Álvaro Villar quiere un nuevo Hospital de Clínicas pegado al histórico edificio

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Álvaro Villar. Foto: Leonardo Mainé
Nota a Alvaro Villar, medico y politico uruguayo, en Hospital de Clinicas, Montevideo ND 20220111 foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

PROYECTO EDILICIO PARA 2030

El director del hospital universitario y excandidato a intendente de Montevideo señaló que la iniciativa demanda una inversión de US$ 140 millones.

Alvaro Villar sonríe cuando se da cuenta, en su luminosa y fresca oficina, que la frase de Artigas -que resaltó con marcador en los márgenes del cuadro con la figura del prócer - puede aplicarse exactamente a lo que le gustaría que se hiciera en un futuro próximo. La frase en cuestión es la que reza que “nada debemos esperar sino de nosotros mismos”, y lo que quiere hacer Villar es un Hospital de Clínicas nuevo, pero no en cualquier lado.

Dice que no se cierra a ir por el camino de la modernización total del actual edificio -proceso que de igual manera está en marcha-, ni a mudarlo íntegramente a otro sitio, como por ejemplo al “ex Mercado Modelo u otros lugares” que la intendenta Carolina Cosse puso a disposición cuando el tema se instaló en la agenda hace algunas semanas.

Todo es posible, dice el director del hospital más grande de Uruguay, pero su idea es hacer uno de cero justo al lado, donde funcionó durante años el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología (Inot), un edificio ahora abandonado en General Las Heras y avenida Italia.

Villar vio desde un principio con “buenos ojos” que el presidente Luis Lacalle Pou pusiera arriba de la mesa su intención de impulsar el proyecto de un nuevo hospital universitario en una entrevista que dio a mediados de diciembre a Telenoche -en la que se refirió a una reunión mantenida hacía “unos meses” con el rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim, para hablar del asunto-, y de que se siguiera concibiendo al Clínicas como un “hospital modelo”.

Sin embargo, el excandidato a intendente de Montevideo -y que hoy no quiere saber nada de política- entiende que hay ciertos “progresos” ya alcanzados en la edificación actual en los últimos años que no deberían perderse. “La posibilidad de plantearse un nuevo edificio al lado de este hospital permitiría que las inversiones que ya se hicieron en estos últimos años no tengan que volverse a hacer”, sugiere Villar a El País con su habla lenta y parsimoniosa, y se refiere a, por ejemplo, la inversión de “más de US$ 3 millones en hacer el nuevo policlínico” que no quisiera desperdiciar, y que aprovecharía “conectando” ambos centros.

Entonces Villar se para y camina hasta la ventana de su oficina que se mantiene fresca gracias a un aire acondicionado en 20 grados para señalar por la ventana -precisamente al costado del famoso cuadro de Artigas de Blanes- cómo se imagina la nueva edificación.

“Ahí, donde está aquel auto rojo saliendo, era donde estaba el Inot. Pero aparte de todo eso, acá -señala casi abajo de la ventana- está la emergencia. Quiere decir que si se construyera un edificio ahí, se puede hacer una torre acá y que quede conectado con la puerta de emergencia y con la policlínica”, que seguirían en este edificio, propone.

Y esta mole, un hospital gigante imaginado en 1930 como ya no se hacen más en el mundo, podría entonces también albergar a “facultades que hoy quieren mudarse”, además de ofrecer espacio “para laboratorios o aulas” de la Facultad de Medicina u otras. “Podría ser un gran centro del área de salud o extenderse más allá de eso”, imagina, y plantea que, aunque todo esto sea un proceso que termine en un exclusivo resorte de la Universidad de la República (Udelar), se trata en el fondo de “un tema de todo el país, de toda la población, porque debatir sobre la universidad y su hospital universitario es algo que le concierne a toda la sociedad”.

¿Cuánto saldría una obra de esta envergadura que, según dijo el presidente Lacalle Pou y proyectan en el ámbito universitario, se realizaría para el 2030? Aunque falta mucho para diseñar su financiamiento, Villar tiene claro una cifra: “Para un hospital de unas 300 camas, estamos hablando de US$ 140 millones”.

