Brasil y Argentina pactan rebaja del arancel externo, pero necesitan a Uruguay y Paraguay

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Palacio de Itamaraty en Brasil. Foto: Nicolás Pereyra (Archivo)

MOVIMIENTOS EN EL MERCOSUR

La decisión debe contar con el apoyo de Uruguay y Paraguay para que entre en vigencia. Al momento, el gobierno de Luis Lacalle Pou no se ha pronunciado.

Se abre un nuevo capítulo de negociación en el Mercosur, y el ambiente previo a la Cumbre de Jefes de Estado a celebrarse en diciembre en Brasilia ya se visualiza con diferencias entre los países miembros del bloque.

Esta vez no será exclusivamente por la mentada “flexibilización” del Mercosur exigida por Uruguay, sino también por el hecho de que los dos socios grandes del bloque, Brasil y Argentina, acordaron llevar el planteo en conjunto de bajar el Arancel Externo Común un 10% para un paquete de bienes y servicios preacordados entre ambos países.

“Llegamos a un acuerdo en el arancel externo común del Mercosur, que ahora será llevado a los socios, Paraguay y Uruguay, que permitirá la disminución de 10% de un universo muy amplio de productos”, anunció el canciller brasileño, Carlos França, tras recibir a su par argentino, Santiago Cafiero, en Brasilia.

El canciller França explicó en una rueda de prensa que los dos países decidieron trasladar la idea a los otros dos miembros del Mercosur para la “pronta aprobación” de una decisión del Consejo del Mercado Común, que es el órgano encargado de acordar este tipo de decisiones.

La normativa del Mercosur establece que las decisiones deben ser tomadas por consenso, es decir, en acuerdo de los cuatro países miembros plenos. La aspiración de bajar el Arancel Externo Común es una de las prioridades que ha solicitado el gobierno brasileño, comandado por Jair Bolsonaro, pero que incluso estuvo en la mesa de discusión planteada por los anteriores gobiernos de Brasil de otros signos políticos.

Uruguay no se ha pronunciado aún sobre esta propuesta, pero las autoridades del Poder Ejecutivo sí estaban al tanto del acuerdo en el que estaban trabajando Brasil y Argentina, y que ayer se hizo público.

La delegación uruguaya sí estaba dispuesta a acompañar y votar afirmativamente por la baja del Arancel Externo Común en las anteriores Cumbres del Mercosur, pero con la condición de que esa decisión fuera parte de “un paquete global” que permitiera modernizar el Mercosur.

Para Uruguay, el punto central en ese “paquete” era la flexibilización de la regla que impide acordar de manera bilateral acuerdos comerciales con otros Estados o bloques comerciales. Es la llamada “cláusula 32” de la normativa del Mercosur.

El acuerdo arancelario -que por el momento es entre Argentina y Brasil- “permitirá la disminución de un 10% de un universo muy amplio de productos, con la libertad para que los países puedan incluso ir más allá de ese universo tarifario”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil. Sin embargo, explicó que la reducción no se aplicará a “sectores sensibles de la industria”, como la automotriz o la textil.

Ayer, en la rueda de prensa en Itamaraty, los cancilleres de los países grandes del bloque destacaron que se trata de un paso “importante” hacia el aumento de la competitividad de los países miembros y hacia el “fortalecimiento” de los procesos productivos regionales, con el fin de que “impulsen una inserción beneficiosa de la producción del Mercosur en las cadenas globales de valor”.

El canciller argentino, por su parte, recordó que el Mercosur aún afronta “muchos desafíos” para la integración y el crecimiento de la región. “Ahora vendrá el desafío en el que hemos coincidido, de trabajar junto a Paraguay y Uruguay para avanzar en ese consenso al que hemos llegado entre Brasil y Argentina”, enfatizó Cafiero.

Brasil es quien hoy tiene la presidencia pro tempore del Mercosur. En diciembre está prevista la nueva Cumbre de Jefes de Estado, en Brasilia, la que se estudia sea de carácter presencial, luego de la pandemia. El encuentro tiene como antesala -además de la intención de bajar el Arancel Externo Común- el anuncio del gobierno de Lacalle de haber iniciado formalmente las negociaciones para sellar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Uruguay y China, el cual generó el malestar argentino, el apoyo de Brasil, y el silencio de Paraguay.

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