INVESTIGACIÓN

El ministro Javier García reconoció en la comisión de Defensa que "hubo fallas importantes en los protocolos de seguridad que debieron haber existido, y no existieron", respecto a los tres infantes de marina ultimados en la madrugada del domingo 31 por un desertor, y que "en el curso de una investigación, surgió un diálogo de WhatsApp, lo tengo en mi poder, en el que una persona le ofrecía a otra la posibilidad de participar en el robo, mejor dicho, en el copamiento, precisamente en ese mismo lugar, para robar armas y después venderlas en el mercado negro".

Las "fallas" en los protocolos hicieron que el propio García decidiera el relevo del comandante de la Infantería de Marina, Marcos Saralegui, de quien dependía el destacamento del Cerro donde ocurrió el trágico crimen. Además se inició una investigación administrativa que se llevará adelante con profesionales de la Fiscalía y el jefe de jurídica del Ministerio de Defensa Nacional, dejando por fuera a la Armada.

Durante la comisión, García leyó textual puntos del informe de la Armada Nacional, como todas las comunicaciones que no se cumplieron y los procedimientos que no se conocían.

"El punto 5.3 afirma 'que no se detectan fallas en el accionar general de la guardia militar la cual realizó recorridas por el lugar y llevó control del estado de los tripulantes'. Aquí hay una afirmación que en la investigación no puede demostrarse. Es más: los documentos que yo tengo no sostienen esta conclusión, sino que van en sentido contrario. Es decir, no surge de los documentos oficiales que posteriormente recibimos. Trabajamos con el subsecretario en la noche de ayer y en la mañana de hoy en el Ministerio, por supuesto solicitando información al comandante de la Armada, y de los documentos que solicitamos no se desprende que esta afirmación refleje lo que haya pasado. No establezco que haya voluntad de no decir la verdad, sino simplemente que no es constatable. Ese es el término que quiero utilizar. No se constata en los libros de novedades recorridas por el lugar", señaló.

"A nosotros nos surge que la última recorrida de una camioneta de la Armada fue a la hora 19 y 37, momento en que fueron a dejar la guardia y el rancho. Después, no figura ninguna otra ronda por el lugar", agregó aunque puntualizó: "Figuran algunas otras pasadas de camioneta y llamadas de servicio a las 7 y 20 de la mañana del día 31; es decir, doce horas después. Los cuerpos fueron encontrados cuando llegó el relevo, a las 8 de la mañana. Al no encontrar a nadie, saltaron y vieron por la ventana la escena macabra.

García dijo que "no se encuentran registros de comunicaciones de la Central de radio con el destacamento antena" esto es, del Comando de Infantería del área naval hacia el destacamento antena, por lo que "los tripulantes apostados en antena no cumplieron con lo estipulado en la Orden Interna COMIN Nº 1035.3/19, por la cual se deberían haber comunicado con la Central de radio cada una hora".

Pero el ministro de Defensa dio otro detalle: "el apartado 5.7 dice: "que el personal apostado en la Central de radio no tenía conocimiento del procedimiento en caso de que los puestos de guardia no se comunicaran en los tiempos establecidos". Esto, dijo García, "constituye una falla en los procedimientos de guardia de acuerdo establecido en el Manual de guardias y consignas en su Capítulo 5, Sección 3, numeral 0604 literal b, numeral 8". 

Por todo esto, García resumió que "no hubo ni recorridas ni contacto radial. No se constataron contactos radiales desde la base antena ni hubo, al no escucharlos, acción alguna por parte de la base central en el Cerro, para verificar por qué no había comunicación".

Estos hechos fueron los que determinaron el inicio de una investigación administrativa. "Es absolutamente imprescindible que haya una investigación administrativa que investigue la eventualidad de irregularidades o el incumplimiento de los procedimientos de seguridad. A partir de lo que resulte de la investigación administrativa actuaremos de acuerdo con lo que la norma establezca", dijo García.

Sobre el ingreso del desertor al área naval del Cerro, sostuvo: "Me imagino que habrán hecho algún ruido y como no contestó nadie, tiraron piedras para ver si respondían. Seguramente por algún lateral del alambrado, porque tiene rotos algunos puntos alrededor o es más fácil poder atravesarlo si en alguna parte no tiene concertina y en una parte está levantado, se puede entrar con un poco de paciencia y mala intención. Eso con respecto al ingreso".

"No se puede descartar -no lo descarta la fiscal y no lo podemos descartar nosotros-, que la persona haya utilizado su conocimiento, haya abusado de su conocimiento previo de las víctimas para obtener 'la confianza' de pasar. Eso es lo que podemos saber hasta el momento, porque en sede judicial, en sede fiscal no hay declaración del imputado. No había rotura de cerradura, no había forzamiento de cerraduras, no había nada que hablara de violencia ni de defensa in situ (...) No descarto nada con respecto al episodio del fin de semana", añadió.

Lo que sí tienen claro es el propósito: "En el curso de una investigación, surgió un diálogo de whatsapp, en el que una persona le ofrecía a otra la posibilidad de participar en el robo, mejor dicho, en el copamiento, precisamente en ese mismo lugar, para robar armas y después venderlas en el mercado negro".