Danilo Astori, el hombre que marcó la marcha de la economía en los 15 años de gobiernos frenteamplistas y que se convirtió en uno de los principales líderes de la coalición de izquierda -en una tríada que compartió con los expresidentes Tabaré Vázquez y José Mujica-, murió ayer a la edad de 83 años.
Había nacido el 20 de abril de 1940. Nieto de cuatro inmigrantes italianos, hizo primaria y secundaria en el colegio Maturana, donde recibió formación religiosa, y se crió en el barrio Bella Vista. En 1958 ingresó a la Facultad de Economía y en 1963 se recibió de Contador Público y Economista.
En ese entonces tenía 23 años y enseguida empezó a trabajar con quien era el ministro de Ganadería, el nacionalista Wilson Ferreira Aldunate. Astori, sin embargo, ya adhería a ideas de izquierda, incluso menos moderadas de las que marcarían su pasaje político dentro del Frente Amplio luego de la última dictadura militar. Esteban Valenti, incluso, declaró en 2018 a la revista argentina Noticias que Ferreira Aldunate, con quien Astori trabajó durante cinco años, solía referirse a Astori como “el tupita”.
Luego integró la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) y dirigió la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa). Por esos años realizó un curso de Desarrollo y Planificación que dictaba la Cepal en Chile y participó de un seminario de planificación agropecuaria, que era organizado por la FAO y la Unión Soviética.
Era fanático del jazz, hincha de Nacional -“medio asquerosón”, al decir del blanco Sergio Botana, en clave de humor, cuando aquel se despidió hace un año del Parlamento por problemas de salud- y amaba dar clases en la Facultad de Ciencias Económicas, donde llegó a ser grado 5 y decano. Durante la dictadura, sin embargo, se vio obligado a dejar su cargo. Llegó a dormir varias noches en la facultad por temor a que los militares la intervinieran y estuvo preso 54 días, totalmente incomunicado.
Luego armó el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo-Uruguay (Ciedur), en 1978, junto a otros investigadores locales perseguidos por el régimen.
La vida anónima universitaria se mezcló mucho más con la vida pública en los años que marcaron la salida de la dictadura. Fue en 1983 cuando se empezó a emitir, en CX30, una audición conducida por él bajo el título de “Análisis Económico”. Ahí vinculaba su saber de economía, con sus opiniones políticas y la situación que vivía el país. La audición continuó con la llegada de la democracia, y en ese entonces Astori también empezó a escribir columnas de opinión, primero en el semanario Aquí y luego en Marcha.
El Frente Amplio
Astori fue, en 1971, uno de los fundadores del Frente Amplio. Siendo en 1989, rumbo a las elecciones que terminó ganando Luis Alberto Lacalle, candidato a vicepresidente en la fórmula que era liderada por el general Líber Seregni. Para ese período fue electo senador, pues encabezaba todas las listas a la cámara alta de la coalición de izquierda. Ya para la siguiente elección fundó Asamblea Uruguay.
El sector, que en ocasiones llegó a ser el más votado de la interna frenteamplista, se convirtió en el ala moderada del Frente Amplio, condenando, por ejemplo, al régimen cubano de Fidel Castro. En 2008, en entrevista con El País, dijo Astori al respecto: “Me gustaría mucho que Cuba fuera caminando hacia su apertura y democratización, que haya un sistema plural de partidos (porque el sistema de partido único no condice con la convivencia democrática). Me gustaría mucho que los cubanos vayan ganando libertades”.
En 1996, Astori tuvo uno de sus mayores encontronazos con sus compañeros del Frente Amplio, al apoyar la reforma constitucional por la cual se cambiaba el sistema electoral y se instauraba un balotaje, que implicaba que en una segunda vuelta ganaría el que consiguiera el 50% de los votos más uno. Él, y también Seregni a quien admiraba fervientemente, entendían que el cambio era beneficioso en cuanto a que el Frente Amplio conseguiría un mayor respaldo en caso de en alguna oportunidad acceder al poder (cosa que sucedió, pues gobernó los tres períodos con mayoría parlamentaria). En tanto, la mayoría de los dirigentes, entre ellos el expresidente Tabaré Vázquez, pensaban que esto permitiría en 1999 a blancos y colorados unir fuerzas para evitar que el Frente Amplio ganara la elección (cosa que también se dio).
Las diferencias entre Vázquez y Astori llegaron hasta las elecciones internas de ese 1999, cuando el primero logró 324.723 votos y el segundo 69.402. Así, el exintendente fue el candidato a presidente y eligió como su compañero de fórmula a Rodolfo Nin Novoa. Durante ese período, Astori fue senador y luego, durante la campaña de 2004, Vázquez -que fue el candidato único de la coalición de izquierda- anunció tempranamente que de ganar el Frente Amplio, él sería su ministro de Economía. Con esto buscó dar certezas en cuanto a la moderación de un futuro gobierno izquierdista, ante quienes alertaban sobre regímenes como el cubano y tras lacrisis económica de 2002.
