Moderado optimismo”, dicen que es lo que sienten fuentes diplomáticas uruguayas cuando se los consulta sobre lo que pasará a partir de hoy al mediodía, cuando el presidente Alberto Fernández le entregue el bastón de mando a Javier Milei.

El libertario propone un cambio de rumbo, que para Uruguay se entiende puede ser beneficioso en caso de que se acepte ir hacia una flexibilización del Mercosur -algo reclamado por el presidente Luis Lacalle Pou, pero también por otros gobiernos uruguayos a lo largo de los últimos años.

En Presidencia, en tanto, no hablan directamente de optimismo, sino de “expectativa”. En Torre Ejecutiva, según supo El País, creen que será clave el discurso que Milei dará hoy tras tomar las riendas del poder.

El libertario llegará al Congreso, según lo previsto, a las 12:20 horas. Kirchneristas, otros peronistas y algunos radicales han expresado en las últimas horas su desagrado, de que luego de asumir no dirija su discurso hacia el Congreso, lo que es tradición, sino que lo haga, sobre las 13:30 horas en un escenario y ante quienes se congreguen en la plaza frente al edificio. En la tarde de ayer ya había colocadas tres pantallas gigantes que emitirán el discurso, que según supo El País durará unos 20 minutos. Se espera que allí haga alguna referencia al rumbo que tomará Argentina a nivel internacional.

Tras esto, Milei saludará a las delegaciones internacionales y a las 17:30 jurarán sus ministros. A las 19 horas asistirá a un misa en la Catedral Metropolitana, que esta vez tendrá la particularidad de que será interreligiosa, y a las 20:30, como es de costumbre, a una función especial en el mítico Teatro Colón.

Lacalle Pou arribó poco antes de las 18 horas a la base militar del Aeroparque de Buenos Aires Jorge Newbery. Llegó en un avión de la Fuerza Aérea y declinó hacer comentarios a la prensa. Fue recibido por el embajador de Uruguay en Argentina, Carlos Enciso, y por el director nacional de Ceremonia del gobierno saliente, Alberto Trueba. Junto al mandatario llegó el canciller Omar Paganini. Y enseguida fueron traslados a la residencia del embajador, una enorme casa ubicada sobre la Av. Presidente Figueroa Alcorta. Lacalle Pou no tenía en la agenda oficial marcada ninguna actividad hasta el momento de la asunción.

En la fila de los presidentes que saludarán a Milei, Lacalle Pou ocupará el cuarto lugar. Primero lo hará el rey Felipe VI de España, después el presidente paraguayo Santiago Peña y su homólogo de Armenia, Vahagn Khachaturyan; luego el uruguayo. También habían llegado a Buenos Aires ayer los presidentes de Chile y Ecuador, Gabriel Boric y Daniel Noboa, respectivamente. Y la secretaria de Energía de los Estados Unidos, Jennifer Granholm, y el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Mauro Vieira. Además, el jueves llegó a la capital porteña el expresidente Jair Bolsonaro. Para la madrugada, sobre las 2 horas, se esperaba el arribo en Ezeiza del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.

Milei mantuvo reuniones bilaterales con muchos de los que llegaron a Buenos Aires (el rey Felipe, Granholm, Khachaturyan, Peña y Bolsonaro, entre otros), pero hasta la jornada de ayer no estaba previsto un encuentro con Lacalle Pou. Esperarían al asado, para el que ya existe un compromiso y que se realizará en la estancia de Anchorena. No hay fecha prevista aún. El mandatario uruguayo sí podría tener en horas de la mañana algún otro encuentro bilateral, por ejemplo con el presidente de Ecuador.

Un día después de la elección, Milei se refirió a Lacalle Pou y dijo que “fue muy divertido” haber recibido su llamada a las 4:30 de la mañana y desde la Muralla China, donde el uruguayo estaba realizando una visita oficial. “Me invitó a Uruguay para contarme en qué están las relaciones y cuáles son los temas que tenemos que juntarnos para resolver. Dado que tenemos mucha afinidad, lo vamos a resolver asado mediante”, dijo en ese entonces el argentino. Lacalle Pou también se refirió en la red social X sobre la necesidad de “mejorar las relaciones bilaterales”, luego de los continuos cruces que se generaron con la administración Fernández.

Durante la transición, la diplomacia uruguaya ya se encargó de construir algunos puentes con el gobierno que asume hoy. Existe cierta cercanía con Guillermo Francos, quien fuera por casi cuatro años el director ejecutivo por Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que será el ministro de Interior de Milei. Esta cartera es muy distinta a la que lleva el mismo nombre en Uruguay, pues el trabajo de Francos implica, sobre todo, encargarse de la coordinación del gobierno central con los de las provincias, por lo cual tendrá un rol relevante.

Otra de las funcionarias claves con la que la embajada ya está trabajando para que haya un buen vínculo, es Diana Mondino, quien hoy jurará como canciller. Semanas atrás, en plena campaña, ella reconoció a El País que “el tema del Mercosur es una piedra en el zapato para Uruguay”. E incluso agregó: “Uruguay había empezado a desprenderse de una situación en la que no tenía demasiados beneficios y sí muchas restricciones. De esas restricciones, trata de liberarse intentando hacer un tratado con China y otros países, siguiendo otros caminos. Ahora, con un posible reactivar del Mercosur, no estoy segura de si realmente va a ser una oportunidad para todos los miembros”.

En la última reunión del Mercosur, Fernández reconoció que había llamado a China para trancar el Tratado de Libre Comercio (TLC) que impulsa el gobierno de Lacalle Pou. Para Mondino la permanencia en el bloque tiene que ver justamente con que pueda flexibilizarse, sin limitar los acuerdos que los socios puedan conseguir por su parte. “La única posibilidad de que el Mercosur se mantenga en el tiempo es que se abra mucho. Hasta ahora el Mercosur ha tenido desviación de comercio y no creación de comercio”, dijo en esa oportunidad la futura ministra.

Lacalle Pou llegará en horas de la mañana hoy al Congreso, donde se espera una multitud de personas, puesto que Milei llamó a los militantes de la Libertad Avanza, y de otros partidos que lo apoyaron, a presentarse allí con banderas argentinas. El libertario promete un nuevo rumbo y Uruguay espera que el cambio sea beneficioso para los que estamos del otro lado del río.

NATACHA PISARENKO/AFP

Durante la jornada de ayer decenas de trabajadores rodearon la Plaza del Congreso, frente al edificio donde hoy Javier Milei tomará el mando de manos de Alberto Fernández. Después dará un discurso mirando a la plaza, lo cual ha generado molestias por parte de varios peronistas y radicales, que se han quejado de que el nuevo presidente no hable dentro del Congreso, como mandata la tradición, y que en cambio lo haga de espaldas a este y frente a quienes lo apoyaron.

Hasta altas horas de la tarde estaban armando el vallado y enormes estructuras para las cámaras de los canales de televisión, también grandes pantallas gigantes. Milei hablará, según supo El País, durante unos 20 minutos. Y habrá también un importante dispositivo de seguridad que implica varias calles cortadas.

Un operativo similar se instaló en los alrededores de la Casa Rosada, donde Milei saludará a las delegaciones internacionales y luego les tomará juramento a sus ministros.

En la calle el clima ayer era de total calma, pero una fuente del gobierno argentino saliente dijo a El País que se espera que una gran cantidad de personas acompañe en las calles la toma de mando de su líder. “Va a ser un caos”, añadió. No están previstas marchas ni manifestaciones de grupos opositores.