¿Y por qué esta vez sí se concretaría un proyecto que estuvo en la agenda de presidentes como Tabaré Vázquez y Jorge Batlle, entre otros? Villar contesta así: “El estado de las instalaciones que tiene hoy el hospital no es el que nosotros queremos para nuestros pacientes, y eso es algo que comparto tanto yo, como el decano (Miguel Martínez) y el rector (Rodrigo Arim) y creo que también la Presidencia de la República”. E insiste: “Necesitamos ofrecerles a nuestros pacientes mejores condiciones de internación”.

Los logros en el hospital

En la oficina hay, además del retrato de Artigas y una foto del histórico profesor Juan Carlos Dighiero, un extenso pizarrón negro con citas y frases que resumen su filosofía de trabajo.

Una de las que más lo representa, dice Villar con entusiasmo, está arriba a la izquierda: es la frase pronunciada a comienzos del siglo XIX por el almirante británico Horacio Nelson al inicio de la Batalla de Trafalgar: “England expects that every man will do his duty”, fue el mensaje de aliento de aquel inglés a su flota, y Villar confía que lo mismo se aplica a su hospital

Ese concepto, y otros que también flotan en el pizarrón, como “el control no puede ser más caro que el defecto” -frase de su padre, Hugo Villar, quien también dirigió este hospital y fue candidato a la intendencia por el Frente Amplio, en 1971- son el mapa motivacional que guía su trabajo a casi un año de iniciada su gestión.

De lo hecho hasta ahora, resalta que se “aumentaron al doble la cantidad de resonancias y tomografías”; que se incrementó la “actividad quirúrgica al llegarse a cinco salas” de operación, a las que sumarán dos más este año; que se duplicaron las camas de CTI ante la exigencia de la pandemia -pasaron de 11 a 23-; que subieron “las consultas en la puerta de emergencia” al mejorar los tiempos de respuesta y que se incursionó en la “informatización de la farmacia, entre otras metas que forman parte de una lista que sigue. Pero él, parado ahora junto al pizarrón, de túnica blanca, dice que de todo esto él es solo el “alcanza pelotas”, porque eso es el rol que tiene que tener “la dirección de un hospital”.

Un futuro sin política en el horizonte

Con o sin la construcción de un nuevo edificio para el Hospital de Clínicas, Álvaro Villar pretende profundizar las metas alcanzadas en su primer año de gestión, que se cumplirá en febrero. Pero para ello -entiende este neurólogo que dirigió el Hospital Maciel entre 2012 y 2019- necesita de un factor que valora especialmente: el tiempo. Porque para hacer las cosas bien, dice Villar, se requiere de procesos de largo plazo. “Creo que uno tiene que saber que está aprendiendo continuamente, y que hay que tratar de tomarse el tiempo para entender las particularidades de cada lugar”, reflexiona, e incluso agrega que “todavía” se encuentra “en el período de aprender las particularidades del Hospital de Clínicas”.

Por eso no duda al afirmar que para hacer “en serio esta tarea uno debería intentar estar ocho o 10 años”. Es decir, un lapso similar al que tuvo cuando lideró la gestión del Maciel, lo cual tiene obvias implicancias: la primera, que deberá procurar la reelección en 2025. Y la segunda, dejar por el camino cualquier otra aspiración política, como por ejemplo intentar ser de nuevo una figura de proyección en el Frente Amplio. “Yo creo mucho que hay que hacer las cosas bien; es decir, que no se puede andar picoteando en varios lugares”, zanja Villar, quien reconoce que “es consciente”, entonces, de lo que descarta al proponerse este objetivo.

Pero además dice otra cosa: que no cree en los líderes políticos pasados de cierta edad, por lo que no se inclina, tampoco, a retornar a la arena política propiamente dicha cuando vea alzado el nuevo hospital, o definitivamente modernizado este que dirige hoy, luego de 2030. “Yo ahí tendría 68 años, no sé... Por lo menos por ahora espero tener trabajo acá bastante. Hay mucha cosa para hacer, los desafíos son grandes, y hoy realmente estoy muy agradecido, muy contento de la forma como me recibieron acá”, concluye.

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