Redacción El País
Ocho días después de que los partidos políticos celebraran la democracia uruguaya con un acto en el Obelisco, el Senado mostró un alto nivel de confrontación. A pedido del senador blanco Luis Alberto Heber, la cámara alta trató el archivo de la denuncia en su contra por la concesión a Katoen Natie del puerto de Montevideo hasta 2081. El exministro de Transporte y Obras Públicas y extitular de Interior reclamó el desagravio a legisladores del Frente Amplio (FA) por tratarlo de delincuente, pero eso no ocurrió.

El senador nacionalista Sebastián Da Silva apuntó contra el frentista Charles Carrera, denunciante junto a Mario Bergara del acuerdo por el puerto, al preguntar: “¿Alguien pensaba que ese hombre ruin iba a pedir perdón? Si es un miserable”.

“Nunca piden perdón (...) ¿Alguien pensaba que Carrera iba a pedir perdón cuando de la peor forma apretó a un minusválido enfrente a su madre?”, dijo Da Silva en referencia a Víctor Hernández, el hombre baleado en 2012 en La Paloma y que recibió atención en el Hospital Policial pese a ser civil, lo que motivó una denuncia penal contra Carrera, por entonces director general de Secretaría del Ministerio del Interior.

La senadora Liliam Kechichian (FA) le alertó a Da Silva que “hace 10 años que no se les llama minusválidos porque es un término muy peyorativo”, por lo que “sería bueno que se informara un poco más cuando se refiere a una parte de la sociedad uruguaya”.

El ambiente en la cámara alta estaba caldeado desde hacía varios minutos. Antes de la intervención de Da Silva había pedido la palabra la senadora opositora Silvia Nane, pero tras el reclamo del blanco, la presidenta en funciones del Senado, Graciela Bianchi, le cedió la palabra al nacionalista y le pidió: “No hinches las pelotas”.

A su turno, Heber explicó por qué se sintió agraviado por Carrera. “En la justicia penal no se dijo que era por dolo (que me denunciaba); se dijo afuera. Y yo me acuerdo que en la interpelación, uno de los senadores dijo públicamente que hubo dolo, y yo lo invité a que fuera a la Justicia y que denunciara dolo. (Pero) no dijo nada ni fue a la justicia a denunciar dolo. Esto para mí es un insulto”, planteó Heber, quien recordó que “el dolo es la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su carácter delictivo y del daño que puede causar”.

“Me llamaron delincuente y eso alguno cree que no es un insulto; es increíble”, lamentó el senador nacionalista.

A pesar de que se archivó la causa penal, aún está pendiente el fallo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) por posibles irregularidades en el proceso. “Estaré en esta banca cuando venga el fallo del TCA para poder seguir tapando bocas, aquellas que se abren y que no tienen conciencia de lo que se dice”, dijo Heber, y agregó: “Me he comido por dos años y dos meses que se anduviera diciendo que yo cometí dolo; se tienen que tragar cada una de las letras de esa cortita palabra que se llama dolo. Cada letra se la tienen que masticar, tragar y digerir”.

Por su parte, Carrera y Bergara defendieron su potestad para denunciar hechos con apariencia delictiva ante la Justicia, porque de esa manera cumplen el rol de contralor que les otorgó la ciudadanía al ubicarlos en la oposición política. “El FA no tiene que tragarse ninguna palabra y mucho menos porque se lo exijan de manera agresiva y fuera de lugar, como ocurrió hoy”, advirtió Bergara. “El FA reafirma que cada vez, como oposición, que vea una actuación con irregularidades, con actuaciones reprochables, va a actuar como debe actuar, y si tiene que ir a la Justicia, lo va a hacer. Eso no debe interpretarse como agravios personales o mancillamiento del honor de nadie. Son las reglas de juego. Abogamos por un relacionamiento político respetuoso sin insultos ni agravios, que los hubo en la sesión, que refuerce los vínculos democráticos. No creemos que la ciudadanía aprecie un relacionamiento a base de grieta, insultos y agravios”, dijo.

Foto: Estefanía Leal/El País