pero no soy comentarista de Bergara. Además, no tenemos que explicarla. Lo que estamos haciendo, y esto es diferente, es contando los fundamentos que están detrás de una fórmula cuyo objetivo es ganar el balotaje. Por las cualidades personales de Valeria, por su historia de vida, por su historia en su pasado sindical y sobre todo como luchadora de las causas sociales. Por muchas razones creo que es una fórmula complementaria que nos da la oportunidad de liderar la coalición y ganar el balotaje.

-Hay más o menos un 4% de déficit fiscal, y este es un año electoral, en el que es común que ese indicador empeore. ¿Mantiene la promesa de no subir impuestos?

D -Sí, absolutamente. La única variable que queda es si sale esta locura del plebiscito contra todo el sistema jubilatorio, que es una irresponsabilidad política, económica y previsional. Sería un colapso económico. Julio de Brum, que es un economista muy inteligente, lo definió de la forma más gráfica: esto no es quitar un naipe de un castillo de naipes, es prender el ventilador. Lo entendió mejor que nadie. Eso es el plebiscito demencial e irresponsable que está proponiendo el Pit-Cnt y gran parte del FA. Y además, tan irresponsable es eso como que el FA, partido político que gobernó 15 años y que hoy aspira a gobernar, no se pronuncie.

-¿Se compromete a bajar los homicidios de manera sustantiva en caso de ser presidente?

D -Y, ese es el objetivo. Este gobierno va a entregarle al próximo, por primera vez en la historia, menos delitos que los que recibió.

-No es claro que esto vaya a suceder con los homicidios.

D -No, incluyendo los homicidios. Por lo menos esa es la proyección que tenemos. Los años 2018 y 2019 fueron los más violentos del Uruguay, con mayor nivel de registro de delitos. Y en este 2023 hubo 27% menos de rapiñas, 20% menos de hurtos, 50% menos de abigeatos y 3% menos de homicidios. ¿Qué es lo que pasó? Hubo un respaldo jurídico y político a la Policía y la Policía actuó. Es parte de lo que queremos que continúe.

La opinión de la fórmula sobre la eutanasia

-¿Están de acuerdo con la eutanasia como procedimiento?

D -Conceptualmente tengo mis discrepancias. Hay algunas situaciones en las que se pueden habilitar y creo que sobre esas situaciones especiales es que se está trabajando en el Parlamento, porque es un proyecto que todavía no se terminó de negociar. Por algo no se votó.

R -Teniendo tanta cercanía a la discapacidad y a condiciones discapacitantes, entiendo que hay casos donde los cuidados paliativos no son la solución a que la persona no sienta dolor o que realmente tenga la muerte digna que quiere tener. Entonces, me parece que por eso es tan importante buscar un proyecto que realmente refleje esto: esas dos visiones, que claramente las conocemos, con respecto a la eutanasia. Claramente tienen que quedar estipulados este tipo de casos donde en realidad la decisión de la persona es porque de ninguna forma y con ninguna medida paliativa se puede evitar el sufrimiento. Entonces, creo que ahí es donde hay que apuntar en este proyecto.

-La cantidad de funcionarios públicos volvió a crecer. ¿Qué va a pasar en un eventual gobierno suyo, Delgado?

D -Sí, nosotros dijimos en nuestra propuesta de gobierno que la idea es que de cada tres vacantes no llenar una, que en realidad no es novedoso, ¿no? Nosotros no estamos hablando de echar a nadie, estamos hablando de no llenar vacantes. De cada tres, una no se llena. Es parecido a la propuesta que en su momento fue anunciada en el primer gobierno de Vázquez, que era no llenar dos de cada tres vacantes, que se cumplió por muy poquito tiempo, porque después terminó el período de gobierno con casi 90.000 funcionarios públicos más. Esto no es a rajatabla, pero todos conocemos lugares del Estado donde se puede trabajar. Reitero, no es reducir, es no llenar vacantes. No estamos hablando de servicios como el de educación, como el de la policía, la seguridad, ni hablamos del área de la salud ni ningún otro que abarque funciones esenciales.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar