Una veintena de entusiastas de las dos ruedas se reunieron este jueves en la Explanada de la Intendencia de Montevideo para, junto a la intendenta Carolina Cosse, darle la “bienvenida” a la nueva ciclovía central que unirá el Obelisco con la Ciudad Vieja y que representa, tal vez, la mayor apuesta de la actual gestión comunal.
“La evidencia nos mostró que esta obra era necesaria” aseguró Cosse al defender el proyecto, tras repartir entre los presentes kits con elementos de seguridad para ciclistas, especialmente preparados para la ocasión.
“Vamos a seguir”, apuntó, apelando de paso a una de las frases que suele utilizar en su campaña para ser la candidata presidencial por el Frente Amplio, que tuvo una muy tímida presencia de dirigentes en el evento. Al mismo tiempo, algunos colaboradores de la comuna capitalina repartían a los presentes los clásicos gorritos verdes con visera y el logo de la intendencia.
La ciclovía tiene cuatro kilómetros de extensión. “Quizás no es el superproyecto, pero es el que podíamos realizar”, apuntó la intendenta. Y el costo fue de alrededor de US$1 millón, más impuestos, según la jefa comunal. Se trata de la misma estimación que se había hecho cuando fue anunciado el proyecto. Los fondos, básicamente, salieron de la Unidad de Planificación de la comuna.
La intendencia dice contar con datos que justifican la obra, a la que le falta para cerrarse un pequeño tramo al llegar a la calle Juncal. Este será completado a partir del 12 de enero, una vez finalice la licencia de la construcción.
Un informe elevado por la Dirección de Movilidad Urbana a la Junta Departamental, al que accedió El País, incluye algunas claves del proyecto y las razones de la comuna para inclinarse por una ciclovía y no por otras opciones. Allí se señala que descartó una bicisenda, porque su uso es básicamente peatonal. También un “busbici”, un carril preferencial para el transporte colectivo y la bicicleta. Una modalidad no recomendable cuando existen muchas líneas y pasajeros. La ventaja de una ciclovía central, señala la comuna, es que minimiza la “tensión en las paradas” de buses y taxis al subir y bajar pasaje.
Con la inauguración de ayer, la comuna visualiza 18 de Julio como la “espina dorsal” de la red de ciclovías de la capital, que suma 13 kilómetros, uniendo el bicircuito del sur y conectando con Tristán Narvaja y Fernández Crespo, además de con las infraestructuras instaladas en las avenidas Italia y Luis Alberto de Herrera, uniendo distintas zonas de Montevideo.
La “evidencia”, dice la intendencia, demuestra que, mientras en 2015 las bicicletas representaban el 0,4% del transporte a través de 18 de Julio, hoy en “hora pico” pueden llegar al 10%. Hace ocho años, pasaban por la principal avenida un promedio de 42 ciclistas por hora. Hoy el promedio supera las 100 personas. Los datos corresponden al horario de 7 a 10 horas y de 16 a 19 horas. En la cuenta están incluidos otros tipos de vehículos de movilidad personal, como triciclos, plataformas Sedgway y monopatines que, de todas formas, representan un porcentaje marginal del total. Por mes, se contabilizan 1.014 bicicletas y otros vehículos personales.
Según la intendencia, el promedio de cada viaje en bicicleta realizado en Montevideo no supera las 22 cuadras de extensión.
Y, si se habla de siniestralidad, los números son auspiciosos. Los informes en poder de la intendencia dicen que, desde 2013, solo un ciclista falleció por un accidente transitando por la principal avenida. Si bien Cosse admitió ayer que el mecanismo de fiscalización se continúa ajustando, la decisión es instalar por lo menos dos controles de velocidad. Más que nada, atendido sugerencias. Habrá presencia además de cámaras de seguridad a través de circuito cerrado, que serán monitoreadas las 24 horas.
A instancias de los colectivos de ciclistas, la intendencia evalúa la posibilidad de instalar en la ciclovía contadores de bicicletas. Se trata de elementos que existen en otras partes del mundo y que son usados, básicamente, para fomentar el uso de este medio de transporte.
Cosse enfatizó sobre la necesidad del respeto a las normas de tránsito a partir de esta nueva realidad. “Quiero pedirles a todos los peatones que no crucen por el medio de la calle” dijo, aludiendo a una vieja costumbre arraigada en los montevideanos. “Tenemos que lograr armonía entre todos”, subrayó. El respeto a esa norma, dijo, es una especial preocupación personal. “No nos cuesta nada ir a hasta la esquina” recomendó.
La ciclovía inaugurada ayer jueves ocupa tres metros de ancho. Cuenta con un espacio de separación con el tránsito de 40 centímetros, con bolardos, delineadores y demás elementos. Entre otros ejemplos de obras similares, la intendencia cita a la legendaria Avenida Paulista, de San Pablo.
Críticas, “trancazos” y los números de los semáforos “inteligentes”
En términos generales y contando todos los modos de transporte que se desplazan habitualmente por la zona, la velocidad del tránsito por 18 de Julio no supera los 30 kilómetros por hora, según los datos de la Intendencia de Montevideo. Al respecto, una prueba realizada recientemente e incluida en el informe entregado a la Junta Departamental señaló que, a través de la gestión “inteligente” de los semáforos mediante la redistribución de sus tiempos en función del flujo de tránsito, se logró una reducción en los tiempos de viaje en esa zona de la ciudad. En la avenida 18 de Julio, en el tramo Acevedo Díaz - Andes, la baja fue de 2% durante las mañanas. En San José, entre Andes y Ejido, fue de 6%. Durante la tarde, la reducción fue de 8% y 4%, respectivamente.
Desde que el proyecto se anunció, hace tres meses, ha habido una serie de críticas a nivel técnico, sobre todo de algunos colectivos vinculados a este modo de transporte. También, y en particular, a nivel político. “Es un capricho innecesario de la ingeniera Cosse”, le dijo a El País el edil nacionalista Diego Rodríguez, al calificar de “paupérrima” la obra anunciada. “Lo único que se hizo es pintar el pavimento de verde, se pusieron unos palitos de PVC y nada más”, dijo. Todo demuestra, a su juicio, el nivel de la gestión de la intendenta.
Rodríguez sostuvo que la ciclovía ya viene generando complicaciones en la movilidad, “trancazos” en el tránsito y problemas de seguridad a peatones y ciclistas. Al edil le resulta todo “inexplicable, más allá de la intención electoral de Cosse de favorecer “a un colectivo de no más de 60 personas”, concluyó.