Negro, el fiscal "agradecido" con el interior y amigo de Díaz que Orsi eligió para gestionar la seguridad

Presentará este lunes la renuncia ante la fiscal de Corte, con quien intercambió ayer domingo; el equipo del presidente electo valoró sus "32 años de experiencia en la lucha contra el crimen".

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Carlos Negro
otro rol. Tras renunciar como fiscal, Carlos Negro será ministro del Interior a partir del 1º de marzo.
Foto: Francisco Flores/Archivo El País.

Carlos Negro fue este domingo hasta a la sede de la Fiscalía de Cerrito y Misiones, y allí se encontró a la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, que por su parte fue unas horas a trabajar en una investigación de narcotráfico que lleva adelante su equipo de trabajo -doble tarea que, en los hechos, la jerarca no ha abandonado pese a que también dirige el Ministerio Público.

Tuvieron ambos -viejos conocidos en el mundo de la Fiscalía- un breve intercambio. El todavía fiscal de Homicidios de 1º Turno, según supo El País, le dijo que estaba redactando la renuncia que le presentará este lunes. No podría hacer otra cosa: este mismo mediodía ya será presentado como ministro del Interior del futuro gobierno de Yamandú Orsi, junto al resto del gabinete frenteamplista.

Se mostró sacudido por la noticia -por el rumbo que tomará ahora su vida-, cuentan quienes lo conocen, pero también contento con el desafío, que lo tendrá trabajando en forma cercana y coordinada con un hombre que conoce de cerca desde hace más de 30 años, y que ahora coordinará la política integral de seguridad desde la Prosecretaría de Presidencia: el ex Fiscal de Corte, Jorge Díaz.

Negro, según la evaluación que hacen por estas horas en el equipo de transición de Orsi, es un “hombre inteligente, con 32 años de experiencia en la lucha contra el crimen y un trabajador incansable”, lo que, entre otras razones, llevaron al exintendente de Canelones a inclinarse por él para conducir uno de los ministerios más complejos, antes que otras figuras que manejaba la izquierda para ese lugar, como por ejemplo el exdirector de Seguridad y Convivencia Ciudadana, Gustavo Leal.

Origen y recorrido

Como el propio Negro contó el 7 de octubre de 2020, en el ciclo Conociendo a los fiscales que por entonces publicaba en formato de entrevistas la dirección de comunicación del Ministerio Público, sus inicios en la institución fueron tempranos. Pasó poco tiempo desde que se recibió de abogado en 1991 hasta que decidió concursar para ser fiscal.

“Vengo de una familia donde no existen ni existían abogados (o) gente de formación jurídica”, relató. Esto era además un problema para ejercer como abogado en la actividad privada. Porque al no tener “amigos” o contactos “vinculados” a la profesión, la clientela en apuros con la ley no le llegaba.

Y la situación de su familia no era fácil. “En mi casa quedaba solamente mi madre con la peluquería y mi hermano chico. Tenía que conseguir un ingreso”, contó al semanario Voces el 23 de marzo de este año, cuando ya llevaba algunos años siendo uno de los fiscales de Homicidios más mediáticos y activos en el debate público sobre la delincuencia y sus causas, y el resultado de las distintas políticas de criminalidad aplicadas por los sucesivos gobiernos (ver aparte).

Y allí, una vez dentro de la Fiscalía, en un tiempo en que el Ministerio Público tenía un rol muy distinto al que posee hoy con el nuevo Código del Proceso Penal, se le despertó su vocación. “Siempre me gustó el Derecho Penal. Lo que no podría ser es juez -dijo también en esa entrevista-. Porque necesita de una ponderación y de posicionarse de una forma tan ecuánime que yo no la siento. Yo soy objetivo, no soy justo”.

Desde 1997, de acuerdo a los datos biográficos que son públicos, comenzó entonces su carrera como fiscal, que, como les ocurre siempre a los magistrados, implicó una larga y ardua recorrida por oficinas en el interior del país -lo que significó investigar el delito en Las Piedras, Paysandú, Minas y sobre todo Young- , experiencia que luego recordaría como parte sustancial en su formación como persona.

“Soy un agradecido a la vida (por) haberme dado la posibilidad de vivir en el interior”, dijo sobre esto en el diálogo institucional de octubre de 2020. “La gente del interior me ha dado una experiencia de vida que es instransferible y que no se adquiere de ninguna otra forma, que es viviendo en esos lugares”.

Fue fiscal penal, de Flagrancia y de Homicidios, y estuvo en Crimen Organizado. Le gustan las armas, pero está en contra de portarlas. Se ha desarrollado en la academia. Ha dado clases, cursos, seminarios y participado en congresos -de acuerdo a su perfil de Linkedin-. Y ahora, con el propósito de reducir la cantidad de asesinatos que hasta ayer investigaba, deberá liderar la Policía, en un cuarto gobierno del Frente Amplio.

La visión de Negro sobre las “alarmantes” cifras de los homicidios y por qué no porta armas aunque le “atraen”

Si uno hace una rápida búsqueda en internet, encontrará que el archivo de Carlos Negro argumentando sobre la delincuencia y la complejidad del fenónemeno de los homicidios es cuantioso y más que suficiente como para formarse una idea de qué piensa el fiscal de un problema que ahora enfrentará desde otro lado, y con la presión de la política.

Sabe, por ejemplo, que el “denominador común de las bandas criminales uruguayas es que se nutren de mano de obra de sectores vulnerables” y que de esa manera se crean “pequeños ejércitos armados que operan en los barrios”, como razonó entrevista con el programa En la mira de VTV publicada el 3 de agosto de 2020.

O que la relación entre el narcotráfico y los asesinatos no es tan lineal como se suele argumentar. “¿Hay una correspondencia directa entre el tráfico de drogas y los homicidios? No. ¿Hay incidencia? Sí, claro, pero no hay corresponde directa entre una cosa y otra”, dijo en diálogo con Tv Ciudad el 29 de febrero de este año.

Sobre las cifras de homicidio ha dicho que las considera “alarmantes”, pero que no es un problema que se pueda adjudicar a ningún gobierno en particular. “Eran inaceptables antes y también lo son ahora. No hemos dado con la fórmula para parar el crecimiento. Desde 2017 tenemos más de un homicidio por día”, dijo el 6 de mayo en Radio Sarandí. El 4 de junio, en Radio Sarandí, afirmó sobre la evolución de los asesinatos: “Venimos en guarismos cercanos a 400 homicidios por año, lo cual es realmente alarmante. No es de este año, ni el año pasado ni el anterior, sino que viene ya en una meseta, por llamarlo así, desde 2017 en adelante”.

Pero también ha hablado de otros temas. Se ha mostrado a favor de que haya juicios por jurado, lo que a su juicio “prestigiaría” al sistema de justicia, y a favor y en contra de algunas de las modificaciones introducidas por la LUC en materia de seguridad, como con la eliminación de ls suspensión condicional de la pena (lo lamentó) o la introducción del juicio simplificado (lo celebró). Y se ha manifestado sobre todas líneas del comportamiento social, que según él están imbricadas con la generación de la violencia, como por ejemplo el porte de arma. Consultado sobre esto en el programa En la mira de VTV, dijo que está en contra de que la gente ande armada y explicó su caso personal. “Yo no tengo arma pero podría tenerla y portarla por la calle. ¿Por qué no lo hago? Confieso que me atraen las armas, pero no la tendría por una cuestión de riesgos. (...) Creo que la proliferación de armas es uno de los principales problemas de seguridad pública”.

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