Camy dijo que Raffo "es la mejor candidata" y que "si es por estigmatizar, Delgado también es herrerista"

El senador fue la cara visible del acuerdo entre Alianza Nacional - el sector fundado por Jorge Larrañaga - con el Herrerismo.

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Carlos Camy
Senador Carlos Camy (PN).
Foto: Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Carlos Camy fue esta semana la cara visible del acuerdo entre Alianza Nacional —sector fundado por Jorge Larrañaga— con el Herrerismo para apoyar la precandidatura de Laura Raffo, sobre quien no escatimó elogios. Afirmó que ella es “la mejor candidata del Partido Nacional” y rechazó que se la tilde de herrerista porque, “si es por estigmatizar”, Álvaro Delgado —el otro rival en la interna blanca— “también es herrerista”.

¿Por qué apostar por Laura Raffo?

Laura es una mujer inteligente, capaz, muy formada. Una economista reconocida que ha sido exitosa en su actividad privada y que tiene los requisitos que advierto se requieren para el abordaje de los desafíos que plantea el siglo XXI, desde la educación y la tecnología hasta el desarrollo sostenible y la mayor justicia social. Creo que es intérprete del enfoque actual que el partido tiene que tener para enfrentar los desafíos del siglo XXI y de las demandas de los ciudadanos ante un futuro muy desafiante. Y además, Laura, que concitó el 40% del electorado en Montevideo como candidata a intendenta en una postulación de cinco partidos, sabe trabajar en equipo y tiene muy claro el concepto de la diversidad y la inclusión que estoy convencido es lo que requiere el Partido Nacional si quiere ser opción de gobierno.

¿Diversidad e inclusión qué sería exactamente?

Me refiero al nuevo grupo dentro del Partido Nacional que tiene la capacidad de incluir ahí sectores diversos del partido, como de hecho ha logrado el acuerdo del respaldo del Herrerismo y de Alianza Nacional. Porque no dudo que en los próximos días van a sumarse otros sectores partidarios.

¿Y por qué no Álvaro Delgado?

En el partido tenemos una muy buena relación con los referentes principales de todos los sectores. Álvaro es un candidato que tiene aptitudes que seguramente lo van a hacer competir con buen suceso en la interna. Me animo incluso a advertir que rápidamente se va a polarizar la interna entre Delgado y Raffo.

¿No ve otros competidores blancos que puedan tener su incidencia?

Ojalá que sí, porque creo que el espacio de la interna tiene que ser amplio y creo que hay compañeras y compañeros con voluntad de plantear pelea. Pero la historia y la lógica política me dicen que los procesos electorales tienden siempre a polarizarse. Porque el ciudadano quiere incidir con su voto, quiere darle utilidad a su decisión.

Las otras dos figuras que están en el mapa como posibles precandidatos son Jorge Gandini, que parece bastante decidido a intentarlo, y Beatriz Argimón. Ambos reivindican ser wilsonistas. ¿Dónde está el wilsonismo ahora que Alianza hizo, además, este acuerdo con el Herrerismo?

El wilsonismo es un legado muy importante del Partido Nacional, como también lo es el herrerismo. Son dos movimientos históricos que contribuyeron decididamente a la conformación de la personalidad y la definición del partido. Es muy difícil verse representado por el partido, definirse como blanco, y desconocer a algunos de estos dos referentes. El wilsonismo está en Alianza Nacional pero no solamente aquí. Creo que está en todo el partido, pero fundamentalmente está en determinados valores, en determinadas características, que le dan definición a este sector del partido. Algunos sectores lo interpretamos, somos eso. También pasa lo propio con el herrerismo. Y también con el larrañaguismo. Alianza Nacional, por ejemplo, es wilsonismo y larrañaguismo. Pero me cuesta mucho encasillar al Partido Nacional con estas etiquetas cuando es fundamental que el partido mire el futuro, que adopte ideas nuevas que a su vez sean pertinentes y adecuadas para enfrentar y dar respuestas a los desafíos de este siglo.

Más allá de su rechazo a las etiquetas, reconocerá que han surgido voces de Alianza o que ya se fueron del sector que marcan cierta incoherencia ideológica en la decisión de apoyar a Raffo, quien no solamente tiene un origen herrerista sino que es impulsada, justamente, por el actual Herrerismo. ¿Qué responde a eso?

En el 2009, uno de los primeros en irse del wilsonismo -que venía de haber obtenido una amplia mayoría en el 2004 con el liderazgo de Jorge Larrañaga- hacia (el sector de Luis) Lacalle Herrera fue Álvaro Delgado. Y ahí el wilsonismo perdió la mayoría. Entonces, si es por estigmatizar a alguien, Álvaro Delgado también es herrerista. ¿Cuál es la diferencia con la presunta condición herrerista de Laura Raffo? Pero hoy estamos en una situación del partido que está desafiado por los tiempos que se vienen y yo en ese marco interpreto que Laura es la mejor candidata que puede tener el Partido Nacional para que la coalición siga gobernando.

Ana Ribeiro -subsecretaria de Educación y Cultura, el cargo más alto entre los actuales dirigentes de Alianza- dijo, justamente, que haber seguido este camino no le hace “honor” a Jorge Larrañaga, y que Raffo abreva en el “herrerismo matricial”. Usted igual se distancia de esa conceptualización.

En la elección de 1971 Wilson Ferreira Aldunate, con su Movimiento Nacional Por la Patria y el propio wilsonismo más genuino, llevó como candidatos al Senado a Dardo Ortiz y a Walter Santoro, ambos del cerno herrerista. 30 años después, el doctor Lacalle Herrera, consagrado presidente de la República, en su lista al Senado del herrerismo llevó a Dardo Ortiz y a Walter Santoro... Entonces, son definiciones que respeto pero creo que están fuera de época.

