EMERGENCIA HÍDRICA
Este ha sido un verano difícil en el campo y sobre todo en el sur del país, donde la sequía ha golpeado a cientos de pequeños productores rurales y el panorama se presenta complicado para el invierno.
Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.
Si se mira desde el aire el color verde bien pálido se combina con tonos ocres y marrones. Este ha sido un verano difícil en el campo y sobre todo en el sur del país, donde la sequía ha golpeado a cientos de pequeños productores rurales y el panorama se presenta complicado para el invierno.
La lechería es uno de los sectores más complicados. “El tambo uruguayo vive del pasto. Y, si no llueve, no hay pasto. Y si no hay pasto, la leche que se puede sacar es cara. Dos más dos es cuatro”, dijo a El País Justino Zabala, tambero de la zona de Aguas Corrientes en Canelones. Ese departamento es el epicentro de la sequía y hoy la situación de muchos productores es “crítica” porque se usaron las reservas previstas para el invierno, relató Zabala, quien es directivo de la Asociación de Tamberos de Canelones.
El nuevo gobierno decretó la emergencia en cinco departamentos (Montevideo, casi todo Canelones, parte de San José, Maldonado y Lavalleja). El presidente Luis Lacalle Pou y el ministro de Ganadería, Carlos Uriarte, tenían previsto firmar el decreto ayer a última hora.
El área total afectada es de 800.000 hectáreas, pero el área productiva se limita a unas 500.000 hectáreas. La ayuda hará foco en productores familiares y pequeños productores, “que son los que pasan situaciones complicadas”, dijo el subsecretario Juan Ignacio Buffa en ronda de prensa. Los potenciales beneficiarios en esa zona son 5.400 productores y la ayuda vendrá de Rentas Generales: apelarán al Fondo Agropecuario de Emergencias (FAE). Hoy ese fondo tiene ocho millones de dólares. “Con ese dinero se van a instrumentar medidas de apoyo directo al productor y otras que se podrían traducir en herramientas asociadas al aspecto crediticio”, indicó Buffa.
Sin embargo, aún no está del todo claro cómo se concretará ese apoyo, admitió el subsecretario a El País. Se sabe que la ayuda será en la ganadería y la lechería, pero se discute la realidad de otros sectores, dijo el jerarca. Por estas horas en el Ministerio de Ganadería trabajan en “cómo aterrizar” la declaración de emergencia. Buffa habló ayer de apoyo directo -esto es, a nivel económico- y dijo que esa sería la prioridad. Históricamente la ayuda del ministerio ha estado focalizada en dotar de alimentos a los productores, para que las vacas puedan seguir produciendo.
Pero esta vez la ayuda no será necesariamente con raciones, sino en forma más amplia. “Estamos explorando todas las alternativas posibles para los productores, más allá de las raciones, esa es la realidad. No descartamos ración, pero tampoco otras formas de ayuda”, indicó el funcionario a El País. Buffa sostuvo que a algunos productores le puede ayudar recibir ración pero a otros no. ¿Y qué les puede servir? “El dinero para poder acomodar las aguadas”, explicó Buffa.
Uriarte, en tanto, adelantó que intentarán ser “lo más expeditivos posibles” porque la gente en el campo “necesita las medidas” y los “daños son irreversibles para el invierno”.
El panorama en los departamentos afectados.
En departamentos como Canelones y San José falta agua para el ganado. El rodeo de cría (las vacas destinadas a la producción de terneros) están gestando y en la mayoría de los casos, con ternero al pie. El déficit hídrico y la falta de forraje por la sequía implica pérdida de kilos y también abortos.
Tajamares secos, praderas con tierra rajada y campos sin comida son escenas repetidas. Esta es la época donde hay más forraje y en los predios se cierran potreros para que rebroten los campos y se pueda entrar con suficiente comida al otoño. En marzo y abril se hacen las reservas forrajeras (se planta forraje) para el invierno. Hoy no se puede plantar porque no hay humedad en los suelos.
