El Poder Ejecutivo tiene claro que la diferencia cambiaria con Argentina a partir de la constante depreciación de la moneda en ese país ha provocado un incremento significativo en la tasa de desempleo a este lado del río Uruguay. También que, más allá de medidas de apoyo como las que se han implementado en la última semana, existe poco margen para solucionar un problema que, se insiste, excede las posibilidad locales.
"Es un problema con el que debemos convivir, con el agregado de que no tenemos nada claro cuánto va a durar", expresó en el Parlamento el ministro de Trabajo, Pablo Mieres. Allí admitió que la diferencia de precios con el vecino país es "realmente impactante", pero sostuvo que es resultado de "políticas que nos son ajenas". El ministro aseguró que en el gobierno existe plena conciencia de la que situación es muy grave y "drámatica", y también de que los factores que la generan son ajenos a su voluntad y de difícil previsibilidad hacia el futuro.
Entre otras medidas, el Poder Ejecutivo dispuso este miércoles una serie de estímulos a las empresas que contraten nuevo personal en los departamentos del litoral. Para aquellos que tomen jóvenes o mayores de 45 años habrá un subsidio del 60% en el salario en el caso de que sean hombres, y del 80% si las contratadas son mujeres, hasta noviembre de este año.
Mieres estuvo el miércoles en la Comisión de Frontera Uruguay-Argentina de la Cámara de Diputados. Había sido convocado ante la preocupación de los legisladores del litoral por los perjuicios que la situación provoca en sus departamentos. Allí el ministro descartó implementar algunas medidas que se le sugirieron. Entre ellas, la reinstalación del seguro de paro parcial para algunos sectores de la actividad. Si bien se trató de una "muy buena solución" para sostener el empleo en épocas de pandemia, el ministro sostuvo que es muy difícil de controlar.
La respuesta pareció no conformar a varios diputados del litoral, incluso del propio oficialismo. "Hay veces en que en materia social nada alcanza y todo es poco" le dijo la nacionalista María Fajardo (Soriano). "Si tenés que dar diez kilos de azúcar y uno no la usa bien, no dejás de dar el azúcar porque uno no la use bien", le contestó.
Apretar las clavijas
El también nacionalista Gonzalo Onetto (Río Negro) dijo que lo que más preocupa es que se está haciendo habitual el "pase de fin de semana" de uruguayos para realizar compras al otro lado del río. "Uno mira esa pasada de autos y es dinero y trabajo de nuestra gente que se va para otro lado", advirtió.
Onetto sostuvo que el compra en Argentina ya no es solo el que necesita, sino que que la mayoría va a ahorrar y a disfrutar de cosas que en el común de los días no se le dan. Según afirmó, el cruce del río ya no solo da para comprar comestibles o artículos de la canasta. Según dijo, hay que gente que va a Argentina a atenderse con un dentista o con un médico o a festejar sus cumpleaños o fiestas.
"Necesitamos desestimular esto de alguna manera, ya sea con propaganda o con controles más intensos", dijo Onetto, que optó por terminar allí su exposición. "Si sigo, me voy a ir en llanto", admitió.
Mieres contó que, en Salto, el Centro Comercial e Industrial le pidió aumentar el tope de los porcentaje de los sueldos que puede pagarse con tickets de alimentación. Se lo plantearon, dijo, con la lógica de que eso se iría necesariamente a tener que gastar en Uruguay. Pero también allí, indicó, le advirtieron: ""¡Inmediatamente se va a inventar una compra del ticket alimentación en Argentina por un valor muy diferente y, al final, lo van a terminar usando ellos para intercambiar!".
En cuanto a los controles de frontera, el ministro admitió que representa todo un desafío. "Todos sabemos que cuando uno aprieta las clavijas empieza a haber costos políticos", reparó. "La gente se empieza a quejar porque aprovecha una situación favorable para satisfacer una necesidad que, de otro modo, no podría".
Mieres fue claro."Si se aprietan las clavijas, hay que prepararse también para la protesta del lado de los que sufrirán su efecto". Un razonamiento también efectuado este jueves por el presidente Luis Lacalle Pou, cuando se lo consultó por el tema.
“Yo los invito a todos ustedes a que vayan a la frontera del litoral con Argentina y digan cero kilo" exhortó, respondiendo a un pedido efectuado, entre otros, por la Cámara de Industrias. " Vamos a ser honestos, cualquiera de nosotros con un sueldo bajo tiene que darle de comer a su familia, y si cuesta tres veces menos del otro lado, ¿dónde va a comprar? donde le dé la plata". Lacalle insistió: "cuando decimos 'cero kilo' nadie quiere, razonablemente nadie quiere”.
Diferencias de hasta 300%
Los diputados que representan a los departamentos fronterizos con Argentina vienen reclamando a través de todas las vías posibles sobre los perjuicios que para sus regiones tiene la diferencia cambiaria.
El miércoles, poco antes de que el Poder Ejecutivo anunciara las últimas medidas, el colorado Martín Melazzi (Soriano), advirtió ante la cámara que la diferencia de precios con ciudades como Galeguaychú, Colón y Concordia pueden ir del 70% hasta 300%. La caída en la ventas del lado uruguayo, recordó, provoca cierre de comercios y deriva en el aumento del desempleo.
Melazzi dijo haber conversado con comerciantes de la zona. La mayoría, dijo, se muestra a favor de imponer el "cero kilo". El legislador coincidió en que este tipo de medidas pueden provocar incidentes entre ambos países y además serán rechazadas por los habitantes de las poblaciones del litoral. El legislador sostuvo que, por mes, en cada uno de los dos puentes que unen a Uruguay con Argentina transitan unas 180 mil personas.