Coalición ya piensa en pacto pos octubre y CA condiciona su papel en el gabinete a controlar 100% ministerios

Si esto no se da, los liderados por Guido Manini Ríos estarían fuera del gabinete en un eventual próximo gobierno de coalición.

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Lacalle Pou y Manini Ríos durante el acto por la Jura de la Constitución.
Lacalle Pou y Manini Ríos durante el acto por la Jura de la Constitución.
Foto: Leonardo Mainé.

Esta es, no hay dudas, una campaña atípica. Más apagada, más gris, más triste que de costumbre. Alcanza con recorrer Montevideo y levantar la cabeza hacia el cielo, mirar los edificios, y descubrir —en el Centro, en Pocitos, en Punta Carretas, en el Buceo, a lo largo de toda la rambla…— que la presencia de banderas de los partidos políticos en disputa es casi nula. Los dirigentes coinciden en que esto es un problema, en que tanta apatía los afecta, y en que el termómetro de la calle, al que muchos le dan más importancia que a lo que indican las encuestas, hoy no permite hacer una medición verosímil que ayude a adivinar lo que pasará el 27 de octubre. No obstante, en todas las tiendas —a excepción de los frenteamplistas más optimistas— se preparan para que una segunda vuelta dirima quién será el bloque ganador y quién ocupará el cargo de presidente de la República.

Los últimos sondeos han llevado a que en filas de Andrés Ojeda permee la ilusión y es de esperar en las próximas horas movidas políticas, publicitarias, con el objetivo de achicar más la brecha entre colorados y nacionalistas. La estrategia parece clara: plantear las elecciones como una interna dentro de la coalición, desdibujando los lemas, “pixelando” las divisas… Alcanza con ver el posteo realizado esta semana por la exfiscal Gabriel Fossati en la red social X: un spot en el que se define como 100% blanca, dice que no le gustó “cómo se organizó la fórmula del Partido Nacional” y defiende la creación del grupo “Blancos con Ojeda”. Al final aparece una placa con el escudo del Partido Nacional y la cara del aspirante colorado, celeste y blanca.

No obstante, los números hoy muestran, pese a alguna caída, una ventaja de Álvaro Delgado para llegar al muy posible balotaje, aunque también podría haber movimientos en cuanto a la correlación de fuerzas entre los socios. Ya con el Partido de la Gente fuera del juego, la torta deberá repartirse entre blancos, colorados, cabildantes y el Partido Independiente. Por ahora no está previsto que otro socio, de los nuevos partidos que participarán de la elección, se una a la mesa. Lo esperable, sea quien sea el que lidere el bloque y sea cual sea el escenario en cuanto a la mayoría parlamentaria, es que el lunes 28 de octubre haya una reunión entre Delgado, Ojeda, Guido Manini Ríos y Pablo Mieres, para acordar dos cosas: el funcionamiento de la coalición hasta 2030, en caso de que el bloque logre vencer al Frente Amplio, y las bases de un nuevo compromiso por el país.

Delgado ya se ha mostrado abierto a una negociación programática, y también ha adelantado un cambio en cuanto al funcionamiento con respecto a lo que ha sido este período de gobierno. Luis Lacalle Pou durante la campaña de 2019 solía usar la siguiente imagen, inspirada en el juego del truco, para explicar cómo pensaba manejar a la coalición que definía como “multicolor”: habrá, decía, “pico pico y redondilla”. “Pico pico”, en referencia a las conversaciones entre él y los líderes de cada partido socio; y “redondilla”, por las reuniones que se pudieran hacer con todos los líderes juntos. Lo cierto es que durante este gobierno lo que primó fue el “pico pico”, y se evitó la “redondilla” que podía —se entendió en Presidencia— romper la magia, apresurar el desamor, en el sentido de que las diferencias entre los distintos partidos podían llegar a aflorar con mayor vehemencia. Pues bien, Delgado ya dijo —ante reclamos de colorados y cabildantes, pues lo cierto es que el Partido Independiente, por ser el minoritario, se ha sentido cómodo con esta forma de comunicación con el presidente— que habrá una mesa de coordinación en caso de que él llegue al poder.

“Esto ya es una buena noticia”, dijeron a El País esta semana desde filas coloradas, y también aclararon que pase lo que pase en octubre —sea elegido como líder de la coalición Delgado u Ojeda— esa mesa se va a instalar.

