Un grupo de dirigentes colorados de todo el país que se autodefinen como "rebeldes" comenzaron a reunirse en las últimas semanas con una premisa: la necesidad que tiene el partido de evaluar, a corto corto plazo, qué le pudo aportar objetivamente al actual gobierno, y de resolver qué camino se debe tomar. Además, y sobre todo, que un partido que hoy entienden "noqueado" comience a marcar diferencias con su socio mayoritario en la coalición multicolor y pueda convertirse así en una formación política que incida en la opinión pública.
En la visión de este grupo, las opciones son dos: o recuperan un "perfil propio", basado en su historia y en su pasado reformista, o pasarán a ser un partido meramente testimonial.
Se trata de dirigentes que pertenecen a la mayoría de los sectores políticos que hoy integran el Partido Colorado. Uno de sus referentes es Martín Pérez Banchero que, en su momento y como director nacional de Turismo, denunció las irregularidades que terminaronderivando en la renuncia de un ministro de su mismo partido, Germán Cardoso.
En diálogo con El País, Pérez Banchero señaló que se trata de colorados que entienden que el partido sigue siendo una herramienta útil para el país, pero que ha perdido total identidad y no muestra en la práctica un perfil distinto al Partido Nacional. “Hoy el Partido Colorado integra un gobierno blanco, no un gobierno de coalición”, afirmó. “El Partido Colorado debe mostrar que es distinto, tiene que mostrar su historia para poder ser una opción electoral”, sostuvo.
Pérez Banchero citó un antecedente directo: en octubre de 2002, en el "peor momento" para el Ejecutivo de Jorge Batlle durante la crisis económica, el Partido Nacional decidió abandonar la coalición de gobierno. "Es un dato objetivo", señaló. Una decisión que, recordó, le permitió en su momento a Jorge Larrañaga ganar la interna nacionalista y luego, en 2004, hacer una buena elección.
La evaluación, a juicio de estos dirigentes, deberá hacerse este mismo año. Antes incluso de comenzar a analizar posibles candidatos.
Pérez Banchero recordó el "buque insignia" de los colorados en las pasadas elecciones: los 136 liceos de tiempo completo que había propuesto Ernesto Talvi. "No se ha hecho ninguno" insistió, al reflexionar que los Centros María Espínola -erigidos por esta administración- lejos están de ser lo prometido por el último candidato colorado. Al respecto, el dirigente se preguntó si el partido no estará a tiempo de debatir, con honestidad y claridad, de que a nivel concreciones sus logros en el actual gobierno "son cero".
Consultado, el dirigente señaló que la renuncia de Talvi al Ministerio de Relaciones Exteriores y su retiro de la actividad política significaron un tremendo impacto para el partido. En ese sentido, señaló dos errores que cometió el excandidato. Uno fue haber integrado como líder político el gobierno de otro partido. El otro, haber dejado la secretaría general en manos de Julio María Sanguinetti. "Es como que Caperucita Roja deliberadamente ponga al lobo a cuidar a la abuela", dijo.
Está previsto que las conversaciones entre este grupo de dirigentes desemboquen a corto plazo en un planteo formal ante la orgánica del partido. Y allí se plasmará otra de las preocupaciones de este grupo de colorados: habrá que “desterrar” para siempre los acuerdos electorales con el Partido Nacional a nivel departamental y la "absurda" posibilidad de acordar un programa común hacia las próximas elecciones. “Eso no puede existir”, dijo Pérez Banchero. “El Partido Colorado debe presentarse con sus propios candidatos en todos los departamentos del país", afirmó.
Como ejemplo, el dirigente citó lo que pasó en 2020 en Montevideo con Laura Raffo, que se postuló por un lema común a la coalición de gobierno. "Los colorados le terminamos inventando al Partido Nacional una candidata a presidente".
Pérez Banchero apuntó además que, a nivel interno, el Partido Colorado está sumido por una conducción sin institucionalidad que lo está llevando a una situación sin precedentes y que, de seguir el actual rumbo, lo llevará a ser una fuerza política sin ninguna trascendencia. "Al partido le va la vida en esto", concluyó.
El dirigente apeló a un episodio que lo tuvo como involucrado directo: la Comisión de Ética, recordó, jamás se pronunció sobre el caso de Germán Cardoso pese a que, señaló, la Justicia determinó que el exministro incurrió en irregularidades. También al reciente caso del exministro de Ambiente, Adrián Peña, en el que el Comité Ejecutivo Nacional impidió que el asunto fuera tratado el pasado fin de semana en la Convención Nacional.
Eliminar ministerios
Una de las bases de la "rebeldía" de estos colorados pasa, según Pérez Banchero, por falta de acción en una de las políticas que centraba el discurso de Jorge Batlle y en la que, a su entender, este gobierno "no ha hecho nada". Esta política es la reforma del Estado. Una reforma que, a su entender, debería estar dirigida a eliminar cargos políticos.
El dirigente habló de la posibilidad, señalada recientemente, de crear un Ministerio de Justicia. Una idea que, supuestamente, salió de filas coloradas pero que no formó parte de su programa de gobierno. Lejos de crear nuevos ministerios, Pérez Banchero afirma que hay que eliminar varios de los ya existentes. Por ejemplo, Desarrollo Social. Un ministerio cuya existencia, dijo, tiene sentido en una visión frenteamplista, que apela a las "dádivas", pero no en un modelo batllista e integrador.
A su juicio, también debería eliminarse la figura de los subsecretarios, ya que ninguno tiene competencias por sí mismos. "Falta un Partido Colorado que hable e imagine un país en serio", reflexionó.