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Cumbre del Mercosur: claves del discurso que dará Lacalle, que se enfocará sobre la necesidad de tener un TLC con China

Tras la participación ayer del canciller Omar Paganini, Uruguay quedó alineado con Brasil al coincidir que hay "ventana de oportunidad" para cerrar el acuerdo con la Unión Europea.

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Los presidentes Alberto Fernández, Lula da Silva y Luis Lacalle Pou en la cumbre del Mercosur en Puerto Iguazú
Los presidentes Alberto Fernández, Lula da Silva y Luis Lacalle Pou en la cumbre del Mercosur en Puerto Iguazú.
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El País en Brasil
Para Luis Lacalle Pou no hay mucho misterio en lo que ocurrirá esta mañana en Río de Janeiro (Brasil), en donde se encuentra desde este martes para participar de una nueva Cumbre del Mercosur. Insistirá con reclamos que ya ha transmitido a los socios del bloque desde hace meses, aunque habrá dos temas principales que funcionarán como ejes de su discurso, pese a que uno tendrá más peso que el otro.

La filosofía, o postura político-económica, que ha buscado defender el presidente en todas las cumbres de este bloque es la del libre comercio, y junto a esto la necesaria modernización por la que a su entender debería pasar el Mercosur para tener un funcionamiento más dinámico, acelerar las negociaciones hacia nuevos acuerdos y, de esta manera, abrirse más al mundo de lo que está.

Por eso los dos temas de agenda del bloque que interesan a Uruguay, que son las dilatadas conversaciones con la Unión Europea para la firma de un acuerdo comercial que se negocia desde 1999 y la posibilidad de que el Mercosur avance hacia un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, estarán en el discurso de Lacalle Pou, porque de alguna forma sintetizan y reflejan su opinión sobre la realidad de esta alianza comercial, defectuosa por donde se la mire a los ojos de esta administración.

El presidente los referirá sin leer un discurso, valiéndose en todo caso de un esquema que tendrá sobre la mesa, como suele hacer en estos ámbitos diplomáticos.

Sobre China, que constituirá la parte central de su exposición, volverá a intentar convencer al Brasil de Lula da Silva, al Paraguay de Santiago Peña y a la Argentina que se encuentra en plena transición de presidentes -Alberto Fernández dejará el mando a Javier Milei este domingo 10 de diciembre- de la conveniencia de ir todos juntos por un acuerdo comercial con esta potencia asiática o, en su defecto, de dejar a Uruguay hacerlo si las velocidades no son las mismas.

Algo de esto ya adelantó ayer el canciller Omar Paganini, quien siguiendo la línea conceptual del gobierno machacó con el cuestionamiento al Mercosur por su “estancamiento”, pese a que Uruguay lo sigue considerando “la plataforma natural de inserción en el mundo”, aunque, entiende, debería ser mejorada, flexibilizada y modernizada.

“Proponemos que se reactive el diálogo (del Mercosur) con China. Pasaron ya cinco años desde la última reunión, cinco años en los cuales el mundo se ha complejizado, se ha tornado más desafiante. Y a nadie se le escapa el rol protagónico de China en este contexto”, dijo el canciller en ese sentido.

A diferencia de otras cumbres, en gran parte debido a la particular situación política que atraviesa Argentina, Uruguay no tuvo réplica sobre esta postura. En filas de la Cancillería, además, asumen por estas horas que la declaración final de la cumbre difícilmente tenga una mención a este interés específico de Uruguay.

Sobre las negociaciones con el viejo continente, Lacalle Pou llega a la cumbre con el escepticismo que ha mantenido desde que estas se reactivaron este año, con las exigencias en materia ambiental del viejo continente.

Lula se comprometió a llevar a buen puerto las negociaciones en la Presidencia Pro Témpore que ejerció Brasil durante este último semestre de 2023, y todavía Lacalle Pou entiende que “hay que darle crédito” -señalaron fuentes de su entorno-, pero las señales diplomáticas que se han dado esta semana han extendido el pesimismo entre los protagonistas.

De cualquier manera, según indicaron a El País fuentes del Poder Ejecutivo, en el gobierno entienden que todavía persiste una “ventana de oportunidad”, y que ese es un diagnóstico que se comparte con el propio Brasil, y no así con Argentina y Paraguay, cuyos cancilleres volvieron a poner reparos ayer a las demandas de los europeos.

De hecho, el ministro paraguayo (Rubén Ramírez Lezcano) transmitió una postura escéptica sobre este eventual acuerdo, y quien fue en representación de Argentina, la secretaria de Relaciones Internacionales, Cecilia Todesca, expuso un discurso en consonancia con el mantenido por Fernández, cuestionando el afán de apertura y en línea con los ideales proteccionistas, tal como fue analizado por integrantes de la Cancillería uruguaya.

