La situación de Raúl Lozano al asumir como ministro de Vivienda, tras la crisis desatada por la entrega de unidades que dio de forma discrecional su antecesora, Irene Moreira, era compleja. Y es que debía lograr desmarcarse de actos que habían llevado a que el presidente Luis Lacalle Pou le pidiera la renuncia a una de las principales figuras de Cabildo Abierto y también evitar roces en la interna de su partido, que en la voz de su líder, Guido Manini Ríos, había defendido a ultranza la gestión de su esposa.

Desde que Lozano ocupó el cargo tomó resoluciones claves: suspender todos los procesos iniciados por Moreira que aún no estuvieran adjudicados y definir la realización de una investigación administrativa que revisara lo actuado.

Sin embargo, hubo un elemento fundamental que hasta ayer no había podido concretar. En al menos dos oportunidades, según dijeron fuentes cabildantes a El País, Lozano le había solicitado al director de Vivienda, Jorge Ceretta, que renunciara. En su opinión, debía dar un paso al costado para dar por cerrada la gestión anterior, ya que Ceretta fue designado en el cargo por ser personal de particular confianza de Moreira.

De hecho, como informara El País semanas atrás, Ceretta elaboró dos protocolos a la interna del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT) que fijaron las bases sobre cómo debían tratarse las solicitudes directas que surgieran desde la secretaría de Moreira.

La defensa que hizo Ceretta en comisiones tanto en el Senado como en Diputados fueron otro elemento de discrepancia. El jerarca respaldó la actuación de Moreira, mientras que Lozano se limitó a responder preguntas sobre las medidas futuras.

Sin embargo, pese a los planteos del ministro para que diera un paso al costado -y no esperar a las conclusiones de la investigación administrativa-, Ceretta lo descartó. Hasta esta semana. El pasado lunes, como informó El Observador, Lozano volvió a pedirle al director de Vivienda que renunciara.

En los últimos días un nuevo caso informado por El País el jueves y el domingo por el programa Santo y Seña en el que Moreira había habilitado el cambio de apartamento para una militante de Cabildo Abierto, que se fracturó el tobillo, a una unidad prevista para discapacitados -pese a un informe contrario de la Jurídica del ministerio- agudizó la crisis.

Aún sabiendo que podría generar malestar con Manini Ríos y Moreira, Lozano insistió en el pedido de renuncia que finalmente se concretó ayer, tal como informó La Diaria y confirmó El País.

Manini Ríos aseguró ayer en su audición semanal que la divulgación de estos casos “es una operación de Torre Ejecutiva” y que para blancos y colorados es mejor “que gane el Frente Amplio a que crezca Cabildo Abierto”.

Sin embargo, en la interna cabildante aún resta definir si la orgánica del partido evaluará éticamente los actos de Moreira y de Ceretta. Si bien Manini Ríos fue enfático en su respaldo a la actuación de la exministra de Vivienda, existen voces de legisladores que plantean sus reparos y que pretenden que el Tribunal de Disciplina cabildante estudie el caso.

Hasta el momento, la decisión quedó postergada y se acordó esperar a que la investigación administrativa que realiza el MVOT llegue a sus conclusiones para luego resolver si se revisa éticamente a la exministra.