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Analistas advierten que situación de fuego amigo entre colorados hace recordar a la elección blanca de 1999

Ese año la puja entre Lacalle padre y Ramírez hundió al partido, dejándolo tercero; el bombardeo interno en el partido de Batlle y Ordoñez no ha cesado en las últimas semanas.

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Andrés Ojeda y Robert Silva.
Andrés Ojeda y Robert Silva.
Foto: Fernando Ponzetto/Archivo El País

La interna del Partido Colorado es la más picante y competitiva rumbo al 30 de junio, en una elección que no es obligatoria. Hay siete precandidatos y paridad en intención de voto, según varias encuestas que presentan amplios márgenes de incertidumbre. El bombardeo es constante, con acusaciones que van y vienen de “marquetinero” y “blanco camuflado”, a “oportunista” -por dar un discurso en un velorio- y “comprador de dirigentes”. ¿Cuánto aporta y cuánto resta este fuego amigo? ¿Una interna agitada sirve para acumular?

Rafael Porzecanski considera que “cuando el elector ve demasiado ruido en una interna, el riesgo es que lo vea como algo fratricida, que pueda generar problemas al partido en sí de cara a la interna y a octubre”. El director de opinión pública y estudios sociales de Opción Consultores evoca que “el ejemplo más reciente es el del Partido Nacional en 1999”, cuando “tuvo una interna muy áspera, con acusaciones sobre el expresidente (Luis Alberto) Lacalle Herrera”, y advierte que “eso no le conviene a los colorados”, mientras lo que “sí conviene en una interna vibrante, de cierta paridad, con contrapuntos entre los líderes, con condimentos”. Y entonces advierte: “El exceso de sal y pimienta arruina el plato”.

Al responder sobre cruces entre colorados, el director de Factum, Eduardo Bottinelli, también recordó la interna del 99 que enfrentó a Lacalle Herrera con Juan Andrés Ramírez, su exministro del Interior, quien, acompañado en la fórmula por Jorge Larrañaga, alertó sobre el incremento patrimonial del expresidente, su contrincante y correligionario. Tras aquella histórica campaña, el Partido Nacional se hundió en un 10% en las urnas: pasó de tener el 31% del electorado en noviembre de 1994, cuando perdió la Presidencia por 23 mil votos (1%), a ser la tercera fuerza política en octubre de 1999, con 21% de los votos, detrás del Partido Colorado (32%) y el Frente Amplio (39%).

Para Bottinelli, los colorados “están en un límite” de confrontación, porque “todavía no se empezaron a romper puentes del todo, salvo alguna declaración de (Guzmán) Acosta y Lara, que fue más allá”. El consultor destacó: “El que aprendió de esto sin duda fue el Partido Nacional, de una interna compleja, la del 99, que dejó una huella; después (en octubre) fue un desastre en las elecciones nacionales. Luego de eso no ha tenido una interna de ese estilo, aunque sí con la típica sangre blanca, sí con disputas, pero sabiendo cuál era el límite”.

Visibilidad

La directora de Cifra, Mariana Pomiés, opinó que “el Partido Colorado, con precandidatos tan poco conocidos, necesita visibilidad”, por lo que “hay que buscar temas y formas de hacerlo”, pero “hay que buscar el equilibrio entre algo que resulte interesante y atractivo para la opinión pública y la prensa, para que los busquen y los interpelen, y no pasarse de rosca”.

Cifra no ha medido “si se pasaron de rosca”, pero su directora ve poco rédito electoral en este ruido. “Puede ser que a veces los tonos se vayan un poquito. Están apuntando a un público un poco más alejado de la política. Cuando están teniendo actitudes más radicales, están buscando gente menos politizada y más interesada en ese tipo de discusión. Lo que yo creo es que esa gente no es la que termina yendo a votar en las internas, porque acá el tema es que hay que atraer gente que vaya a votar a las internas, que al final es la más fiel al partido. Ahí es más útil apelar a cosas más típicas del partido, más coloradas, de identidad”, dijo Pomiés a El País.

El blanco más recurrente de ataques por parte de precandidatos en las últimas semanas ha sido Andrés Ojeda. Por ejemplo, Acosta y Lara aseguró que “compra dirigentes”, que “busca la entrega y destrucción” partidaria, y publicitó en redes sociales un video en el que el abogado no responde con certeza preguntas de Orlando Petinatti sobre fechas y figuras históricas de la divisa. Carolina Ache sostuvo que, “como colorada, le hicieron ruido” las palabras de Ojeda sobre el presidente Luis Lacalle Pou, en alusión a que dijo que es su “principal referente de la política nacional”. Robert Silva planteó que “es llamativo algunas campañas” y que la interna colorada “más que con marketing y carteles se gana con propuestas y equipo”. Al ser consultado en Fácil Desviarse (Del Sol FM) si Ojeda tiene más músculos que principios, Gabriel Gurméndez contestó que él vio “los músculos”. El expresidente de Antel aclaró luego en Búsqueda que “eso era en la parte de humor” del programa, que “al pertenecer a un partido unen más cosas de las que separan, pero en una competencia interna hay que enfatizar las opiniones distintas”.

Ojeda evita devolver dardos. “Ni por US$ 100.000 me van a sacar una respuesta a todo esto”, dijo a El País. Su eslogan es “Unir” y el viernes dio una nota a canal 5 para responder a Fernando Pereira, el presidente del Frente Amplio, único lema destinatario de sus críticas.

A la interna colorada, las flechas apuntaron antes a Silva, por sus movimientos posteriores a la muerte de Adrián Peña. Tabaré Viera expresó que el cementerio “no era el lugar para hacer un discurso político partidario sectorial”, y además no firmó para plebiscitar el ingreso por sorteo y concurso a las intendencias. Gurméndez también criticó la iniciativa de Silva y Ciudadanos, y anunció que los legisladores que lo apoyan tampoco firman.

“Este sistema electoral tiene un problema: uno tiene la necesidad de competir y diferenciarse, y enseguida, de un día para el otro, tiene que ser cooperación. Cuanto más crispado sea el tránsito en la competencia, más cuesta la cooperación”, recordó Bottinelli.

Además

“Palos a Silva buscaron generar ganancia”

“Los palos a Robert Silva fueron un intento de desestabilizar la interna y generar ganancias”, dijo Bottinelli. “Hay una lucha por ganar la interna y generar diferencia paras lastimar a otro, pero si esto sigue creciendo y los puentes internos se rompen el panorama es complicado hacia adelante”, añadió. Además, destacó que “lo que está en juego es quién va a liderar el Partido Colorado hacia adelante”.

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