En la soja, en tanto, todo lo que se ha plantado está con mayor o menor grado de afectación y los productores están jugados a la lluvia. Hay departamentos como Colonia, que no están incluidos dentro de la emergencia, pero también tienen zonas afectadas. Carlos Foderé, director de la empresa Fadisol, dijo a El País que la afectación de la soja por la sequía depende de los grupos de siembra, su madurez, cantidad de lluvia y del tipo de suelo de cada predio.
“En Colonia se ven cultivos muy dañados, que están sufriendo muchísimo, y otros con menores daños. El daño es variable y errático”, indicó. El empresario estimó que puede haber una pérdida de 500 o 600 kilos (promedio) a nivel general.
En la lechería el riego suele ser muy localizado y por eso la situación es grave. “Desde noviembre no hay una lluvia como debe ser, sumado a muy altas temperaturas y viento”, afirmó Zabala, el tambero de Aguas Corrientes. “Estamos casi a mediados de marzo y no vemos una situación buena para adelante. No podemos perder una estación más, nos comimos todas las reservas que pudimos hacer en primavera”.
¿Por qué los afecta tanto? “Hay poca fibra disponible. Estamos gastando mucha plata en comprar concentrados y raciones. En unos meses veremos que hay un vacío que no se puede llenar”, respondió.
Aunque la ayuda no le llegará en esta instancia, el sector hortifrutícola también está complicado. El presidente de la Confederación Granjera, Eric Rolando, dijo a El País que se ha afectado la rentabilidad del productor porque no hay retorno. “Sacamos menos kilos por hectárea y es una producción de menos calibre. Los números están en rojo”, afirmó.
Hay productores que tiene comprometida la producción de zapallo “a campo” porque los que tienen riego “son los menos”. En las frutas, la manzana tiene 30% a 50% de cosecha respecto a una cosecha normal y en la pera es 20% a 30% de una cosecha normal pero ahí se suma la falta de horas de frío en invierno. El durazno está comprometido para la próxima zafra, dijo Rolando, productor canario de Juanicó.
A la gremial granjera le explicaron ayer que no están incluidos en la emergencia, porque por ahora se limita al “riesgo de vida” del ganado.
También en Artigas: “Estamos muy preocupados”, dice un productor
Las gremiales departamentales de San José se reunieron ayer con el ministro de Ganadería, Carlos María Uriarte, y le pidieron extender la emergencia a todo el departamento, ya que solo abarca a las seccionales 1, 2, 6, 7, 10 y 11, las que están más al sureste. El ministro les agradeció por el informe y les dijo que son “los ojos” de él en el departamento, dijo a El País la productora lechera Pilar Camy, directiva de Asociación Rural de San José. “Hay una situación compleja, una crisis forrajera grande y hay muchos productores queseros y tamberos chicos que quedaron por fuera de la emergencia”, indicó Camy a El País.
La productora admitió que el gobierno se basó en un informe técnico para declarar la emergencia agropecuaria en determinadas zonas del país, pero dijo que eso no quita que haya situaciones a atender fuera de esa área. “En el norte del departamento, contra Flores, ha llovido un poco más y la situación no es tan crítica. Pero sí hay una emergencia y hay productores chicos que allí no están bien”, indicó Camy. El ministro se comprometió a la ampliación de la medida, según la productora rural. “Confiamos en su palabra, entendemos que así va a ser”, afirmó.
En tanto, en el otro extremo del país, en Artigas, también hay situaciones complicadas, aunque la declaración de emergencia no llegará al norte por ahora. “Estamos muy preocupados”, dijo a El País el secretario de la Asociación Agropecuaria de Artigas, Ney Marín, quien está convencido de la incidencia del cambio climático en la sequía. Él se dedica a ganado de cría y a la vinicultura cerca de la localidad de Diego Lamas. “Yo la voy llevando porque tenía reservas, Pero hay compañeros con problemas graves”, indicó. Ayer de tarde en Diego Lamas había 37 grados y no llovía.