El congreso nacional de Cabildo Abierto, que tuvo un botellazo dirigido al senador Guillermo Domenech, gritos como “esto no es una dictadura” y “no somos marionetas”, acusaciones de violar el estatuto del partido, y la ratificación de Lorena Quintana como compañera de fórmula presidencial de Guido Manini Ríos, acentuó una división de la interna partidaria.

Fue una convención que los cabildantes ya preveían que podía ser complicada por los encontronazos que hubo entre las agrupaciones durante la campaña de las elecciones internas. Por eso, los integrantes del sector nacional Espacio de los Pueblos Libres asistieron con un parlante y un micrófono propio. Y se utilizó “lamentablemente” cuando se los “privó” de hablar por el de los organizadores del congreso, contó Eduardo Radaelli, presidente de la agrupación.

El Espacio de los Pueblos Libres realizó varios planteos durante la convención, pero no logró que se aceptara ninguna de sus mociones. Presentó reparos en la votación de la Junta Nacional —órgano de autoridad del partido—, del programa, y del balance y memoria de la Junta Nacional. Y todas las veces que se aprobó alguno de estos puntos la mayor parte del congreso —y es que el sector de Radaelli tiene un 23% de los convencionales— estalló en aplausos.

Al dirigente del Espacio de los Pueblos Libres Wilfredo Correa —que resultó electo en la Junta Nacional— le quedó un “sentimiento de desilusión” porque tuvo la “percepción de que no se respetaron los principios más básicos de la democracia” en el congreso al no poder plantearse las diferentes “posiciones” sobre los temas que estuvieron arriba de la mesa. El dirigente artiguense, además, relató que después de la votación de la fórmula—la que fiscalizó la Corte Electoral— se “impuso prácticamente lo que se quiso por parte de la (saliente) Junta Nacional”.

Pero para el diputado Rodrigo Albernaz —dirigente del sector Uruguay Primero, que es fiel a Manini Ríos— al Espacio le “faltó madurez democrática” porque sus integrantes, “al verse en minoría para todos los planteos que hicieron, se resistían al resultado”. Y se preguntó: “¿Cómo hay que satisfacerlos? ¿Decirle que les vamos a votar lo que quieran cuando son minoría? Quisieron imponerse ante una mayoría muy clara, que apoyamos lo que teníamos que apoyar en convicción de lo que plantea Guido, y relincharon cuando no se les aceptaron” las propuestas que hicieron el domingo.

Estefania Leal/Archivo El País

Una de las posturas del Espacio de los Pueblos Libres —comentó Correa a El País— es que no están en la política “para decirle que sí a todo porque una cosa es la lealtad y otra cosa es la obsecuencia” o “ser sumiso”. El dirigente está “seguro” de que “mucha gente que votó” el programa de gobierno —uno de los momentos de conflicto de la convención, cuando incluso Domenech descendió de las gradas a la cancha para arengar a sus militantes— “no tiene idea de lo que dice el documento pero que se aplaudió su aprobación porque (tenían la sensación de que) se le ‘ganó’ al Espacio”.

Por su parte, Albernaz rebatió: “¿Y leales a qué y no son sumisos a qué? ¿Quién les está pegando con el látigo? ¿Quién es sumiso? ¿Quién está obligado y presionado en contrapartida a lo que ellos no hacen? Es una falta de respeto lo que dicen”. Y redobló la apuesta y apuntó que el sector de Radaelli tiene el “90% de los cargos del Ejecutivo”, y continuó: “¿No les es suficiente con eso? ¿Lograron solamente un 20% de la votación y eso es lo que les enoja? ¿No poder dominar el partido por los próximos cinco años? Creo que hacen una falsa lectura porque les conviene”.

El primer gran punto de conflicto del congreso se dio cuando se votó la integración de la nueva Junta Nacional, por lo que se debió hacer un cuarto intermedio para llamar a la Corte Electoral. Discusión que se resolvió en el momento, aunque el Espacio mantiene sus reclamos. Pero el tema no quedó allí: el lunes aparecieron nuevas críticas. Radaelli cuestionó en diálogo con El País que no se llevó adelante una fiscalización de la votación de las nuevas autoridades del partido.

El domingo, a cada congresista, al momento de ingresar a la zona de las gradas, le dieron un sobre azul con una lista única para la elección la Junta Nacional. Y, según relató Radaelli —que integró la lista a este órgano partidario—, “nadie sabe cuáles convencionales votaron porque no había un control”. En ese sentido, continuó: “La gente bajaba de las tribunas (de la cancha del Club Atlético Welcome, donde se hizo el congreso), iba y depositaba el sobre; pero no se sabía si después volvía a votar. Tampoco hubo un registro de los sobres de votación, como hay que hacer cuando hay voto secreto”.

Radaelli, además, se refirió al resultado de la votación de la Junta Nacional. Marcó que hubo 40 votos en blanco y, según él, ninguno es de un integrante del Espacio de los Pueblos Libres porque decidieron no votar (debido a que sostienen que la lista no es válida por tener integrantes que no son convencionales nacionales). En esa línea, marcó: “¿Qué quiere decir eso? ¿Qué señal hay ahí? Acá hay más de un disgusto, hay más de un grupo que no estaba conforme con cómo se desarrollaba el congreso y la votación de las autoridades. Es una señal fuerte, muy fuerte. Si no entienden eso, no entienden nada”.