Por Agustín Magallanes
Luego de una extensa interpelación los senadores de la coalición respaldaron ayer la actuación de los ministros Robert Bouvier (Ambiente) y Karina Rando (Salud) y al presidente de OSE, Raúl Montero, para enfrentar una histórica sequía.

Para el oficialismo, tal cual lo valoró en una moción aprobada con 17 votos en 29 sobre la medianoche de ayer, las respuestas que dieron los jerarcas fueron “ampliamente satisfactorias”. Mientras que para el Frente Amplio, que fue quien convocó la interpelación, fueron “totalmente insuficientes”. Incluso, calificaron la gestión como “muy deficitaria”.

Lo cierto es que ayer el Frente Amplio trancó fuerte y en su moción -que no fue aprobada- “exhortó” al presidente Luis Lacalle Pou a que destituya al presidente de OSE y la vicepresidenta del servicio descentralizado, Susana Montaner. El miembro interpelante Enrique Rubio dijo por la noche que solicitaron esto por la “ineptitud” de los jerarcas.

“Hubo 10 semanas de silencio de las autoridades, sin información clara y transparente, lo que no promovió un mayor control del consumo de agua”, remarcó la oposición. Esta situación, aseguraron, ha generado “angustias en la población”.

El bloque oficialista, en tanto, respaldó las “medidas y acciones” tomadas. Además, reafirmó -como dijo Rando- que el agua es “segura” para el consumo humano y que el gobierno encaró una “solución definitiva” para el abastecimiento de agua potable para el área metropolitana, en referencia al Proyecto Neptuno, en Arazatí. También se pidió un “uso solidario y responsable” del agua y que el sistema político siga trabajando en conjunto.

Desde el Frente Amplio, por su parte, fueron varios los senadores que aseguraron que faltó “autocrítica” y que “lo único” que hizo el oficialismo fue cuestionar que durante los gobiernos de la coalición de izquierda no se hicieron las inversiones necesarias para que se garantizara el suministro de agua potable en la zona del área metropolitana.

Además de reclamar respuesta a 12 propuestas, se planteó que las medidas “llegan tardíamente” y que hay una “preocupación” por la “falta de un plan de acción claro”.

La oposición enfatizó durante la sesión, que comenzó a las 11.00 horas, que en octubre pasado el gobierno estaba al tanto del déficit hídrico. Esto en referencia a la activación por esa fecha de la emergencia agropecuaria por la sequía, que aún está vigente.

La senadora frenteamplista Liliam Kechichian planteó que el gobierno no se detuvo “ni un momento” a evaluar que esta situación “también impactaba al consumo humano”.

En ese sentido, Rubio citó palabras de Montero del 19 de octubre pasado en una comisión del Parlamento, a tres días de dicha de la declaratoria de emergencia, cuando afirmó: “Ya estamos en un momento cero. Paso Severino está a 4 centímetros por debajo de la cota de rebalse”.

Por su parte, el presidente de OSE aclaró que ese “momento cero” hacía referencia al Proyecto Neptuno en Arazatí, que en aquel momento no estaba “firme y establecido”. Luego se avanzó y ahora, el 6 de junio, se abrirán los sobres de la licitación, tal como adelantó Lacalle Pou días atrás.

Montero dijo que según “estudios” el fenómeno del Niño, que implica más lluvias de lo normal, iba a ser “entrado el otoño”. Con esta foto, “intentamos fijarnos criterios para decir ‘tenemos agua suficiente para cubrir todo el mes de abril’”, sostuvo. Fue a partir de allí, explicó el jerarca, que se comenzó la suba paulatina de la salinidad “dentro de la norma” a partir de tomar agua del Río de la Plata.

Si bien aclaró que esta técnica se aplica “desde la década de 1980”, la diferencia fue que se hizo con un “mayor grado”, para disminuir el “ritmo de bajada” de Paso Severino.

El presidente de OSE contó que ante el agravamiento de la sequía en febrero “comenzaron” a analizar en una comisión la utilización de agua salada, tomada de la represa de Aguas Corrientes, para cumplir con el suministro de 650.000 metros cúbicos, y tomar menos agua de la reserva de Paso Severino. Y desde entonces el tema pasó a ser evaluado, según dijo, con la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), el Ministerio de Salud Pública (MSP) y la Dirección Nacional de Aguas.

De continuar empeorando la situación, Montero sostuvo que si se mantiene la caída en las reservas de agua, la alternativa son los “cortes programados”. Sobre este punto, la ministra Rando advirtió que “generaría un riesgo de contaminación bacteriológica” y “por eso se prefiere que el agua aumente en su salinidad de forma moderada, a que incremente su contenido de microorganismos y pueda transmitir infecciones”.

