A medida que pasan las horas entre los dirigentes del Partido Nacional crece la tensión por lo que consideran como insuficientes consecuencias políticas luego del escándalo de los audios que involucraron al desde ayer excanciller Francisco Bustillo y la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Ache.

La renuncia de Bustillo se conoció ayer a la tarde, pero eso fue todo. Al menos hasta ahora. El asesor presidencial Roberto Lafluf —que según declaró Ache en Fiscalía ordenó eliminar un chat clave en el caso Sebastián Marset y destruyó un documento que formaba parte de una investigación administrativa en Cancillería— y el subsecretario del Interior, Guillermo Maciel —que procedió a borrar el chat en cuestión— siguen en sus cargos, para “sorpresa” de los nacionalistas.

Y esa “sorpresa”, acompañada de “indignación”, fue transmitida en las últimas horas a los integrantes del gobierno, según indicaron a El País fuentes del Poder Ejecutivo.

El enojo es particular con Lafluf, quien al igual que Maciel no ha dado explicaciones públicas sobre lo que se reveló ayer a la tarde, ya que en medio de la crisis viajó hasta Río de Janeiro (Brasil) para presenciar la final de la Copa Libertadores que se jugará este sábado.

“Estamos todos como locos aguantando el temporal y él se va a ver un partido de fútbol”, indicó a El País un alto dirigente del Partido Nacional e integrante del gobierno.

En Uruguay, ya que Luis Lacalle Pou se encuentra en Estados Unidos con una intensa agenda de reuniones, quienes están gestionando esta crisis en el gobierno y en permanente contacto con el jefe de Estado, son la presidenta en funciones, Beatriz Argimón, y el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.

El chat que propició esta fuerte crisis política del gobierno de Lacalle Pou ocurrió el 3 de noviembre de 2021. Allí, el subsecretario Maciel le pidió a Ache averiguar sobre la entonces detención del narcotraficante Sebastián Marset en Dubái y advertirle de que se trataba de “un narco muy peligroso y pesado” cuya liberación “sería terrible”. Esto tira por la borda la versión que dieron ambos en la interpelación que hizo el Frente Amplio a fines de agosto del año pasado —y la que también brindaron Bustillo y el ministro Luis Alberto Heber— acerca de que cuando Marset tramitaba su pasaporte no sabían quién realmente era este delincuente.

El chat, de hecho, se conoció luego de la interpelación. Y el 25 de noviembre de 2022, luego de que ese intercambio se hiciera público, Lafluf citó a Maciel y Ache en la Torre Ejecutiva, según dijo él a pedido del “presidente”. Y en esa reunión, declaró Ache en Fiscalía, fue cuando Lafluf les pidió a ambos borrar el chat. Los dos, contó, accedieron al pedido, pero ella ya tenía respaldado el material. La segunda parte de la solicitud era que se labrara un acta con escribano dejando constancia de que no había hablado con Maciel sobre Marset. Pero Ache se negó y dijo que no cambiaría “el protocolo” entregado en la investigación de Cancillería. En un diálogo telefónico al otro día, Lafluf le dijo: “Presentá todo como está. Lo único que te voy a pedir es que vuelvas a entregar el protocolo’”. Esto despertó sospechas a Ache, que le preguntó por qué algo que ya había hecho tenía que hacerlo de nuevo: “Él me dice: ‘Porque no está más; porque lo destruí’”. Ante Machado, Ache aseguró: “Cómo llegó el protocolo desde el despacho del ministro a las manos de él, desconozco”.