Desde Cabildo Abierto ven esto también como una buena noticia, pero tampoco es algo que les genere muchos desvelos. Para los liderados por Manini la clave está más en que no se repitan ciertas situaciones que, entienden, los perjudicaron durante este período de gobierno, y que sospechan también pueden haberlos llevado a perder votos.

Al menos dos veces, a lo largo de estos años, Cabildo Abierto debatió a nivel interno abandonar la coalición. La última en mayo de 2023, cuando Irene Moreira, la exministra de Vivienda y esposa de Manini, se vio obligada a dejar el cargo a pedido de Lacalle Pou, tras ella tramitar la entrega directa de viviendas otorgadas por la cartera. Por unanimidad, Cabildo decidió permanecer en el bloque. No obstante, desde entonces la relación “pico pico” entre Manini y Lacalle Pou jamás volvió a ser la misma.

En una entrevista con El País, que será publicada en la edición del domingo, el senador sostuvo que el vínculo que tiene con el presidente es meramente “formal”, y que se hablan exclusivamente cuando hay un tema importante que ataña a la coalición.

Guido Manini Ríos en la Escuela Naval.
Guido Manini Ríos en la Escuela Naval.
Foto: Francisco Flores.

Ante esta realidad, de cara a un nuevo período, más allá de que saben que puede haber algún cruce en cuanto a aspectos que entienden deberían incluirse en el nuevo compromiso por el país, como en lo que respecta a frenar el consumo de drogas —donde se sienten “en las antípodas” del Partido Independiente— o en la protección de deudores —que sostienen son víctimas de usura—, lo que se arreglaría con no tocar estos temas en el documento, los cabildantes tienen previsto plantear otra cosa que quizá sí pueda generar mayores diferencias con el socio mayoritario, o al menos algo de ruido a nivel político entre ambas instancias electorales.

Lo que Manini ya tiene decidido, y el partido mayormente lo acompaña en esto, es que Cabildo no asumiría ningún ministerio en caso de que no pueda tener el control completo. En este gobierno los cabildantes han liderado dos ministerios, Vivienda y Salud, al principio con Moreira y Daniel Salinas, que luego fueron sustituidos —en distintas circunstancias, pues el segundo se fue por voluntad propia y siendo uno de los ministros más valorados por la ciudadanía— por Raúl Lozano y Karina Rando. No obstante, los cabildantes entienden que no les dejaron las manos libres para trabajar, pues otros cargos relevantes, como los de subsecretarios, fueron ocupados —dicen— por personas cercanas a Torre Ejecutiva, lo que de alguna manera implicó —entienden— un control y una incidencia excesiva en cuanto a lo que se realizaba en cada uno de ellos.

En Salud el subsecretario ha sido José Luis Satdjian, un hombre de Martín Lema, sumamente leal a Lacalle Pou, que incluso forma parte de la lista 404 de Aire Fresco. En Vivienda esta afirmación de los cabildantes es más discutible, pues el cargo de subsecretario es ocupado por Tabaré Hackenbruch, que es colorado. Hoy Cabildo Abierto ostenta 53 cargos de relevancia entre ministerios y otras instituciones del Estado. En Salud Pública, en realidad, tienen 17 cargos, entre ellos a la directora general de Coordinación, al director general de Secretaría y a la directora del Programa de Adolescencia y Juventud, Lorena Quintana, que es la candidata a vicepresidenta. En Vivienda tienen siete cargos, entre ellos a los directores de Secretaría, de Vivienda y de Ordenamiento Territorial. Pero a estos se suman el subsecretario de Defensa, al director general de Secretaría en Cancillería y la presidenta del Inisa, por ejemplo.

Daniel Salinas, José Luis Satdjian y Beatriz Argimón. Foto: Juan Manuel Ramos

Pese a la posibilidad de que este reclamo no sea de recibo por parte de quien lidere la coalición y de que la idea de renunciar a cargos genere una revuelta dentro de Cabildo Abierto —que últimamente ha tenido varias turbulencias internas y que según lo que marcan las encuestas la representación parlamentaria, y así la incidencia del partido, sería sensiblemente más baja que en este quinquenio—, Manini confía en que primará la coherencia, en cuanto a que entiende inconcebible repetir errores cometidos en este período. “Nosotros vamos a negociar ministerios, no ministros. Eso es un hecho”, sostiene.

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