Por Joaquín Silva
Fue un impacto duro que el Partido Nacional todavía se encuentra asimilando. Un “golpe feo” que dejó atónitos a todos los dirigentes blancos que vieron al senador Gustavo Penadés “quebrarse” como no lo había hecho en sus más de 30 años de legislador.
La denuncia pública por presunto abuso y explotación sexual que divulgó en las últimas horas la militante blanca Romina Celeste Papasso Oliver -que hizo referencia a un hecho que habría ocurrido hace más de 15 años, cuando ella era menor de edad- dejó “destruido” al senador del Herrerismo, que se presentó ayer en soledad en la sala de conferencias del Palacio Legislativo para hacer una declaración en respuesta.
Lo hizo sin más nadie a su lado porque así lo pidió a sus dirigentes más cercanos, como el ministro del Interior, Luis Alberto Heber y los diputados Sebastián Andújar, Rodrigo Blás y Juan Martín Rodríguez, entre otros. “He pedido estar solo en la mesa -dijo el senador en las primeras afirmaciones de su discurso- porque aquí no está el senador Penadés; aquí no está el político Penadés, aquí está Gustavo Penadés”.
Y porque, de acuerdo al encuadre que decidió darle al asunto, lo ocurrido es en realidad un evento que afecta a su vida “personal”, de modo que es un tema que “no involucra ni al gobierno ni al Partido Nacional”, tal como él mismo afirmó con claridad.
Lo cierto es que, una vez conocida la denuncia de Papasso y, sobre todo, la respuesta de Penadés, el episodio dejó “en shock” a la dirigencia blanca.
Pues ocurrió, además, en un momento políticamente complejo para la coalición, que atraviesa tal vez su peor etapa como alianza oficialista, dividida por la reforma jubilatoria que tiene particularmente enfrentados al gobierno de Luis Lacalle Pou y a Cabildo Abierto -que hasta el momento se ha negado a votar la iniciativa-. Y para colmo de males, Penadés no es un mero espectador en este proceso sino que es de hecho uno de los principales vectores en las conversaciones dentro del oficialismo que todavía siguen enredadas, tarea que -hasta ahora- el senador no ha abandonado. Y tampoco ha analizado la posibilidad de dar un paso al costado o pedirse licencia como legislador, según indicaron a El País fuentes parlamentarias.
Su futuro político -el impacto que este evento y su desenlace, pueda tener en su carrera- es una incógnita en este momento.
Hay blancos que entienden que su recorrido puede estar comprometido y otros que señalan que todo dependerá del resultado judicial: si la denuncia de Papasso se prueba o no en la Justicia -cosa que ella misma ha puesto en duda- y si caen o no más relatos de presunto abuso a otras víctimas, como el que ya divulgó ayer en Azul Fm, a instancias de Papasso.
Mientras tanto, Penadés no puede creer lo que le está ocurriendo. No concibe cómo, de un momento a otro y sin aviso, se vio sorprendido en una polémica que su capacidad política probada en años no le permitió anticipar.
“Créanme que fortaleza es lo que me sobra”, dijo en su declaración, en la que confirmó lo que El País había adelantado este miércoles: presentará acciones legales cuando lo crea oportuno “contra todos los participantes activos de estas calumnias”.
Respuestas
Muchos no supieron cómo reaccionar. Pasaban las horas y eran pocos los nacionalistas que habían emitido declaraciones públicas en respaldo -y siguieron siendo pocos al cierre de esta edición.
El primero en hacerlo fue el diputado Blás, quien en su cuenta de Twitter afirmó sin vueltas que Penadés tenía toda su “confianza” y que la vida de su compañero “habla por sí sola de su enorme condición humana”. “El tiempo -escribió también- pondrá las cosas en su lugar. Mientras tanto respeto sobre sus cuestiones privadas y que la Justicia actúe si es necesario”.
Quien siguió a este mensaje fue el ministro Luis Alberto Heber -una de las máximas figuras del Herrerismo-, en una declaración que hizo en la tarde en el departamento de Rocha y en otra que luego realizó a El País: “La declaración de Penadés fue más que aclaratoria de la situación que estamos viviendo. Y estamos con mucha indignación con este enchastre pero no tenemos otra forma de digerir esto que no sea en la Justicia”.