La titular de Salud reiteró ayer que el agua de OSE es “segura” para la población general sana, más allá de su gusto más o menos “agradable” producto del aumento de límite de sodio y cloruros, que se ubica en 440 miligramos por litro (mg/l) y 720 mg/l respectivamente.

La jerarca puntualizó que las recomendaciones no se modificarán por el momento.

La sesión incluyó el desalojo de las personas que se ubicaron en las barras -entre los que estaba el presidente del sindicato de OSE, Federico Kreimerman- por increpar a los senadores sobre que el agua estaba “contaminada”.

El cruce político continuó durante más de 12 horas. El cabildante Guido Manini Ríos dijo que “no es ético” culpar al gobierno “de lo que no se hizo durante 15 años”. La nacionalista Graciela Bianchi, lanzó: “Nos dejaron con casi nada, asuman la responsabilidad”.

Otro punto de tensión fue el debate en torno a dos proyectos: Neptuno, la obra en Arazatí del gobierno que se prevé esté pronta en dos años tras una inversión de US$ 250 millones; y la represa sobre el arroyo Casupá en la cuenca del río Santa Lucía, del gobierno anterior del Frente Amplio, que esta administración resolvió no realizar.

Rubio sostuvo que Casupá podría haber provisto un “llenado de emergencia” desde julio a noviembre de 2022. No obstante, el ministro Bouvier desmintió esto al indicar que según el cronograma previsto la obra culminaría en setiembre y el llenado del embalse “estaría pronto en el 2024”. De esta forma, “queda despejada la duda de que Casupá sería solución en este período de déficit hídrico”, dijo.

Bouvier señaló que Casupá es una obra “complementaria” a Arazatí, por lo que no se descartó, pero no es una prioridad para el gobierno ahora. En este sentido, OSE solicitó ayer prorrogar por un año la línea de crédito por US$ 80 millones para esa obra.

CRUCE POLÍTICO

Da Silva: “Con el agua no se jode”

Foto: Juan Manuel Ramos

El senador Sebastián da Silva señaló ayer que “con el agua no se jode” y que en ese tema “no se tolera la grieta”. Aludiendo a la oposición, el legislador nacionalista remarcó que la situación es “entre el agua salada o las aguas hervidas, no hay mucho más dilema”.

En esa línea, Da Silva destacó que “no ha habido un solo montevideano y del área metropolitana que se haya quedado sin agua”.

E insistió: “Este gobierno, que paró de pecho el problema del abastecimiento del agua metropolitana, lo resolvió y tomó una decisión: el 6 de junio va a comenzar a resolver para siempre el problema”, dijo sobre el proyecto Neptuno. Y, por último, aseguró que “Casupá no existe”.

Sánchez: "Cero autocrítica"

Foto: Juan Manuel Ramos

El senador frenteamplista Alejandro Sánchez señaló que el gobierno tuvo “cero autocrítica” de la gestión de la sequía. “Empiezan a tomar decisiones esta semana, cuando la gente empieza a tomar agua con sal. Este es el problema, que no cumplieron las autoridades con su mandato, porque son los garantes de que haya agua en este país”, afirmó Sánchez.

El senador también reclamó a la administración que se “debió haber resuelto algo en febrero -que no resolvió- y se decidió esperar a ver si llovía y se tenía suerte”. “Yo puedo asumir que me digan ‘no lo hiciste’, pero vos tampoco, lo pararon. Entonces hoy no tenemos Casupá, ni Arazatí”, indicó. Sánchez remarcó que hubo una “desinversión” de OSE.

La ministra de Salud Pública, Karina Rando, hizo ayer un racconto de las acciones que se aplicaron antes de resolver aumentar los límites de cloruro y sodio. La jerarca hizo un repaso del plan de contingencia que siguió su cartera ante “la alteración de parámetros físico-químicos del agua suministrada por OSE”, como indicó en la presentación que mostró en el Parlamento. También comparó los miligramos de sal que se consumen en los alimentos comunes, en contraste a los presentes en el agua de OSE.

En este sentido, Rando señaló que 100 gramos de papas chips tienen la misma cantidad de sodio que siete vasos de agua de OSE; 100 gramos de nuggets, tienen el sodio equivalente a 7,5 vasos de agua; un chorizo tiene los valores de 12,5 vasos de agua y un cuarto de pizza congelada tiene los mismos niveles de sodio que el rango de ocho a 11 vasos de agua.

“Las directrices de la OMS de ingesta de sodio establecen que el consumo máximo recomendado para los adultos es de 2.000 mg por día. Nosotros podríamos decir que evitando una pequeña cantidad de consumo de estos alimentos perfectamente se podría complementar o suplir la ingesta por parte del agua de OSE”, indicó la titular de Salud Pública.

También resaltó que el límite de sodio consumido por día para los lactantes es de 110 mg, por lo que el MSP recomendó que se prepare sus fórmulas alimenticias con agua mineral.