Cuando Álvaro Delgado presentó su programa de gobierno el 2 de mayo en un parking, algunos colorados lo miraron de reojo, no tanto por el contenido, sino por el proceso de trabajo: 530 técnicos aportaron para un documento de 170 páginas. El precandidato blanco reúne a la mayoría de los expertos, jerarcas y legisladores de su partido, recurso con el que le saca ventaja a competidores nacionalista y de la coalición. En el Partido Colorado (PC), donde hoy hay seis precandidatos en carrera (hasta ayer eran siete), los técnicos y el dinero para las campañas están más repartidos.
Andrés Ojeda, Robert Silva y Gabriel Gurméndez han presentado equipos y propuestas en determinadas áreas, y Tabaré Viera comenzará a hacerlo la semana próxima, las que se rediscutirán tras las elecciones internas hasta alcanzar un programa único con el que saldrá a batallar el candidato del partido hacia octubre. Que haya seis equipos técnicos trabajando por separado, así como seis campañas publicitarias en marcha, genera dispersión de recursos humanos y económicos.
Para el coordinador de equipos técnicos de Ojeda, Matías Bordaberry, este escenario implica que haya “muchos precandidatos buscando los mismos recursos, y eso puede generar una fragmentación a nivel financiero”. Además, asegura que “el PC tiene grandes técnicos que hoy en día se encuentran trabajando en los equipos técnicos de los distintos precandidatos, y es obvio que en la medida en que se tenga grandes técnicos trabajando juntos se van a generar mayores sinergias y propuestas que sean más robustas, más fuertes”.
“Nos ha pasado que tengamos algún técnico en un área que me dice que tiene compañeros o colegas trabajando en otras campañas” del mismo partido, dijo Bordaberry a El País, y resaltó que tras la interna se reunirán los equipos, instancia en la que tendrán “que ver qué estaba proponiendo cada persona de cada sector y ver dónde están las convergencias y las divergencias, y eso se va a poder hacer recién a partir del 1º de julio”.
En cambio, para el vicecanciller Nicolás Albertoni, coordinador de equipos técnicos de Silva, tantas precandidaturas no generan “ninguna complicación” en ese sentido. “Siempre después de la elección nos tenemos que sentar todos de cara a octubre; eso siempre pasó y serán más integrantes en la mesa, pero eso no será una complicación”, dijo. Albertoni agregó a El País que “también pasaría de octubre a noviembre, que, como hay antecedentes, se sientan todos en una mesa a hacer un plan de gobierno común de cara a noviembre”.
Las dos precandidatas, Carolina Ache y Zaida González Legnani, no han presentado equipos, aunque sí propuestas. “Cuando presenté mi precandidatura en una carta al Comité Ejecutivo nacional propuse que todos los precandidatos acordáramos en los temas más importantes para presentar una propuesta en común. No es realista tener siete posturas sobre todos los temas, cuando luego de la interna tendremos que presentar un solo programa partidario. Yo me estoy focalizando donde me parece más importantes poner énfasis” , dijo Ache a El País, quien preservará el tema de sus asesores. “No me llevaron el apunte cuando propuse los acuerdos mínimos. ¿El FA va con programa único y el PC tiene siete programas?”, se preguntó, y agregó que el PC “tiene cuadros buenos en todos los equipos”, por lo que, si gana, convocaría a “los mejores técnicos del partido”.
Ventaja
La dispersión de recursos económicos tras seis precandidaturas tiene una contracara: la ciudadanía conoce poco a los aspirantes colorados a la Presidencia. Entonces, que la cartelería se reparta entre tantos podría ir contra la visibilidad del candidato.
El director de Opinión Pública y Estudios Sociales de Opción Consultores, Rafael Porzecanski, identifica una ventaja y una desventaja en el PC: “La ventaja es la paridad; la paridad estimula. La desventaja es el alto desconocimiento de casi todos los líderes, comparados a los dos partidos mayores”.
“Si no conocés a alguien, no lo vas a ir a votar. Evidentemente, cada cual tiene el desafío de hacerse conocer. Y el que se haga conocer más va a tener una primera ventaja para competir”, sostuvo el experto.
Diálogo en el Piso 40 del WTC y reunión en el despacho de Zubía
Guzmán Acosta y Lara -que ayer bajó su precandidatura- Gurméndez, Silva, Ojeda y Viera hablaron cada uno 10 minutos en el piso 40 del World Trade Center para unos 40 empresarios. Allí aceleraron el acuerdo Acosta y Lara y Gurméndez. Un día después, el diputado Gustavo Zubía, que bajó su precandidatura para apoyar a Ojeda, recibió en su despacho del Palacio Legislativo a Matías Bordaberry y asesores en seguridad del precandidato. Zubía dijo a El País que fue una reunión de cinco horas en la que hubo “un 97% de concordancia y algunos puntos en los que pudo haber discrepancia”. Dos discrepancias: Zubía propone utilizar militares para seguridad interna y se opone a la creación del Ministerio de Justicia. “Estamos tratando de pulir los desacuerdos, en qué podemos llegar a una línea intermedia”, dijo a El País.
Para el director de Factum, Eduardo Bottinelli, “lo que hoy está en juego no es solamente la candidatura presidencial”, sino “quién va a liderar el PC hacia adelante, qué se va a construir para 2029, 2034, desde el punto de vista del liderazgo personal”. Bottinelli también identifica “una disputa ideológica interna, es decir cuál corriente del PC prima, si la más liberar o la más batllista, o una nueva”, en referencia a Ojeda y Ache, que representa “la continuidad del pedrismo y del jorgismo”. Mientras que Gurméndez se embandera en el ala liberal, Silva y Viera, en la batllista.
Mariana Pomiés, directora de Cifra, se pregunta si tantos precandidatos para la interna colorada “capaz que es un poco mucho” y responde en diálogo con El País que “sí”, pero aclara que “menos de tres también es poco para atraer diversidad”.
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