Por Joaquín Silva
Dentro del gobierno hay quienes temen estar ante una película que ya vieron. Una película con un final que en su momento observaron a la distancia pero que ahora, si es que se trata de la misma secuencia, estarían participando como protagonistas.
El déjù vu que por estas horas preocupa en algunos integrantes de Torre Ejecutiva y del oficialismo -expectantes a recibir noticias de Cabildo Abierto sobre la posición formal que asumirá este partido respecto a la reforma jubilatoria- remite al conjunto de decisiones políticas que Guido Manini Ríos tomó años atrás, en otro contexto, y que lo llevó a un destino de ruptura.
Era el 12 de marzo de 2019, último año del gobierno del presidente Tabaré Vázquez, y el entonces comandante en jefe del Ejército -hoy senador y líder de los cabildantes- fue cesado por el mandatario frenteamplista, quien consideró improcedente que recibiera del general una serie de críticas contra las sentencias de varios jueces que condenaron a represores de la dictadura.
Una reflexión extendida entre analistas y dirigentes políticos de ese momento indicaba que Manini forzó esa salida para encabezar el partido que se fundaría pocas semanas después, y es esa “lógica” lo que en el oficialismo temen que se repita: que Manini esté forzando una ruptura con la coalición con sus exigencias para aportar sus votos y transformar en ley el texto de la reforma previsional.
Como ha sostenido varias veces en las últimas horas, Manini hoy no acepta las “devoluciones” que le hizo el presidente Luis Lacalle Pou el jueves pasado a los siete puntos que su partido entregó -con su firma- al gobierno como condición para aprobar la iniciativa. Son puntos que en lo medular pueden resumirse a dos conceptos: que las AFAPs no puedan invertir parte de sus fondos en el exterior -el Ejecutivo planteó una nueva redacción que limita esa posibilidad pero que igual no es de recibo para el general retirado- y que la cantidad de mejores años de salario para calcular el promedio de las futuras jubilaciones sea de 20 y no de 25, como plantea el articulado.
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo señalaron a El País que puede haber un punto intermedio en lo que respecta a esta última discrepancia, y acordar en 23 años para ese cálculo. E incluso entienden que ha sido el propio Manini quien planteó esa posibilidad, aunque el senador aseguró ayer -ante la consulta al respecto- que era la “primera vez” que escuchaba la propuesta.
“Pero este no es un tema de estar regateando un año más, un año menos. Es un tema de mirar lo que viene después, (y) sobre todo ver cómo afectan esos cinco años que uno está bajando”, dijo el senador en diálogo con el programa Doble Click de radio Del Sol.
Algo similar aseguró en diálogo con El País el presidente de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, quien cuestionó que el gobierno quiera ingresar en una dinámica que encuentra asimilable a un “regateo turco”.
“No me parece muy serio plantear 23, ¿qué querés que te diga?”, lamentó Domenech. “Planteamos 20 años luego de proponer 15 y ahora dicen 23... Estamos en un regateo medio absurdo. Parece como si estuviéramos en un mercado de Estambul”, criticó el senador, que concluyó: “Que digan 20, así levantamos la mano y se quedan tranquilos”.
Como indicó El País este sábado, la fórmula que oficialmente entregó el gobierno a los cabildantes sobre esto propone “mantener” los 25 mejores años para el cálculo de la tasa de reemplazo en los casos en que por el régimen vigente hoy se toman los 20 mejores años -que serían los cotizantes del Banco de Previsión Social, y las cajas Bancaria y Notarial-. Y por otro lado se plantea contemplar la realidad de los policías y militares, quienes hoy no cuentan con está fórmula de cálculo, y establecer para esta población “inicialmente los 20 mejores años y agregar un año por año a partir de 2033, hasta llegar a los 25”.
En el programa radial, Manini subrayó que su posición busca evitar los “puntos débiles” de la reforma a la hora de defenderla ante los ataques de la oposición cuando comience la campaña electoral y que su “espíritu” no es “trancar” el proyecto sino simplemente mejorarlo.
Frente Amplio habla de “política de chantaje” de Cabildo Abierto
El senador del Frente Amplio Mario Bergara declaró en las últimas horas que Cabildo Abierto en realidad está negociando la aprobación de otros proyectos de ley. Se trata de una hipótesis que también ha sido asumida por varios legisladores de la coalición de gobierno, molestos con los liderados por Manini.
“La impresión que me da es que Cabildo amenaza con no votar la reforma pero que pide a cambio otras cosas”, dijo Bergara. Así, para el frenteamplista, la postura de Cabildo “tiene que ver con peajes, con chantajes” para aprobar iniciativas, como la que propone prisión domiciliaria a los mayores de 65 años.
Manini dijo que Sanguinetti está buscando “presionar” a su partido
Son momentos en que el escenario político puede cambiar de un momento a otro. De hecho, hoy martes puede ser un día en que Guido Manini Ríos comunique al presidente su posición formal luego de lograr que la comisión especial que estudia el proyecto en Diputados votara una prórroga el viernes pasado, ya que Cabildo Abierto no iba a dar sus votos para aprobar el proyecto.
Pero al mismo tiempo son horas de tensión y de acusaciones cruzadas. El secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, dijo por ejemplo este domingo que se le había agotado “la paciencia” con Cabildo, y ayer Manini contestó que el expresidente lo estaba intentando “presionar” para dejarlo como “incumplidor de la palabra”. “Tengo mucho respeto por el doctor Sanguinetti, pero creo que no corresponde hablar de que la paciencia se acaba”, indicó el cabildante.