Redacción El País
Este viernes comenzará la “guerra” por los muros y las columnas de Montevideo. A partir de ese día quedará autorizada a nivel departamental la publicidad electoral callejera, a través de pancartas y colgantes. Comenzará a proliferar también la realizada a través de vías no autorizadas.

Un proyecto de decreto del edil nacionalista Fabián Bravetti plantea una “campaña limpia” y la eliminación, bajo amenaza de sanciones, de este tipo de publicidad.

El texto, al que accedió El País, será analizado a partir de la semana que viene en la Junta Departamental. Plantea prohibir la publicidad mediante carteles colgantes en toda la ciudad. También la realización de pintadas y afiches sobre muros, fachadas y cerramientos de edificios públicos, o su colocación en propiedad privada sin consentimiento del propietario, que deberá ser tramitado ante la Intendencia de Montevideo, que quedará autorizara a retirar cualquier tipo de elemento que viole lo previsto en la normativa.

Las sanciones previstas por incumplimiento van desde 1 unidad reajustable (UR) por cartel o afiche a 4 UR por pintada indebida, y puede llegar a las 20 UR en el caso de árboles, contenedores, obras de arte, cementerios y aceras. Serán aplicables, en primer lugar, a las personas físicas o jurídicas responsables de la propaganda, al sector identificable en ella o, en última instancia, al partido político correspondiente.

Bravetti dijo querer evitar así que Montevideo quede “inundada” bajo “toneladas” de plástico y un sin fin de pintadas sin autorización, que representa una “actitud vandálica” y “atenta contra la sana convivencia democrática”.

La actual normativa departamental autoriza la propaganda callejera a partir de los 120 días anteriores a una elección a través de cartelería colgante. Desde 2019, además, está prohibido colocarlas en las avenidas 18 de Julio y del Libertador, en todas las plazas céntricas, en la calle Sarandí y en la Explanada municipal, entre otros puntos.

Bravetti apunta al respecto que la reglamentación vigente actualmente resulta muy vaga e insuficiente, dado que nada dice sobre las pintadas o afiches colocados sin consentimiento en propiedad privada. “Las nuevas tecnologías y herramientas de comunicación nos dan la oportunidad de dejar atrás estas prácticas invasivas y contaminantes”, concluyó el edil.