Paganini resaltó “los avances desarrollados en el correr del año y en particular en el segundo semestre”, y que tuvo a Lula y al presidente del Consejo Europeo, Pedro Sánchez, como los dos principales negociadores, aunque “lamentablemente no se han podido todavía cerrar las condiciones” para el acuerdo.

“Vemos con esperanza estos últimos enviones -reconoció asimismo Paganini-, pero también con cierta preocupación por las dificultades que aparecen ya en la recta final”.

Sin decirlo, se refirió tanto a las observaciones que mantienen Argentina y Paraguay como a la declaración política del otro lado del Atlántico por parte del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien dijo días atrás que el acuerdo no era bueno “para nadie”. En efecto, Paganini afirmó al respecto que era consciente de “las dificultades planteadas por algunos integrantes de la Unión Europea, donde se ha politizado el tema ambiental, desde una perspectiva extremadamente asimétrica”, si se tiene en cuenta “el stock de emisiones de CO2 de nuestra región y los de la propia Unión Europea”, y llamó a continuación a manejarse con una “mayor prudencia”.

Pero en definitiva, dijo sobre el final de su exposición, el gobierno de Uruguay mantiene la expectativa “intacta, más allá de reconocer que la ventana de oportunidad es cada vez más limitada en el tiempo. Confiamos en la acción coordinada, urgente y pragmática de todas las partes para culminar esta histórica negociación”.

Finalmente, Paganini cerró su participación transmitiendo su “optimismo” y augurando “tiempos venturosos” para el bloque, “en lo interno y en lo externo”.

Intercambios

Las señales de Brasil a favor de hacer obras

Las cumbres regionales siempre son oportunidades diplomáticas para la coordinación de reuniones mano a mano entre los cancilleres, con la finalidad de profundizar en la relación bilateral.

En este sentido, el ministro Omar Paganini tuvo ayer en su agenda dos encuentros: uno con el ministro de Asuntos Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, país con el que el Mercosur alcanzó un acuerdo de libre comercio.

Pero el diálogo que en el Palacio Santos se valoró especialmente en estas últimas horas fue el que Paganini mantuvo con el canciller de Brasil, Mauro Vieira. En ese encuentro, además de coincidir en la importancia de “trabajar para la conclusión del libre comercio Mercosur-UE”, intercambiaron sobre la movida agenda bilateral, que tiene novedades y anuncios por estos días. En particular, estuvo arriba de la mesa la reinauguración del aeropuerto binacional de Rivera, celebración que se hará el próximo lunes en la frontera, a la que asistirán varios jerarcas de ambos países, algo que fue destacado en el diálogo entre los cancilleres, según informaron a El País fuentes oficiales. De Uruguay, entre otros, además del presidente Luis Lacalle Pou y Paganini, asistirán los ministros de Transporte y Obras Públicas (José Luis Falero), Defensa Nacional (Javier García), y Turismo (Tabaré Viera). Por el lado de Brasil al momento, están confirmadas las asistencias de cuatro jerarcas de primera línea, entre ellos los ministros de Puertos y Aeropuertos y el de Turismo.

El mensaje que se buscará transmitir en esa ceremonia, para el Palacio Santos, es que Brasil y Uruguay puedan seguir mostrando “que se puede avanzar mucho en las obras de infraestructura”, algo relevante incluso para los intereses del gobierno en el mediano plazo, que espera por la concreción de la hidrovía Uruguay-Brasil a través del dragado del canal San Gonzalo, que une las lagunas Merín y De los Patos, además de la construcción de un nuevo puente sobre el río Yaguarón, compromisos establecidos con el gobierno de Lula da Silva y que Lacalle Pou espera que se vean reflejados en firmas que se estampen el mismo lunes, indicaron a El País fuentes de Presidencia.

Asimismo, en la Cancillería han observado con interés las referencias a los temas de infraestructura en el discurso del vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin, que a ojos del gobierno uruguayo mostró un posicionamiento de Brasil más “económico” que el que en un principio podía esperarse.

Uruguay transmitirá discurso presidencial

Como ha ocurrido en otros foros internacionales, y sin ir más lejos en la anterior cumbre del Mercosur, Luis Lacalle Pou no aceptará la política del anfitrión del encuentro -en este caso, Brasil- de no transmitir en directo las exposiciones de los presidentes.

Según indicaron a El País fuentes del Poder Ejecutivo, la determinación del presidente es que, en este caso, la delegación uruguaya, que envió un funcionario de la Secretaría de Comunicación de Presidencia, transmita sus palabras al momento de dirigirse a sus socios.

En la cumbre que se hizo en julio, en Puerto Iguazú (Argentina), Lacalle Pou expresó su molestia con la política comunicacional al propio Alberto Fernández, quien minutos antes de los discursos cambió de decisión y fueron transmitidos. En el encuentro de la Celac en enero pasado, Lacalle Pou transmitió su discurso vía Instagram.

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