Los resultados de las elecciones cayeron como un balde de agua fría dentro de Cabildo Abierto. El “termómetro” en la calle les decía otra cosa pero, a decir verdad, las encuestas de las últimas semanas ya preveían la magra votación. Después de las primeras proyecciones de las consultoras -las que vio sin hacer mucho comentario rodeado de la dirigencia en el búnker- Guido Manini Ríos se apartó con su equipo para analizar el nuevo escenario. Minutos más tarde, regresó, tomó el micrófono y dio un duro discurso consigo mismo en el que se catalogó como el “principal responsable”.

A ese momento de la noche, sobre las 21:00 horas, las encuestadoras le daban entre un 2% y un 2,7% de sufragios marcando una gran caída desde el 11% que consiguió en 2019, año en el que irrumpió en el escenario político. Por lo tanto (aunque al cierre de esta edición resta conocer los resultados finales de la Corte Electoral), Manini Ríos habría perdido su banca y las otras dos que consiguió en el Senado en la elección anterior.

A la noche, mientras el líder cabildante se hacía responsable de la escasa votación, los dirigentes lo escuchaban en un profundo silencio. Ante los cabildantes y los medios, aseguró que cometió “errores políticos y personales” que llevaron a la caída de la votación.

Uno de los “errores” que se adjudicó fue el “no evitar o minimizar una división interna basada en muchos cuestionamientos” a su “liderazgo”. Pero eso no es todo: se catalogó como el “responsable” de la “franqueza y la dureza con la que muchas veces” el partido presentó sus planteos, “incluso llegando a criticar acciones gubernativas” que entendían “equivocadas”.

De esa manera, Manini Ríos habló de dos puntos clave del accionar de los últimos cinco años del partido.

Uno, los conflictos dentro de Cabildo Abierto entre distintas corrientes que tuvo su punto más alto en un congreso nacional donde el sector Espacio de los Pueblos Libres llevó su propio micrófono y voló una botella de plástico de una grada del gimnasio a la otra.

El otro, un periodo de gobierno donde hubo varios roces con Torre Ejecutiva, e incluso el pedido de renuncia del presidente Luis Lacalle Pou a la entonces ministra de Vivienda Irene Moreira (esposa, además, del candidato).

Dado el pobre resultado, en la interna de Cabildo Abierto harán una autocrítica en los próximos días con el objetivo de que con ella se vuelva a fortalecer al partido. Y sus dirigentes evitan adelantar cuáles serán sus posicionamientos hacia el futuro.

Foto: Francisco Flores.

Después del discurso de Manini Ríos, el senador Guillermo Domenech matizó, en algún punto, la responsabilidad del candidato. El legislador comentó que el excomandante en jefe del Ejército tomó ese rol por ser el “conductor del partido”, pero que, en realidad, todos los que han sido “representantes” de Cabildo Abierto tienen una “cuota de responsabilidad”, dado que no supieron “transmitirle a la población” su “visión de los problemas y las soluciones” que ideaban.

No obstante, ese no es el único motivo que encontró Domenech para la mala votación: “Hubo un aturdimiento mediático en la campaña que Cabildo Abierto no pudo contrarrestar. Hubo mucho bullicio comunicacional y poca propuesta, y nosotros la encaramos con el hacer propuestas”.

Una visión diferente tiene Eduardo Radaelli, presidente del Espacio de los Pueblos Libres que cuestionó la conducción de Manini Ríos, e incluso es parte de una alianza que no llevó al candidato como cabeza de lista al Senado.

Tras del discurso de Manini Ríos, Radaelli dijo a El País: “¿Estábamos equivocados cuando decíamos que había cosas que estaban mal en Cabildo Abierto o estábamos marcando una realidad y no se nos quiso escuchar? Ahí está la realidad, está en las urnas el día de hoy. Si se siguen sin escuchar las críticas, vamos a seguir igual. En política no hay muertos, pero para que no haya muertos reales, hay que hacer las autocríticas que correspondan”.

Foto: Ignacio Sánchez

A Lorena Quintana la postuló Guido Manini Ríos como su compañera de fórmula, designación que se confirmó por mayoría en el congreso nacional después de las elecciones internas. Desde un principio, la doctora mantuvo un perfil alto en temas centrales como las adicciones y la “defensa de la familia”. Se presentó como el complemento ideal al candidato, que se centró más en temas como la inseguridad y el problema de quienes son deudores. Ella se plantó de manera firma contra el aborto, y denunció que se enseña “ideología de género” en los centros educativos.

Después de que se conocieran los primeros resultados, Quintana aseguró a El País que esperaban más: “Uno quiere, por lo menos, tener dos senadores, más allá de que iba tercera (en la lista) y no iba a llegar, y conseguir más diputados”.

No obstante, a la noche en el búnker se sentía “en paz”. “Hice mi esfuerzo, tengo trabajo -gracias a Dios- ganado por concurso público y privado, así que el día 29 sigue mi vida con mi trabajo normal”.

Ante la consulta de dónde se ve dentro de Cabildo Abierto o en la coalición, indicó: “No sé. Me encantaría trabajar en temas de familia, ni te digo en adicciones. Vengo de la salud, pero no me veo en el Ministerio de Salud Pública, si bien trabajo ahí (en un cargo de designación directa). Que sea lo que Dios quiera”.