El papel de Astori durante la crisis, también fue muy diferente al de muchos de sus compañeros, y también lo fue su visión de cómo se manejó la catástrofe. El 30 de julio de 2002 se decretó el feriado bancario para evitar un retiro masivo de los depósitos, y el 4 de agosto se votó la ley de fortalecimiento del sistema bancario, la que fue sancionada solo con los votos de la coalición gobernante. Esto permitía conseguir un préstamo puente por 1.500 millones de dólares por parte de Estados Unidos. Astori hubiera votado la ley, como lo dijo públicamente en varias oportunidades, pero no lo hizo por disciplina partidaria.
En 2011, en la presentación del libro Al borde del abismo, de Carlos Steneri, Astori dijo ante Jorge Batlle, Julio María Sanguinetti y el exministro Alejandro Atchugarry que durante la crisis, “entre opciones de hierro, (Uruguay) no eligió la más fácil”, sino “la más coherente con su historia y su potencialidad de futuro”. Y agregó: “Si hoy el Uruguay está teniendo buenos resultados económicos en gran parte se debe al camino que se eligió cuando ocurrieron estas cosas”.
En el gobierno
Con la llegada del Frente Amplio al poder la figura de Astori creció apoyándose en el liderazgo de la economía. Tras la salida de la crisis económica y con la interrogante sobre qué camino elegiría la izquierda en su primera vez dirigiendo el país, el líder de Asamblea Uruguay se convirtió en una “garantía de estabilidad”, como lo definió el Frente Amplio en 2022, luego de que Astori renunciara a su banca de senador.
El exministro condujo el rumbo económico llevando las riendas de una reforma tributaria y manejando el reparto de recursos a pesar de los reclamos internos de otros sectores frentistas. Una vez finalizado el primer gobierno de Vázquez, el fundador de Asamblea Uruguay impulsó su candidatura a la Presidencia donde perdería ante José Mujica, a quien acompañaría en la fórmula presidencial con la que el Frente Amplio conquistaría su segundo período de gobierno.
Los cinco años entre 2010 y 2015 no fueron sencillos y desde el Parlamento también se encargó de dirigir el rumbo económico. Esto le costó algunas críticas, otra vez en la interna de su partido, al punto tal que se planteaba la existencia de dos equipos económicos en disputa entre los que seguían los lineamientos de Mujica y quienes continuaban las directrices de Astori, con un mayor celo del equilibrio fiscal. Tuvo reparos con las inversiones que se implementaban desde las empresas públicas, en particular Ancap (dirigida en aquel momento por Raúl Sendic) y Antel (liderada por Carolina Cosse). Años después, de hecho, criticaría duramente la gestión de esos años asegurando que en el gobierno de Mujica “se gastó mucho y se gastó mal”, apuntando a Sendic como uno de los factores de que el Frente Amplio perdiera el gobierno y cuestionando que cuando Cosse impulsó la construcción del Antel Arena la obra “no era de las prioridades que requería el país”.
En 2014 Vázquez volvió a ganar las elecciones y depositó la confianza nuevamente en Astori para hacerse cargo de la economía, cosa que hizo durante todo el período. En 2017 dijo que manejaba la posibilidad de ser candidato a presidente en 2019, cosa que luego descartó públicamente. En 2018 la revista internacional Global Markets lo distinguió como el ministro de Finanzas del año en América Latina.
En 2019, el último año completo de gobierno del Frente Amplio, antes de la asunción de Luis Lacalle Pou en marzo de 2020, un informe del Ministerio de Economía comandado por Astori señaló: “Mientras que se proyectó una disminución gradual del déficit fiscal de 3,5% del PIB de 2014 hasta alcanzar el 2,5% en 2019, en realidad el resultado fiscal se fue deteriorando a lo largo del quinquenio, culminando al cierre de 2019 en 4,7%”.
De cara a 2024, Astori, tras unas idas y vueltas a la interna de la pata socialdemócrata del Frente Amplio, aceptó apoyar la precandidatura a la presidencia de Mario Bergara, líder del sector Fuerza Renovadora. En junio, en entrevista con El País, el exministro dijo que “sin duda” un futuro gobierno de izquierda debería tener un ministro que provenga de su pata seregnista.
El publicista Francisco Vernazza -en una entrevista con El País en 2021- remarcó la importancia de Astori para los gobiernos del Frente Amplio, al señalar: “Si yo fuera Lacalle Pou, todos los días le pegaría una llamadita de agradecimiento a Danilo Astori, porque fue quien evitó que a él le pasara lo que le pasó a (Mauricio) Macri, que recibió un gobierno con la economía reventada. Es verdad, había un déficit y había algunos millones de deuda, pero eso es un centésimo de lo que pasó en Argentina y no solo en proporción al tamaño. El componente populista de la izquierda uruguaya no lo llevó a la irresponsabilidad de gastarse todo; fueron capaces de pensar que existe un país que tiene que salir adelante”.