La Cumbre del Mercosur que se realizará esta semana en Río de Janeiro tendrá como tema de agenda de primer orden los anuncios que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva podrá hacer en relación a lo avanzado con la Unión Europea para firmar un postergado acuerdo comercial entre los bloques -tan postergados que ya van casi 25 años de conversaciones.

Ese es, además, uno de los principales asuntos sobre cuya resolución, en un sentido o en otro, espera tener novedades Luis Lacalle Pou, entre otras cosas porque Lula trasladó al uruguayo en la visita que hizo en enero a Montevideo que luego de culminados los esfuerzos con los europeos estaba dispuesto a avanzar con China hacia un Tratado de Libre Comercio con el Mercosur.

Sobre las negociaciones mantenidas con los europeos, Lacalle Pou siempre se mostró entre cauteloso y escéptico, dado el tiempo transcurrido desde que las gestiones comenzaron en 1999, con momentos en los que parecía que se llegaba a la meta -como ocurrió en 2019- cuando en verdad nada terminaba por falta de voluntad política.

Confió en las palabras de Lula, tanto cuando lo recibió en Uruguay como en la anterior Cumbre del Mercosur, la que se hizo en Puerto Iguazú (Argentina), y en la que le deseó suerte al brasileño en el trabajo que a partir de ese día emprendería con el viejo continente.

El optimismo que en un comienzo tuvieron varios actores diplomáticos se debía a que del lado europeo jugaría un rol central el español Pedro Sánchez, presidente del Consejo Europeo durante el semestre que termina, y muy afín a que las partes cierren de una vez por todas el acuerdo.

Pero las señales diplomáticas que llegaron en las últimas horas parecen desinflar ese optimismo. O, al menos, descartar que en la cumbre de esta semana se estampe una firma, posibilidad que en la Cancillería de Omar Paganini de todas maneras siempre se tuvo como remota; es decir, lo que se esperaba en el Palacio Santos, en el mejor de los escenarios, era un “anuncio” de cierre del “acuerdo técnico”, aunque incluso este objetivo se comprometió por la intransigencia mostrada por el argentino Alberto Fernández para acercar las partes en el tramo final de su gestión, como informó ayer El Observador.

Una de estas señales, además, sorprendió al propio Lacalle Pou, indicaron a El País fuentes de Presidencia: fue la que dio el presidente francés Emmanuel Macron, quien aseguró que el acuerdo que se negocia “no es bueno para nadie”. Lo dijo en una conferencia de prensa durante la COP28 de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), a donde también ha asistido Lula -y quien de hecho mantuvo una reunión para avanzar en las conversaciones finales con Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea.

A esto se sumaron las declaraciones que hizo ayer el presidente de Paraguay, Santiago Peña. Este mandatario ya había adelantado que durante la Presidencia Pro Témpore del Mercosur que ejercerá el próximo semestre no tendrá como prioritario cerrar las conversaciones con el bloque europeo, y ayer fue más directo todavía, justo en la antesala del encuentro presidencial que tendrá lugar este jueves de mañana en el Museo de Amanhã.

“Yo reiteré en varias oportunidades mi decisión, para la próxima Presidencia Pro Témpore del Mercosur, de concentrar los esfuerzos en otros ámbitos”, dijo el paraguayo, que puso de ejemplo en ese sentido profundizar las negociaciones con Emiratos Árabes Unidos. Asimismo, destacó la noticia de la firma que hará el Mercosur con Singapur, rúbrica que se espera se formalizará esta semana durante la cumbre.

“El presidente Lula, a quien admiro (...) ha hecho un esfuerzo sobrehumano. El problema es que del otro lado no hay interés”, agregó Peña en declaraciones al canal GEN de su país, en referencia a las exigencias de Europa en materia medioambiental que trasladaron a comienzos de este 2023 -lo que luego dio pie a otras trabas puestas por Brasil y Argentina, que pidieron abrir más capítulos del acuerdo, como el de las compras estatales.

“Queremos hacer nuestras propias evaluaciones -dijo también Peña-. Creemos que (las exigencias europeas implican) una pérdida de soberanía. Son prácticamente inaceptables esas condiciones”.

Este es, entonces, el escenario que tendrá esta semana Lacalle Pou, quien viaja hoy a Brasil junto con Paganini, en parte para llegar con tiempo y tener un espacio de descanso antes de una agenda intensa, indicaron fuentes oficiales.

Sobre el acuerdo con los europeos, pese al pesimismo que siempre mantuvo, en su entorno comentaron a El País que las últimas novedades lo sorprendieron porque creía que “Sánchez y Lula se entendían de memoria”.