Por Rosina De Armas y Joaquín Silva
Las derivaciones que día a día se conocen del caso de Alejandro Astesiano son un dolor de cabeza para el gobierno, porque sabe que es uno de los frentes más difíciles que tiene abiertos con la oposición desde que el problema estalló el 25 de setiembre, con la imputación con prisión del exjefe de la custodia del presidente Luis Lacalle Pou.
Es una polémica que no deja de embretar al oficialismo y mucho menos al Partido Nacional, pero que ahora dio un giro inesperado que sobre todo sorprendió en filas nacionalistas, que vieron con alivio cómo los focos del caso se corrieron de lugar. “Teníamos el agua en la nariz y ahora bajó al labio superior”, reconoció un dirigente blanco. Aunque también con preocupación por entender que se está ante un episodio “sin precedentes en los últimos 30 años”.
El detonante fue una reunión que tuvo Gustavo Leal -jerarca del Ministerio del Interior en el último gobierno del Frente Amplio- con los padres de Astesiano, a quienes les habría ofrecido “ayuda”, tal como informó El Observador. A esto se suma que el propio Leal fue citado a declarar por la fiscal a cargo de la causa, Gabriela Fossati, quien busca conocer, entre otras cosas, algunos elementos vinculados a ese encuentro mantenido días atrás en una casa del Chuí (Brasil), como indicaron por otro lado fuentes de la investigación a El País. Mientras en el Frente Amplio (FA) la respuesta ha sido el respaldo al accionar del exjerarca de Interior, en la Torre Ejecutiva se procuró una rápida reacción ante un asunto que ya es entendido como de extrema gravedad. Fue con ese análisis, y previa conversación con el primer mandatario, que Álvaro Delgado exigió a Leal que diera explicaciones públicas cuanto antes, sin esperar a declarar en la Fiscalía el próximo jueves.
“¿Qué fue a hacer? ¿Estuvo o no estuvo? ¿Les ofreció dinero? ¿Es verdad o no es verdad? Todos tenemos derecho a saber, porque si se confirma, y yo soy de los que no hago lo que critico cuando lo hacen otros, es gravísimo”, dijo ayer el secretario de Presidencia en rueda de prensa.
Con igual dureza salieron varios legisladores blancos quienes, como Gustavo Penadés, denunciaron que la “gravedad” de lo ocurrido “merece una explicación contundente de él mismo (por Leal) y del FA”. Porque más allá de lo que Leal explique a su debido tiempo, razonan en el gobierno, el solo hecho de haberse reunido con los padres de Astesiano “enturbia” y “politiza” un asunto sensible en forma inusual, indicaron a El País fuentes nacionalistas. Y eso, a su vez, genera “suspicacias (que) son enormes”, como aseguró Delgado.
¿Qué suspicacias? La más directa, que circula por estas horas, entre jerarcas y parlamentarios oficialistas, es que se haya tratado de un acercamiento para “obtener información que perjudique al presidente de la República”. “Eso sería romper todos los puentes”, advirtió a El País un dirigente nacionalista.
El apoyo
La denuncia de Astesiano contra Leal primero cayó como un balde de agua fría en el FA. Hasta este domingo, la oposición había quedado al margen de la trama judicial que involucra al excustodio presidencial, mandos policiales y -presuntamente- figuras cercanas al gobierno. No obstante, pasada la sorpresa inicial, la fuerza política respaldó a Leal.
El tema se abordó al mediodía en el Secretariado Ejecutivo, donde el presidente de la coalición de izquierda, Fernando Pereira, y los delegados sectoriales y de las bases coincidieron en la “confianza” que les merece el sociólogo, contaron varias fuentes a El País. Leal le dio las explicaciones del caso directamente a Pereira, que fue “muy tajante” al pedirles a sus correligionarios que esperaran hasta el jueves para tener el panorama completo. “Tengo la certeza de que las explicaciones que (Leal) dé van a arrojar luz”, afirmó Pereira en rueda de prensa, donde expresó “tranquilidad”. Ante los señalamientos del oficialismo, el Secretariado evaluó que lo mejor sería no hacer declaraciones institucionales sobre el asunto hasta que Leal no hubiera declarado. El órgano partidario se enteró de las valoraciones de Delgado en medio de la sesión, donde los delegados cuestionaron el “emplazamiento” del jerarca de gobierno.