Lo hizo también el senador de Por la Patria, Jorge Gandini, que aludió en Twitter -como Blás- a un vínculo de aprecio de mucho tiempo con su colega herrerista: “Lo conozco desde hace mucho. Es un compañero al que respeto y una persona digna y honorable. Creo en su palabra y le extiendo mi solidaridad. Se sometió a la Justicia, como corresponde”.
Distinto -y algo sorpresivo para algunos dirigentes nacionalistas- fue el mensaje que eligió la excandidata a intendenta de Montevideo, Laura Raffo. Sobre la situación del senador herrerista -que forma parte de la mesa chica que trabaja e impulsa desde hace meses su eventual precandidatura a presidenta-, difundió ayer una declaración a periodistas en la que evitó mencionar al denunciado y se atuvo a mencionar el plano judicial: “Confío en la Justicia, que ya decidió actuar de oficio. Espero que se esclarezcan los hechos manteniendo las garantías para todos los involucrados”.
Casi todos los demás se llamaron, al menos ayer, a silencio -sin contar los llamados y conversaciones privadas con el afectado-. ¿Por qué? Las explicaciones variaron y las resoluciones pueden cambiar en el transcurso de las horas y días.
En algún caso se alegó que, de alguna manera, trataron de seguir la voluntad que mostró el propio Penadés en su declaración, al transmitir que se trataba de una batalla en la que no quería que “otros lo defendieran”. Pero también hay dirigentes que entienden que desde que la Fiscalía resolvió “actuar de oficio” (ver aparte), el asunto debe continuar en “ese ámbito”.
Los integrantes del directorio blanco, en tanto, tuvieron ayer una tarde ajetreada por este tema, como indicaron a El País fuentes partidarias. Y habrá hoy una “reunión” con varios de sus participantes, convocada por el presidente del órgano conductor de este partido, Pablo Iturralde, para analizar la postura a asumir.
“No admito que se me acuse de pedofilia”
Gustavo Penadés fue enfático al rechazar las acusaciones de Romina Celeste. “Niego rotundamente las conductas delictivas de las que se me acusa y rechazo con el mayor de los énfasis posibles las declaraciones agraviantes cuyo único propósito es someterme al escarnio público”, dijo.
El senador, que vio en este particular momento que atraviesa la oportunidad de reconocer públicamente su homosexualidad, dijo también en ese sentido que no admitía “bajo ninguna circunstancia” que “por tener esa orientación sexual” lo puedan “acusar de pedofilia”.
Fiscal de Operación Océano investigará el caso
En la declaración de Gustavo Penadés el senador dejó en claro quedaba a disposición de la Justicia y que será allí donde continuará respondiendo sobre las acusaciones realizadas.
Horas después, el fiscal de Corte, Juan Gómez, anunció que el Ministerio Público intervenía de oficio y que se estaba por asignar al fiscal a cargo de la investigación, lo que ocurrió también en la tarde de ayer.
Así, la encargada de conducir esta indagatoria, que tiene como denunciante a Romina Celeste Papasso y denunciado al senador blanco, será la fiscal de Delitos Sexuales de 6° Turno, Mariana Alfaro, que también es la titular de la investigación sobre la Operación Océano.
De todas formas, Alfaro decidirá hoy si finalmente toma el caso o si decide abstiene, señalaron a El País fuentes de la institución.
Alfaro estuvo en el centro de la polémica en febrero de 2022, cuando decidió allanar las oficinas de la radio Azul Fm en el marco de una indagatoria que entonces había dispuesto Gómez, a raíz de la difusión de audios vinculados a una denuncia de violación grupal en el barrio Cordón, y por la que habían sido imputados tres varones. Además, incautaron los dispositivos electrónicos donde se almacenaba material del programa La Pecera, que conduce Ignacio Álvarez.
Ese procedimiento fiscal fue luego catalogado por Gómez como “innecesario.
En declaraciones a En Perspectiva el 10 de febrero de ese año, el fiscal de Corte dijo que Alfaro era “una fiscal muy competente”, y que había terminado “admitiendo que fue un error” lo que había “pedido” en un principio -porque para Gómez el allanamiento no se había realizado en su plenitud.