Otro costo que ha tenido el proceso de esta decisión de Alianza que concluyó en su apoyo a Raffo fue el alejamiento de varios dirigentes, aunque algunos se habían ido antes, como Nicolás Olivera y Wilson Ezquerra. Pero ya se alejaron para apoyar a Delgado Luis Calabria, Martín Fernández, Washington Ribeiro, Cecilia Sena, Gustavo Delgado y más recientemente Pablo Abdala y Richard Charamelo, lo cual parece dejar al sector sin estructura metropolitana. ¿Qué análisis hace?

Si alguien conoció la deserción en el Partido Nacional, e incluso la traición, fue Jorge Larrañaga. Este sector político, en sus 25 años que vamos a cumplir el próximo 26 de julio, conoció muchas veces la deserción. Es parte de la dinámica de la política. La semana pasada ingresó a Alianza un movimiento de Maldonado, y la próxima semana van a empezar a darse más ingresos. Sin dudas que el partido se va a dinamizar a partir de que comience el rumbo hacia la elección interna. Así ha sucedido siempre. De hecho, no hay un solo caso, salvo la última elección interna, en la cual haya ganado el favorito en la interna del Partido Nacional; siempre ha ganado el que desafía.

También ha dicho que muchos de estos alejamientos no son “el corazón electoral” del sector.

Es que nadie puede desconocer el peso de Guillermo Besozzi, tres veces intendente de Soriano, el peso que tiene toda la estructura del departamento de Paysandú que hoy tenemos con la diputada del departamento y el hijo de Larrañaga, el doctor Larrañaga Vidal, como una figura de renovación; o figuras del peso como tenemos en el norte con el exdiputado de Artigas y hoy presidente de CARU, Mario Ayala. Podría nombrar de todo el país. El corazón electoral está intacto. La representación parlamentaria de Alianza Nacional está intacta.

El domingo pasado, el ministro Martín Lema, que reconoció a El País su apoyo a Delgado, comenzó a deslizar algunas ideas fuerza sobre el futuro precandidato. Señaló que el hoy jerarca de Presidencia es “continuidad e innovación”. ¿Qué representa en cambio Laura Raffo? ¿Es también continuidad?

Es continuidad con cambios. Es continuidad con la proyección de un espacio nuevo dentro del partido, convocante de diversas corrientes partidarias y de la juventud, la renovación y el futuro. Su candidatura es la candidatura desafiante. Lo es porque ella es mujer, lo es porque se conforma precisamente desde un sector amplio, inclusivo y abarcativo, y lo es porque lo hace planteando propuestas y no destruyendo. Es un aporte a la política. Yo tengo mucha fe y mucha confianza en Laura Raffo.

¿Cómo serían esos cambios? ¿Cambios respecto a algunas cosas que se han hecho en este gobierno que se deberían hacer de otra manera?

Hay que continuar un gobierno que respaldamos y que ha tenido el coraje de animarse a transformaciones que el país hace mucho tiempo requería y que se comprometió a hacer. En ese sentido es la continuidad. Y cambios para adaptarlos a un mundo que surge a velocidad vertiginosa, donde la globalización, la inteligencia artificial, los desafíos de la propia sociedad moderna y los nuevos paradigmas de la sociedad hacen que haya que tener respuestas concretas y puntuales a la demanda de hoy. Y para eso se requiere de una apertura, de una formación y una capacidad de interpretar eso que creo que es el principal fuerte que advierto en Laura Raffo.

¿No le preocupa la asimetría en cuanto al posicionamiento mediático entre ambas figuras? Porque Delgado, como secretaria de la Presidencia, aparece como el coordinador del gobierno y se proyecta como el sucesor de Lacalle Pou, mientras que Raffo deberá pelear casi que en el llano.

Siempre ha ganado el que ha desafiado. Recuerdo la campaña de 2014, cuando el presidente Lacalle Pou era diputado. Ni siquiera había llegado al Senado. Desafió con un 6% a un Jorge Larrañaga que tenía cuatro senadores, 16 diputados y ocho intendentes. Raffo hoy es una propuesta desafiante. Y si algo tiene Delgado es que no es una propuesta desafiante.

Delgado igual intentó tener el respaldo de Alianza Nacional.

Lo intentó el pasado año. Nosotros lo que hicimos fue un proceso de cuatro meses que nos llevó a tener sesiones de la agrupación nacional de gobierno en todo el país. Consultamos a más de 800 dirigentes de 264 localidades y la decisión fue contundente. Y Jorge (Larrañaga) seguramente nos hubiera acompañado como respaldó siempre a los que con él conformamos y siempre con él estuvimos en el movimiento de Alianza Nacional.

“Tengo buena relación con cabildo”

La coalición de gobierno ha presentado problemas en los últimos días, en especial por actitudes de Cabildo Abierto. ¿Se imagina un buen vínculo con este partido en el próximo período?

Tengo una muy buena relación con Cabildo Abierto. Es un socio de la coalición que tuvo una muy buena representación parlamentaria, y que más allá de marcar perfiles distintos en alguna oportunidad, ha sido un socio que ha actuado en el marco de esta coalición prácticamente en el 100% de las iniciativas que se han aprobado. Tengo la expectativa, la fe y la convicción de que la coalición nació para quedarse.

¿Cómo ve al Frente Amplio?

Lo veo demasiado a la izquierda y con una conducta de demasiada confrontación u oposición. Prácticamente ha estado en contra de todo, de absolutamente todo, e incluso en momentos de pandemia o de crisis ha estado marcando esa posición con virulencia. Es una fuerza política democrática que respeto y que representa una parte importante del país, pero estoy convencido de que en la próxima elección se puede lograr la continuidad del gobierno en una expresión de la coalición renovada.

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